domingo, 26 de enero de 2025

El Cross de San Quilez bajo la lluvia - 1988

Acercamos hoy esta noticia del Cross de San Quílez de 1988, que se celebra hoy en Binéfar una vez más, en el que fue vencedor José Antonio de la Fuente.

El binefarense José A. de la Fuente se proclamó vencedor del XXIII Cross de San Quílez, celebrado en Binéfar el pasado 17de enero, con un tiempo de 37m. 42s. sobre un circuito de 10.400 m, muy lleno de barro por la persistente lluvia que acompañó el desarrollo de toda la prueba. 

En segundo lugar quedó Oscar Calero, también del C.A. Monzón como de la Fuente, y en tercero el ilerdense Eduardo Martínez.        

En categoría senior femenina volvió a alzarse con el triunfo la atleta montisonense Mónica Saludas, muy conocida en los circuitos binefarenses, donde ha ganado mu­chas pruebas, entre ellas el Cross de San Quílez.      

El número de atletas inscritos en el cross,un total de 90 entre todas las categorías,desde mini-benjamín hasta senior, no respondió a las expec­tativas del Consejo Municipal de Deportes, que había dotado a la prueba de Premios extraordinarios con motivo de celebrar el X aniversario de la mascota de entidad. 

 

Cross San Quilez Binéfar

En total, el CDM repartió cien mil pesetas, cantidad que se consideró suficiente para atraer la atención de los atletas. Sin embargo, la coincidencia de la prueba con el Cross de Itálica, mucho más interesante desde el punto de vista deportivo para los corredores, restó asistencia al de Binéfar, que, por otro lado, no puede variar las fechas por estar la prueba inscrita en el calenda­rio de los Juegos Escolares de Aragón. El espectáculo también quedó afec­tado por la lluvia,que hizo desistir a muchos aficionados de acercarse hasta el polideportivo Los Olmos, donde se desarrolló el cross,y fue la principal causa de que en categorías inferiores la participación quedase bajo mínimos en muchos casos, has­ta el punto de que en total no participaron ni el cincuenta por ciento de los atletas que ro hicieron el pasado año.       

 

Cross San Quilez Binéfar


Fuente: La Voz de Binéfar, Enero 1988

domingo, 19 de enero de 2025

El pago al boticario de Binéfar

En mayo de 2020, Silvia Isábal y Víctor Bayona del Cellit, publica en la sección "Historias de Nuestra Historia" de la revista Somos Litera esta bonita historia sobre el pago al boticario de Binéfar.

El pago al boticario de Binéfar

En  agosto   de  1751,  el  Ayun­tamiento  de  Binéfar  contrató  a  un maestro boticario de nombre Pedro Murillo. Según el contrato, que tenía tres años de duración,el farmacéutico quedaba obligado a servir a los veci­ nos las «medicinas químicas y galéni­cas» que pudieran recetar el médico, los cirujanos (practicantes) o los albéi­ tares (veterinarios). Esta obligación se extendía también a las criadas, los parientes de los vecinos que se encon­traran en ese momento en Binéfar y también a los que, trabajando fuera del pueblo,volvieran a sus casas para recuperarse de sus enfermedades. El Ayuntamiento por su parte, se com­prometía a pagar anualmente al boti­cario cuarenta cahíces de trigo y dos arrobas de aceite, aunque si el precio del cahíz excedía de treinta y seis rea­les, el pago en trigo se sustituía por ciento veintiocho libras jaquesas. Para retribuir a este tipo de profesionales que cuidaban la salud, el Ayuntamien­to recaudaba de los vecinos un im­ puesto anual y así,estos estaban obli­gados a pagar la cédula del médico,la del boticario, etc.

Sin embargo,concluido el contra­ to, Pedro Murillo no había cobrado el importe correspondiente al último año,por lo que inició un proceso de demanda contra el Ayuntamiento de Binéfar. La razón del impago no era otra que la miseria que azotaba al mu­nicipio después de seis años consecutivos sin cosecha de cereal. La pobreza era talque muchos vecinos habían te­ nido que prescindir de sus caballerías, por lo que labores como labrar o sem­brar, eran realizadas «con su propio sudor», tal y como expresa el expe­diente que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.

En casos de impagos como este, el procedimiento habitual era que el Ayuntamiento ejecutara los bienes de los deudores para que después de ser tasados, pasaran a ser subastados y con el dinero obtenido se pudiera satisfacer la deuda. Así fue como los miembros del Ayuntamiento tuvieron que registrar todas las casas del pue­blo para  intentar conseguir algunas pertenencias de valor.Sin embargo,el resultado del registro no dio los frutos deseados.



