domingo, 13 de julio de 2025

Peña Cascabel

En 1.976, se inscribe en el registro de la Comisión de Fiestas una peña atípica: Cascabel. Forma parte de las siete primeras junto a La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y Cetril.
 

Sus componentes se alejan de la media de edad del resto de peñas, pues todos sobrepasan los treinta años. Además se trata de matrimonios, que se apuntan con el nombre del esposo, añadiendo "y Sra.", por lo que en los registros solamente figura un nombre de los dos miembros de la pareja. El grupo de amigos lo componen setenta y dos personas.


El Cascabel es conocida en ese momento como "Peña de los Casaus", apelativo que posteriormente recibirá la peña A.C.R. Binéfar-77, pero no existe ninguna relación entre las dos asociaciones. 

Peña Cascabel de Binéfar

El nombre lo recogen de una anécdota que se conoce en Binéfar. En Fobet, había un edificio junto al camino, donde la gente mayor indica a los jóvenes que si acercas el oído se oye un cascabel. Cuando para comprobarlo sitúan la cabeza junto al muro, los empujan y se golpean contra la pared.


Su funcionamiento, eso sí, es similar al resto de las asociaciones. El local lo instalan en un almacén de la era Salillas (Calle Arrabal), donde se puede degustar vino, poncho y frutos secos. Llegan a realizar algún baile durante fiestas e incluso una fiesta de disfraces, pero su duración como peña se limita al año 1.976.

La indumentaria significativa está compuesta por un pañuelo verde atado al cuello, del que cuelga un cascabel. Las mujeres acuden a la plaza de toros luciendo mantón y con claveles rojos en el pelo. Participan en los actos taurinos. El torero es José Lapuente "Gabino", que realiza el Don Tancredo. Cuando llega la hora de torear, el resto de peñas grita una frase: "Los casaus, están cagaus"

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

Fuentes: 

Compartir es vivir, también en redes sociales  

 

domingo, 6 de julio de 2025

El Abadejo. Peña de Binéfar

Continuamos la serie Peñas de Binéfar con la segunda entrega esta vez dedicada a la peña "El Abadejo".

Se repiten algunas características comunes de las primeras siete peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril y Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos. Nace en 1.976, proviene de la fusión de varios chamizos y el nombre es una palabra popular que viene dada de otra de uso mas común. "Abadejo", es la forma coloquial de llamar al bacalao. El anagrama utilizado era una raspa de pescado, dentro de un círculo y la camiseta de color rojo. 

El Abadejo, peña de Binéfar

Cabe recordar que el cocinero binefarense Teodoro Baradjí incluyó en su libro "La cocina de ellas", cuya primera edición data de 1935, la receta del abadejo a la panadera.

La peña “El Abadejo” (1976‑1977)

Aunque sólo existió durante dos años, la peña “El Abadejo” se ha ganado un hueco entrañable en la memoria de Binéfar. Su irrupción en 1976 fue explosiva: más de 200 socios inscritos, convirtiéndose en una de las agrupaciones más numerosas del momento. Sin embargo, en 1977 su número se desplomó a apenas 36 miembros, y tras la fiesta de ese año, desapareció para siempre.

Dos generaciones, dos perfiles

En 1976 convivieron dos grupos bien diferenciados:

  1. La junta directiva y sus allegados (20‑30 años)
    Entre ellos destacaban:

    • Vicente Grau (primer presidente)

    • José Enrique Pueyo

    • Armando Clemente, apodado «el pintor»

    • José Antonio Zarroca

    • Fernando Alzuria

    • Paco Cortes «de la Roseta»

    • Ricardo Carraz

    • Mari Carmen Ibarz, conocida como «Lejandrina»

    • Miguel Ángel Pascual

      Y otros miembros destacados de aquella generación.

  2. Los más jóvenes (14‑16 años)
    Fueron muchos, entre ellos:

    • Jesús Clemente

    • José Peyrón

    • José Luis Pau

    • Anselmo e Javier Isábal

    • Paco Quintanilla

    • Saturnino Colomina

    • Juan José Mallén

    • José Antonio Blanco

    • José Ignacio Calero

    • María José Toda

    • Ángela Mata

    • Estrella García

    • Joaquín Isábal

Este mestizaje generacional dio a la peña una energía inusual.

Cambios en la presidencia: la mili llama

Vicente Grau ejerció como primer presidente hasta abril de 1977, cuando fue llamado a hacer la mili. Esa baja supuso un punto de inflexión: la dirección pasó prácticamente a manos del grupo juvenil, algo que provocó tensiones y cambios en la dinámica interna.

