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domingo, 21 de diciembre de 2025

Baloncesto en Binéfar: Historia, corazón y futuro desde la base

En febrero de 1986, en la Voz de Binéfar, aparece una entrada sobre el baloncesto femenino. Ya no era una simple afición: era una vibrante realidad deportiva que latía fuerte en cada pista, en cada fichaje y, sobre todo, en cada jugador y jugadora que se ponía las zapatillas y salía a competir con orgullo. Uno de esos momentos viene recogido en este recorte de prensa que hoy rescatamos: el Club Baloncesto Binéfar femenino juvenil había logrado una magna plaza en el plano provincial, compitiendo de tú a tú con equipos potentes como el del Nieve-Huesca de Luis Vázquez. El mérito, subraya la nota, no solo está en la plaza obtenida, sino en que se consiguió a pulso, sorteando problemas a lo largo de la temporada, empezando por la falta de instalaciones.

Esta historia no es sólo nostalgia. Habla de cimentar comunidad desde el deporte, de entrenamientos que empiezan a primera hora y de charlas en el vestuario que valen tanto como los puntos encestados. Nos recuerda que este club ha sido, y sigue siendo, una cantera de experiencias que van más allá del marcador. Mirar ese recorte es ver, de algún modo, las raíces de lo que hoy es un proyecto vivo y ambicioso en Binéfar.

Baloncesto Binéfar
Baloncesto Binéfar: Foto Niko


Otras entradas sobre Baloncesto en Binéfar;

- Baloncesto en el Palermo de Binéfar en 1942 

Baloncesto en Binéfar de 1990

- Baloncesto en el Palermo de Binéfar en 1983 

 

 La entrada de La Voz de Binéfar de 1986, de José Luis Pacicio era esta:

Un equipo que ha triunfado
José-Luis Paricio

El Club Baloncesto Binéfar-femenino juvenil, ha sido, sin lugar a dudas, el equipo revelación de su grupo, logrando una importante segunda plaza a nivel provincial detrás del Nieve-Huesca de Luis Vázquez.

Las chicas de Rosa Villamata, contra viento y marea, con problemas a lo largo de la temporada, como la falta de instalaciones.

Y con un programa grave que puede derivar en que el equipo no pueda repetir en la temporada 86-87, por falta de equipaje, sirvan estas páginas para que este problema se pueda solucionar, y de homenaje a un equipo que se ha ganado por méritos propios y a pulso esa segunda plaza. Estas son las protagonistas:

Entrenadora: Rosa Villamata.
Delegada: Paquita Pions.
Capitana: n.º 13, Asunción Corral (alero).
N.º 4, Inmaculada Escuder (ala-pivot).
N.º 5, Rocío Cortés (base).
N.º 8, Isabel Asensio (alero).
N.º 9, Inmaculada Almuzara (pivot).
N.º 10, Ana Belén Contreras (alero).
N.º 11, Marta Toda (base).
N.º 12, Gemma Blasco (pivot).
N.º 13, Asunción Corral (alero).
N.º 14, Maribel Pérez (escolta-base).

 

Baloncesto Binéfar

Porque el baloncesto en Binéfar no ha muerto ni se ha quedado en recuerdos. Muy al contrario: se ha fortalecido con los años tanto en estructura como en participación. En la temporada 2025/2026, por ejemplo, el Club Baloncesto Binéfar renovó su junta directiva apostando por reforzar las bases del club, ampliar su presencia comunitaria y ofrecer experiencias formativas y abiertas para todas las edades. Esa orientación muestra un deporte que ha entendido cómo ser relevante en el tejido local: no solo competir, sino generar valores compartidos como compañerismo, disciplina y superación.

¿Y qué hay de ese equipo femenino juvenil del recorte? La historia de ese grupo de jugadoras —capitaneadas por Asunción Corral, con nombres como Paquita Pions en la delegación o Inmaculada Escuder en la cancha— es más que una nota de prensa: es una señal de que la pasión por el baloncesto estuvo presente mucho antes de los campus y las jornadas urbanas. Es una generación que abrió camino, cuyo empeño y visibilidad ayudó a construir lo que hoy sigue vivo en forma de escuelas, equipos y participación ciudadana.

Si algo demuestran estos hitos, es que el baloncesto en Binéfar no es una moda pasajera, sino un proyecto social, un elemento que articula identidad local y ofrece a jóvenes y familias un espacio donde crecer juntos. El deporte, en este sentido, se convierte en una herramienta de fomento de valores y comunidad. Porque ganar un partido suena bien, pero ver a toda una ciudad animar desde la grada, apoyar a las futuras generaciones y organizar eventos multiculturales en torno a la pelota… eso es, sencillamente, una victoria colectiva.

 Porque al final, como enseñan tanto los éxitos como las dificultades de aquel equipo juvenil, el baloncesto en Binéfar es una lección de vida: no siempre se gana, pero siempre se aprende, se comparte y se crece.

Compartir es vivir, también en redes sociales.

Fuente: La Voz de Binéfar 1986

 

 

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