Del conjunto de los vecinos, die­ciséis habían abandonado el pueblo hacia «reynos extraños» huyendo de la pobreza y dejando sus casas total­ mente vacías. En otros nueve domici­lios, la mayoría habitados por viudas, los bienes encontrados tenían un va­lor inferior a la deuda contraída con el boticario, y solo en el resto se pu­ dieron requisar algunos enseres do­mésticos como colchas, cobertores, mantas, calderos, sábanas o basquiñas y también aperos como ganchos de revolver estiércol o arados, además de algunas escopetas. Todos es­ tos objetos fueron depositados en el Ayuntamiento mientras el pregonero anunciaba la subasta, a la que no acu­dió ningún postor.

La verdad era que en aquellos tiempos de calamidad, el único que podría haber comprado todos esos objetos era el mismo boticario, que mientras sus vecinos se arruinaban cada vez más, aumentaba su patrimo­nio adquiriendo viñas y solares, aun­ que alegaba que se hallaba sin medios para mantenerse y tener surtida la bo­tica. Una postura complemente dife­rente a la que mantuvieron el médico, el cirujano o el albéitar, que aún sin cobrar, siguieron ejerciendo sus fun­ciones pacientemente en espera de que llegara una cosecha abundante que permitiera la mejora de las condi­ciones del pueblo.

Finalmente el boticario se vio obligado a llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento en abril de 1755: re­ cibió los bienes incautados, algo de trigo que algunos vecinos se quitaron de su propia manutención, dinero que aportaron los más pudientes, una fa­nega de sal y la promesa de pan gra­tis. Aunque no se llegaba a cubrir la totalidad de la deuda,el boticario se comprometía a no molestar al Ayun­tamiento hasta  junio, momento  de la cosecha. Suponemos que esta de­bió aliviar la situación económica de la villa,ya que no se vuelven a tener noticias de este pleito que puso en una difícil situación a los binefarenses y que nos desvela,en sus páginas, la presencia de algunos apellidos que to­davía se mantienen en la actualidad: Raluy,Estarán,Gibanel,Ortiz, Alzuria, Montiu, Lacasa, Puértolas, lbarz, Murillo, Gombau, Sanz, Faro, Arasanz o Benedico.



domingo, 12 de enero de 2025

I Cross Local Binéfar. Domingo 6 de febrero de 1977

En el boletín local "La Voz de Binéfar" correspondiente a febrero de 1977, relata la organización del "I Cross Local". Esta actividad deportiva tuvo lugar el domingo 6 de febrero de 1977 a las 10:30 de la mañana, en un soleado día en el circuito de 1.133 metros del Campo de Deportes "El Segalar". Fue organizada por la Asociación de Peñas Binefarenses y contó con una numerosa participación de atletas de diversos centros educativos de Binéfar.

El evento destacó por el entusiasmo tanto de los organizadores como del público asistente, quienes con sus ovaciones animaron a los participantes a lo largo de la competición.

El artículo también incluye los resultados de diferentes categorías:

  • Alevines femeninos y masculinos (1966-67 y 1965-66), que recorrieron distancias de 500 y 1400 metros respectivamente.
  • Infantiles femeninos y masculinos (1964-65 y 1963-64), con distancias de 1000 y 2500 metros.
  • Cadetes femeninos y masculinos (1962-63), sobre 1500 y 3700 metros.
  • Juveniles masculinos (1960-61), con una distancia de 4500 metros.
  • Aficionados (1959), quienes compitieron sobre 2500 metros.

Entre los nombres destacados se encuentran Rosa M. Oncins, ganadora en alevines femeninos, Ignacio Paniello Albas en alevines masculinos, y Sebastián Clemente, vencedor en la categoría juvenil masculina.

I Cross Binéfar 1977

 

También se informa que el mismo circuito será utilizado para las pruebas del Campeonato Provincial de Campo a Través, programado para el mes siguiente.

IV Cross San Quílez de Binéfar en 1980


El Cross de San Quílez se empezó a disputar en Binéfar en 1977.
En la Voz de Binéfar de febrero de 1980,  se daba cuenta de los resultados del IV Cross celebrado el 13 de enero de ese año con un duro circuito por el barrio del Segalar. Aparecen así mismo los resultados de aquel año con numerosas victorias en diferentes categorías de atletas del Club Deportivo Apebin, C.A.Monzón, Zoiti, C.P. Fraga, G.M. Sabiñanigo, Sicoris o Antorcha.

 IV Cross de Binéfar 1980

Fuenne: La Voz de Binéfar 1977

domingo, 5 de enero de 2025

Presencias reales en Binéfar en el siglo XIX

Acercamos el artículo del Centro de Estudios Literanos - Cellit Litera aparecido en la revista Somos Litera , del mes de diciembre de 2024.