Contexto político: sombras de la Transición

Durante 1977, la peña fue salpicada por problemas de índole política, que afectaron a personas vinculadas a la misma. En plena Transición —aún marcado por herencias de la dictadura— las ideologías podían conllevar riesgos reales, y el ambiente difícil hizo que la peña se reduzca a solo 36 socios. Parte de los ya inscritos llegaron a pedir la devolución de cuotas, porque sus padres no aprobaban su pertenencia al Abadejo.

Aunque hoy pueda parecer anecdótico, el contexto de represión policial y miedo residual explica por qué una agrupación festiva como esta pudo provocar tanta preocupación.

Local polivalente: donde convivían taller y cava

El “cuartel” de la peña estaba en la confluencia de Buenavista y Palomar, en un antiguo garaje reconvertido de pequeña confección. Espacio justo para cuatro pacas (sillas) y el tonel del vino que el Ayuntamiento facilitaba, donde peñistas y vecinos se reunían para preparar las fiestas.

El torero improvisado: Paco Cortes «de la Roseta»

Una anécdota clave: Paco Cortes, parte de la directiva, asume el papel de torero en una de las novilladas. En su primera intervención sufre una cogida grave, que le abre un labio y provoca una hemorragia. Es llevado a casa y eso marca el final abrupto de la fiesta —o, como se decía entonces, “se da por terminadas las fiestas”. Su valor le ha granjeado un lugar estelar en la historia festiva de Binéfar.

Disolución y migración hacia “Latacín” y “La Kraba”

Tras el fin de fiestas de 1977, la peña se disuelve. El grupo se repartió entre otras dos:

  • Peña Latacín, que acogió a la mayoría de miembros más jóvenes.

  • Peña La Kraba, que recibió a la junta directiva original, donde incluso algunos ocuparon cargos similares a los que habían tenido en El Abadejo.

Fuentes:

Fuentes: 

 Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

 

domingo, 29 de junio de 2025

La Gayata (1976‑1978). Peña de Binéfar

Las peñas de Binéfar: La Gayata (1976‑1978) 

Cuando en 1976 el Ayuntamiento de Binéfar decidió dar voz y color a la juventud, no sabía que estaba sembrando las semillas de una revolución cultural. Esa primavera surgieron siete peñas: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril, Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos.

Peña La Gayata de Binéfar

Desfile con pancarta "Cantando y bailando, con esta Gayata. Bebiendo y j...ndo y dando la lata"

Nace La Gayata (1976)

La Gayata se gestó en un chamizo de la Calle Barcelona ese mismo año. Su nombre, «gayata», refleja el aragonés de “bastón”. Ese año su logo representaba un bastón cuyo mango formaba la L, subrayando el nombre en negro; al año siguiente, el diseño evolucionó a colores más elaborados. Su camiseta era azul marino con cuello y bocamangas blancas —un contraste clásico que destacaba entre las peñas.

Bajo la batuta de Carlos Camañes y su círculo de una decena de jóvenes de entre 18 y 20 años, la peña arrancó con 110 socios en 1976. El número subió a 176 en 1977, lo que demuestra el tirón social del proyecto. A la junta se sumaron nombres clave: José Guillermo Español, Emilio Mora, Cecilio López, Fernando Castarlenas, José Domingo Zamorano –que sería su último presidente–, Manuel Solano, Ramón Pau, entre otros.

El local de la peña, con zona al aire libre y fondo cubierto, servía a diario de punto de reunión, y también como escenario de sus actividades. En la faceta taurina, destacaron Feliciano Luño y Félix Ramos en 1976; al año siguiente, Paco Vidal, “El Chalán”, tomó el relevo.

Peña La Gayata de Binéfar

 

Peña La Gayata en los toros.

Trayectoria y motivos de desaparición (1978)

Desde su unión a la APEBIN —la Asociación de Peñas Binefarenses fundada en 1976 y activa hasta 1988—, La Gayata participó con entusiasmo en concursos, como el de carrozas de 1978, donde logró un resonante tercer puesto. Sin embargo, la insatisfacción aumentó cuando la directiva apostó por financiar actividades deportivas con parte de las cuotas, algo que muchos socios vieron como un desvío: ellos querían únicamente “fiestas” 🎉, no maratones ni partidos. El desencuentro creció y, tras las fiestas de 1978, durante la presidencia de José Domingo Zamorano, se decidió cerrar el chiringuito. La mayoría de peñistas jóvenes migraron al Tozal, la peña por edad y afinidad, o se disolvieron hacia ningún grupo.

