domingo, 19 de noviembre de 2023

La Algodonera en 1956

Acercamos una separata de la revista de agricultura del año 1956 escrita por Manuel Pardo Pascual, Ingeniero Agrónomo, sobre la Algodonera de Binéfar . Son 4 páginas de medida 31 x 21 cm

 

Algodonera de Binéfar


Factoría desmotadora de algodón situada más al norte del mundo

Recientemente, en la exposición agrícola celebrada en Madrid con motivo de la conmemoración del centenario de la Fundación de la carrera de ingeniero agrónomo y perito agrícola, en el estand correspondiente al servicio de algodón se presentaba un mapa en el que estaba situado geográficamente los principales países algodoneros del mundo, como Estados Unidos, Egipto y la India. Junto a ellos destacaba el nombre de un pueblo de la provincia de Huesca: Binéfar. Por él estaba trazado su paralelo, que quedaba por encima del más elevado de cualquiera de aquellos países, y sobre este mapa un rótulo decía: “En Binéfar funciona la factoría desmotadora de algodón situada más al norte del mundo.”

Efectivamente, en los últimos días del mes de octubre pasado, una instalación de este tipo, de la más moderna y completas que existen en España, comenzó a desmontar el algodón bruto que llegaba de toda la Ribera del Cinca, produciendo balas que, con el asombro consiguiente de cuántos pasaban por los llanos de la Litera, se veían a poco de transportar con destinos a los centros de consumo de esta importante materia prima, base de una potente industria nacional, dando así una nueva e insospechada fisionomía al aspecto agrícola de aquella comarca aragonesa.
Tiene Binéfar un latitud superior a los 42 grados, y puede considerarse como centro geométrico de la zona, susceptible de cultivo de algodón, dominada por el canal de Aragón y Cataluña, que al tomar sus aguas del río Esera, una vez reguladas por el pantano de Barasona, las distribuye por toda la llanura situada en el margen izquierda del río Cinca, contribuyendo así a cambiar el aspecto árido y estepario que antes tenía. Riega dicho canal unas 105.000 hectáreas, entre las cuales está la comarca de la Litera, que tan firme defensor tuvo a Joaquín Costa, que del río Ésera decía: “Soy la sangre de la Litera y no corro por sus venas y por eso la Litera agoniza.”

Algodonera de Binéfar

Hoy ya sus aguas, distribuidas por el canal, permiten una intensificación de los cultivos de verano, y entre aquellos con los cuales se cuenta para el objetivo está el algodonero, en el que concurren condiciones muy favorables, por lo que las necesidad de mano de obra se refiere, de una parte, y por la pequeña exigencia de agua de otra, dato este último de gran importancia, ya que la dotación actual del canal, y las frecuentes averías que sufre, no permiten el empleo de grandes cantidades de agua de riego.

Poblaciones de cultivo de algodón en Huesca


Ha sido cuestión de muy pocos años el hecho de ver surgir campos de algodón en los términos municipales de Estada, Estadilla, Fonz, La Almunia, Monzón Binéfar, Alfántega, Oso, Almudévar, Tamarite, Altorricón, Albelda, Pueyo, Binaced, Esplús, Albalate, Belver, Zaidín y Fraga, todos ellos en la margen izquierda del Cinca, y por afinidad ,en la ribera derecha, en pueblos como Pomar, Estiche, Santalecina, Chalamera, Ballobar, Velilla, Torrente y Mequinenza.

Debido a la acertada intervención del Ministerio de Agricultura, que, por mediación del Instituto de fomento de producción de fibras textiles, y directamente por su servicio de algodón con las compañías concesionarias establecidas para esta finalidad, ha introducido primero, y fomentado después de una manera decidida, el cultivo del algodonero en España, se ha llegado a lo que hace algunos años se consideraba como una fantasía irrealizable: el que en la provincia de Huesca fuese productora de algodón y que en ella, gracias al progreso de la técnica agronómica, que, en la obtención de nuevas variedades procesos ha permitido este cultivo en la misma, se haya podido instalar una factoría desmontadora emplazada más al norte del mundo, por lo menos del occidental, causando asombro de cuántos pasan ante ella, los cuales, al ver allí las balas apiladas, más bien piensan que se trata de un centro de consumo y no de producción.

Algodonera de Binéfar - Maquinaria

La maquinaria de la Algodonera de Binéfar

Se compone esta instalación, importada de Estados Unidos de América, de un equipo completo “Murray” accionado todo él con un motor eléctrico de 150 HP. El algodón bruto, aspirado en los muelles de descarga, es conducido por un colector, mediante una corriente de aire regulable en relación con el estado de aquel, a un secadero vertical, en el que el algodón hace su recorrido entre bandejas horizontales, siendo impulsado, a su vez, por otra corriente de aire, previamente calentado a una temperatura de 70 grados, mediante un modernísimo quemador de fuel-oil. Esta instalación para el previo secado, es esencial en zonas como esta en la que nos referimos, en la que durante la época de recolección son muy frecuentes días húmedos y de lluvia o niebla, que colocan al algodón en condiciones muy difíciles para ser bien desmontado. Una vez seco, pasa a la limpiadora, establecida en plano inclinado, y de allí a las desmontadoras, después de haber atravesado el largo recorrido de los “Mitchell”, que le coloca en perfectas condiciones para la realización de aquella operación.

La fibra, impulsada por otra nueva corriente de aire, es conducida a una moderna prensa hidráulica doble y giratoria, situada en el mismo plano que el resto de la maquinaria, diferenciación esencial de las antiguas, que la tenían en una planta superior y en la que pueden producirse en condiciones normales hasta cinco balas por hora. La semilla, transportada por sinfines, es conducida a los puntos de carga. Una perfecta instalación permite la conducción de algodón muerto, desperdicios y tierras, evitando así la existencia de polvo en el pabellón de máquinas.