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El hecho de que Binéfar contara con una estación implicó la estancia, aunque breve, de varios reyes de España en la localidad durante el siglo XIX. 

La primera visita real a Binéfar

La primera de ellas tuvo lugar precisamente durante la inauguración de la línea férrea que pasaba por la localidad, construida por la Compañía del Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona, que tuvo lugar el 16 de septiembre de 1861. Esta inauguración, que fue pre-
sidida por el rey consorte Francisco de Asís de Borbón —esposo de la reina Isabel II— y el ministro de Fomento, había comenzado en Barcelona el día anterior con diversos actos solemnes.


Al día siguiente, a las 05:30 de la mañana, la comitiva real, formada por el rey, el ministro e innumerables autoridades, se desplazó en un tren especial hasta Zaragoza, donde tendrían lugar festejos similares a los que habían tenido lugar en Barcelona el día anterior.

En ese viaje inaugural, el tren efectuó una parada en la estación binefarense, donde se había congregado una importante muchedumbre con el doble motivo de vitorear al rey y festejar la inauguración del ferrocarril. Allí también se encontraban esperando el tren real para incorporarse a la comitiva el capitán general de Aragón y comisiones de la Audiencia y Universidad de Zaragoza, llegando el tren a la estación de Zaragoza a las 17:25 tras detenerse en el resto de estaciones de la línea.

 

Estación de Binéfar en 1914 (Agricultura, 10/07/1914)

Amadeo de Saboya fue recibido en la estación de Binéfar


Isabel II sería derrocada por la Revolución Gloriosa de 1868 y el Gobierno Provisional elaboró una Constitución que dictaba que España tendría, como forma de gobierno, una monarquía constitucional. El elegido como nuevo de rey de España fue Amadeo de Saboya, segundo hijo del rey Víctor Manuel II de Italia, que reinaría como Amadeo I. En septiembre de 1871, apenas unos meses después de aceptar la Constitución, el nuevo rey iniciaría un viaje por varias regiones buscando el apoyo de sus nuevos súbditos, y ese viaje incluyó una breve estancia en la estación de Binéfar, en la que tuvo lugar una recepción oficial.

En ella esperaban al rey autoridades locales y provinciales, además de un enorme gentío que no se cansó de aclamarle. La estación, en cuyo salón tuvo lugar la recepción, estaba profusamente adornada, destacando en ella los retratos tanto del rey como de su esposa. Allí estaba por ejemplo el cronista oficial de Huesca, Cosme Blasco y Val, que no solamente obsequió al rey con ejemplares de sus obras sino que también le ilustró sobre la historia de Aragón en un aclamado discurso.

Puesto que era el primer pueblo aragonés del recorrido, se habían desplazado hasta Binéfar varias personalidades como el gobernador, diputados provinciales, varios senadores, una comisión del Tribunal de Justicia y representación de la Capitanía General de Zaragoza, algunos de los cuales se unieron a la comitiva real en su viaje hacia la capital aragonesa. El problema que surgió en Binéfar con todas estas autoridades fue que llegaron un día antes que el rey, y es que este había aceptado un compromiso de última hora en Barcelona, lo que retrasó el viaje y obligó a todos ellos a pernoctar en Binéfar, definida por un medio de comunicación como «población de corto vecindario y escasos recursos para hospedar y agasajar a tantos notables». En la estación binefarense el rey recibió asimismo a representantes de diversos pueblos, entre ellos Tamarite y Fraga, siendo obsequiado, por parte de estos últimos, con un cesto de sus apreciados higos. Tras la recepción, el tren hizo una parada entre Bi-
néfar y Monzón para que los ilustres viajeros pudieran parar a comer bajo una encina.

¿ Otras presencias reales en Binéfar ?

Es de suponer que no serían los únicos miembros de familias reales que pasarían por Binéfar en el siglo
XIX, ya que el acortamiento de tiempo que supuso el ferrocarril lo convirtió en el medio de transporte favorito para efectuar traslados a Barcelona, aunque el paso por Binéfar ya no tuvo consideración oficial, por lo que carecemos de noticias de ellos. De esta forma, es seguro que la reina regente
M.ª Cristina y su hijo Alfonso XIII también pasarían por la villa (de obligada parada, puesto que era punto de aprovisionamiento de agua a las locomotoras) cuando se dirigían, el 16 de mayo de 1888, a Barcelona para inaugurar la Exposición Universal.

 

Fuente: Centro de Estudios Literanos - Cellit Litera

Publicado en Somos Litera

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