 

Peña La Gayata de Binéfar

Equipo La Gayata e el campeonato interpeñas.

El entorno de las peñas (1976‑1980)

Peña Año fundación Estado en 1980
La Kraba 1976 Activa, celebrando 25 años en 2001
El Tozal 1976 Perdura y absorbe afiliados
Latacín 1976 Activa en el ferial
Binéfar 77 1976 Activa, organiza guiñote y verbenas
Cetril, Cascabel, Chaplin, Barones 1976‑1978 Presentes en registros hasta 1980

La Kraba, con sus 25 años reflejados en el libro, fue la más constante. El Tozal absorbió peñistas tras la disolución de La Gayata y ganó peso. Latacín y Binéfar 77 mantenían presencia activa con eventos y programación propia.

Impacto sociocultural

El fenómeno peñista en Binéfar marcó el paso de una fiesta local tradicional a una fiesta juvenil, colectiva y participativa. APEBIN canalizó durante doce años buena parte de la programación cultural, deportiva y festiva, cohesionado a las peñas.

Las peñas no solo eran para septiembre (fiestas en honor al Santo Cristo de los Milagros), también organizaban Pascua, San Isidro o San Cristóbal.

Peña La Gayata de Binéfar

 

Desfile con carroza de barra americana.

Citas del libro "25 años de la Peña La Kraba"

“Su nombre viene determinado por una palabra aragonesa: ‘gayata’… en color negro.”
“En 1976 consiguen 110 socios, pero el año que más es 1977 con 176.”
“Sus representantes en 1976 son Feliciano Luño y Félix Ramos… Paco Vidal ‘El Chalán’ toma la alternativa.”
“Los socios de base no muestran demasiado interés… no entienden que una parte importante de su cuota se adjudique a actos deportivos.”
“Tras las fiestas de 1978… La Gayata desaparece. …la mayor parte de los que deciden seguir… van al Tozal…”Mirada de futuro

La experiencia de La Gayata nos enseña que las peñas son el germen de la cultura ciudadana: generaron unión, creatividad y empoderamiento. Aunque algunas, como La Gayata, tuvieron una llama breve, otras encendieron brasas que aún arden en recintos feriales, locales callejeros y el corazón de la fiesta binefarense.

Peña La Gayata de Binéfar
Escudo peña La Gayata de Binéfar
 
Hoy, en pleno siglo XXI, este modelo de peña sigue vivo: basta pasear por las fiestas mayores de septiembre para escuchar nombres como Kraba, Tozal, Latacín, Interchamizos… y reconocer en ellos el eco de su antecesora, La Gayata.

La Gayata no ganó la batalla del tiempo, pero sí la batalla de la pasión. Fue chispa que encendió un fuego colectivo en Binéfar; y aunque su camino acabó en 1978, su influencia sigue encendida.

Compartir es vivir.

Fuentes: 

domingo, 22 de junio de 2025

Casa Barber en Plaza La Litera de Binéfar

La Plaza La Litera, ubicada en pleno casco histórico de Binéfar, se formó como segunda plaza fuera del antiguo recinto amurallado. A lo largo de los siglos ha vivido transformaciones: su nombre incluso cambió tras la Guerra Civil (Plaza de los Mártires) antes de recuperar su topónimo tradicional .

Se alza rodeada de casas solariegas –como las de las familias Ruata, Corzán y, por supuesto, Barber– que fueron protagonistas del esplendor local. Muchas aún conservan escudos nobiliarios y estructuras originales, testigo de una época feudal y altomedieval.

En 2021 el Ayuntamiento adjudicó a la empresa Arnó Infraestructuras el proyecto integral de regeneración urbana ideado por Albert Pascal: se transformó la plaza en un espacio de estancia, con pavimento permeable, zonas arboladas de especies caducas para favorecer la sombra en verano y luz en invierno, bancos, y una pequeña colina central con árbol destacado, alejándola del uso meramente de paso. La reforma costó más de 213.000 €.

Aquí, cada año, se preparaba una alfombra floral para el Corpus Christi, realizada artesanalmente por comulgantes y vecinos, alcanzando unos 140 m² y dedicada en 2025 al Sacramento de la Confirmación. 

La Casa Barber: nobleza y leyenda

En el número 10 de la plaza, la Casa Barber destaca por su talla histórica y arquitectónica. De planta solariega, su linaje se remonta a Jayme Joan Barber (1495) como cabeza de un hogar en Binéfar.

Escudo y hospedaje real

El imponente escudo cuartelado aún se puede ver en la fachada lateral: representa la casa, el yelmo atravesado, un perro y ballesta con perdices ifc.dpz.es. La tradición local asegura que Felipe II pernoctó allí en 1585 durante su paso por Binéfar cuando celebraba Cortes. A comienzos del siglo XX aún exhibía utensilios supuestamente vinculados al monarca.

Las otras casas: Ruata, Coll y el corazón del antiguo Binéfar

Frente a Barber, sobresalen la Casa Ruata (excelentemente conservada, con escudo), y la Casa Coll, de la que oriunda fue el célebre filólogo Benito Coll (1860‑1916), que dio nombre a obras sobre dialectología regional. Son parte del relato visual que entreteje una plaza con vocación cultural e histórica.

Casa Barber La Litera Binéfar


domingo, 15 de junio de 2025

Pongamos que hablo...de Binéfar

🎤 Joaquín Sabina: de la antigua Algodonera de Binéfar al adiós en Zaragoza

“Pongamos que hablo de Binéfar…” Podría haber dicho Sabina en su concierto de despedida esta semana en Zaragoza. Y no hubiera sido ninguna exageración. Porque Joaquín Sabina no es solo una figura icónica de la música española: también forma parte de la historia cultural de nuestro pueblo. En las Fiestas Mayores de 1987, el flaco de Úbeda pisó suelo binefarense, guitarra en mano y con su banda “Viceversa”, cuando todavía era un juglar con voz rota y versos afilados como cuchillas.

🎶 Aquella noche de septiembre en la Algodonera

Según recoge La Voz de Binéfar en su edición de fiestas de 1987, Sabina actuó el 12 de septiembre a las 24:00 horas en la antigua Algodonera, junto a la Orquesta Trama. Fue una noche inolvidable para muchos vecinos, que lo vieron entre humos de feria, pantalones de pana y primeras resacas democráticas. Compartía cartel con Loquillo, Huapacha Combo, Pegasus, Janio Martí… pero fue Sabina quien dejó huella.

“A Sabina se le recordarán sus pasadas actuaciones en Binéfar, con ‘enlazones totales’”, decía la crónica con ese estilo irónico que tanto nos gusta por aquí.

Más info en esta entrada sobre las fiestas de los 80.

👋 2025: El adiós en Zaragoza

Treinta y ocho años después, Sabina vuelve a cerrar el círculo. Este viernes 13 y sábado 14 de junio, el cantautor ha ofrecido en Zaragoza sus dos últimos conciertos en Aragón dentro de la gira “Contra todo pronóstico”, rebautizada por él mismo como “Hasta siempre y gracias”. Un homenaje a medio siglo de poesía cantada, amores canallas y política de bar de madrugada a la que asistieron no pocos binefarenses.

  • Pabellón Príncipe Felipe lleno hasta la bandera.
  • Setlist: “Peces de ciudad”, “19 días y 500 noches”, “Y sin embargo”… no faltó ningún clásico.
  • Cita destacada: “Aragón ha sido siempre tierra de libertad, y yo vine aquí muchas veces... incluso cuando no sabían quién era yo”.

Y sí, algunos sí sabíamos quién era. Porque lo vimos en Binéfar, antes que en la tele.

📻 Sabina y Binéfar: una relación sin contratos, pero con historia

Más allá del concierto del 87, Sabina ha estado ligado simbólicamente a nuestro pueblo:

  • Muchos binefarenses han viajado a verlo a Huesca, Lérida o Zaragoza en los años 90 y 2000.
  • Su estilo de “cronista de calle” conectó con la generación que vivió la reconversión industrial.
  • Algunas de sus canciones se convirtieron en himnos personales, cuando la música era en casete y la vida era menos digital.

¿Quieres saber cómo era la escena musical en Binéfar en los 80? Haz clic aquí para ver un resumen histórico.

🧾 Cierre de gira, apertura de memoria

SAbina en Binéfar

Sabina se despide, pero su paso por Binéfar queda grabado en la memoria colectiva. Como lo estuvo el paso de Joan Manuel Serrat en los años 70 o de Loquillo en aquel mismo 1987. Su música seguirá en vinilos olvidados, playlists modernas y en más de una peña local.

📸 Bonus: ¿Estuviste en aquel concierto?

Si tú (o tus padres) vivieron ese 12 de septiembre de 1987, cuéntalo. Puedes dejar tu testimonio en la sección de comentarios de esta entrada del blog 

¡Queremos reunir las historias del Sabina binefarense antes de que el polvo del tiempo las tape!

🎤 Y como diría él…

“Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks… pero en Binéfar, duró toda la noche”.
SAbina en Binéfar

EL CARTEL MUSICAL EN LAS FIESTAS MAYORES DE BINÉFAR 87
Un poco de todo con “el beneplácito de las autoridades y si el tiempo así lo permite”

Durante las Fiestas Mayores de septiembre tendremos como invitados de honor, en primer lugar, a LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS el viernes día 11, rock & roll con tupé, cazadora de cuero y bien traje de etiqueta de los años 50 ó 60. La siguiente actuación, JOAQUÍN SABINA, al cual daremos cena de gala el día 11 y también nosotros con VICEVERSA, el sábado día 12. El éxito de ambas actuaciones se prevé si se recuerdan las pasadas actuaciones en Binéfar, con “llenazos totales”.

El domingo, volviendo a lo clásico y de toda la vida, con HUAPACHA-COMBO podremos bailar al compás alegre y festivo de su variado repertorio. Entrando en la nueva semana, la música de jazz de PEGASUS nos dará un lunes relajado y buen cierre. Y las clausuras, con las orquestas PLATINO y JANIO MARTÍ y sus chicas harán felices a las peñas laborales de siempre.

En resumen, pocas novedades musicales en la programación de las Fiestas de Binéfar, pero no decepcionantes y sí, a que un poco de todo quizá satisfaga los gustos menos exigentes de la mayoría; y no nos podemos curar en salud diciendo: “sobre gustos no hay nada escrito”. FELICES FIESTAS.

El perfil de Joaquín Sabina es ecléctico: andaluz de Ubeda por nacimiento, madrileño por convicción y residencia, y, sobre todo, artista universal por vocación. Nos dice la hoja de una de sus casas discográficas que ya, desde los 14 años, escribía y componía en sus ratos de poeta de provincias. En el 75 edita con su primera guitarra un disco que se titula INVENTARIO. Filología Románica en la Universidad de Granada en el 67. Decide abandonar el estudio y escribir y se enrola en un barco de mercancías con destino a Juan Panadero. España ardía por los cuatro costados y en el 76 decide exiliarse en Londres, donde viviría con su compañera. En el 76. Amante de las letras y el teatro, retorna. Actuaciones con Juan Panadero con exilio, y consigue ganarse la vida en Londres; trabaja de camarero, actúa en restaurantes y clubes. Cohabita con poetas por doquier. Además, edita en el 75 "Memoria del exilio". En el 77 colabora en prensa local, sobreviviendo con colaboraciones del periódico cotidiando. Ha sido fichado por una discográfica de éxito al que le une un sentimiento que le exige trá-

mites burocráticos: su boda con Lucía.
Decide reaparecer por Madrid en busca de ese aura romántica de los escenarios y en el 82 edita en CBS. Lanza un álbum en vivo que lleva por título LA MANDRÁGORA, que se venderá en el mercado del segundo semestre. El segundo disco de Sabina en solitario se titula MALAS COMPAÑÍAS. Con este disco sus esfuerzos en consolidar una banda eléctrica con un toque irónico se verán compensados. Sabina continúa con su campo del canto coral y bautiza con el nombre de VICEVERSA.
Apariciones en blanco y negro en la pequeña pantalla: “Si yo fuera presidente”, “Con las manos en la masa”, “La Tarde presenta a Sabina” y otras. En el 85 edita JUEZ Y PARTE, con sello nuevo en la firma Ariola, presentado en las

fiestas de San Isidro y las apariciones televisivas en “La edad de oro” reconfirman ¡Viva la transgresión! como una bandera del movimiento de Sabina. Trabaja intensamente con la banda VICEVERSA hasta que graba su tercer álbum en solitario, HOTEL DULCE HOTEL, que será uno de los discos más vendidos del año 87. Joaquín Sabina ha sido espía del Estado Insular, espía de sí mismo y espía de esa España que camina como una gran canción.
Eduardo Aute, Javier Gurruchaga, Javier Krahe y Jaume Sisa). Una biografía de Sabina puede resumirse en sus actuaciones: 85 JUEZ Y PARTE, 86 LA MANDRÁGORA y 87 HOTEL DULCE HOTEL. Joaquín Sabina es espía del Estado Insular, espía de sí mismo y espía de esa España que camina como una gran canción que nadie ha escrito. Lo veremos en Binéfar, en el escenario de la antigua algodonera, cantando y compartiendo con los protagonistas-stars de las Fiestas Mayores.

 Fuentes: La Voz de Binéfar, octubre 1987

Entradas populares