A esta factoría concurre todo el algodón bruto que los agricultores se entregan en diferentes almacenes receptores, establecidos en lugares estratégicos de la Ribera del Cinca, y la puesta en marcha de esta nueva y modernísima instalación en la provincia de Huesca es un claro exponente de progreso agrícola de la misma y, en suma, de todos los regadíos aragoneses, en los que ha bastado tan solo un periodo de 9 años, plazo bien corto cuando se trata de una innovación en el campo, para que una planta industrial, de la importancia del algodonero, totalmente desconocida en los mismos y, aún más, vista con cierta prevención por algunos, al considerarla sin saber porqué inadecuada esta zona, ha ido invadiéndola sin embargo, al extremo que elocuentemente asevera el conocimiento de algunas cifras.

En la Granja Agrícola de Zaragoza, dependiente del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, se iniciaron los primeros ensayos y estudios con el Servicio de Algodón en el año 1940, los cuales se prolongaron hasta 1945, en que una docena de agricultores pasaron a experimentar las variedades ya seleccionadas, cultivándolas con la técnica que se aconsejaba. En la campaña 1954 -1955, se había extendido este cultivo a 122 pueblos aragoneses, en los que más de 9000 agricultores percibieron, por esta cosecha, una cifra que rebasó los 30 millones de pesetas. Por otra parte, más de 100000 jornales se pagaron solamente por la recolección. 

Conclusiones

Queda, sin embargo, mucho por hacer todavía, y más que el aspecto técnico, es precisamente en el de enseñanza a la población agrícola para llevar al convencimiento de todas las innumerables ventajas de este cultivo, pues aún se habla de una convergencia de conseguir variedades más precoces para Aragón, sin conocer bien las características de las que se cultivan. Vaya para quienes así piensan una afirmación: hay pueblos aragoneses, entre los que se pueden citar Sástago y Mediana, en la provincia de Zaragoza; Pomar de Cinca, en Huesca, y alguno de Teruel, en los que sus agricultores, después de haberse entregado a este cultivo con fe y verdadero entusiasmo, consiguen producciones unitarias para cada pueblo que rebasan las obtenidas como medias en Estados Unidos.

No son, por tanto, sólo la precocidad de las variedades empleadas y el medio, aún siendo, desde luego, muy importantes los factores definitivos; hay un tercero muy importante, que es el agricultor, que en este caso resuelve en uno y otro sentido.

Maquinaria Algodonera de Binéfar

Dos factorías desmontadora funcionan ya en Aragón: una en Zaragoza, que tiene además equipo de desbrozado, laboratorios de ensayo de semillas y de clasificación de fibra, con arreglo a los tipos internacionales. Una instalación completa de extracción de aceite, sistema “Muller”, importada la Alemania, comenzará a funcionar en la próxima primavera, completando así esta factoría.

Otra en Binéfar (Huesca), a la que nos hemos referido. Son, por tanto, ya dos jalones firmes, que aseguran y garantizan el éxito de este cultivo.

El momento peor para el algodonero en Aragón ya pasó, pues fue al dar sus primeros pasos, cuando se daba a conocer y precisamente en los años que siguieron a nuestra guerra de liberación, cuando tenía que abrirse camino frente a los productos alimenticios, que, lógicamente, adquirían precios muy elevados y con los que era muy difícil competir.

Hoy, con las variedades Chirpan, Esparta, Andalucía y Paymaster, seleccionadas, entre otras muchas, para Aragón y las prácticas de cultivo aconsejadas, como siembras espesas, que aseguran una mayor número de plantas por hectárea; número de riegos adecuados, según comarcas y clases de tierras; despuntes más o menos energéticos, realizados en una o varias veces; tratamientos de plagas y empleo adecuado de fertilizantes fósfopotásicos y nitrogenados, se obtienen cosechas excelentes.

Es aquellos pueblos que desde un principio han tomado este cultivo con interés, siguiendo las instrucciones que para él se aconsejan, puede asegurarse que lo cultivan mejor y con más técnica que cualquier otro de los ya tradicionales, para los que es difícil modificar lo que es rutinario y más aún en zonas, como estas, en las que la división de la propiedad obliga a actuar sobre muchos miles de agricultores.

En Aragón región de numerosos regadíos y, por tanto, de gran porvenir, instalados ya unos, en proyecto otros y por descubrir algunos, siendo muy corriente ,cuando se habla de este tema, decir: “Hay que buscar nuevas plantas para los nuevos regadíos”. ¡Pero si hay tantas ya conocidas y ninguna es despreciable, sino al contrario muy dignas de tenerse muy en cuenta¡. Lo que hay que hacer es producirlas bien y sobre todo cuando, además de todas las antiguas y tradicionales, existe alguna que puede considerarse como nueva, como es el algodonero, y que por ser de gran capacidad de consumo es doblemente interesante. ¿Para qué pensar en otras nuevas?.

En la presente campaña se han podido ver campos de algodón en Tudela (Navarra) y en Ejea de los Caballeros (zona del canal de Bardenas). Los conocedores de estas comarcas y de los cultivos de las mismas que hayan visto el resultado de aquellos campos podrán apreciar, sin pasión alguna, que es el algodon es una planta industrial que puede ocupar un sitio muy preferente en aquellos y digna para los que se preste la mayor atención.

Es, pues, lógico insistir sin cansancio en todo lo que repercute en el fomento de esta planta, confiando en ver pronto factorías desmontadoras en Navarra y Teruel. Querer es poder, y más difícil parecería asegurar el cultivo algodonero en Aragón cuando tan solo existía campo de ensayo en la Granja Agrícola de Zaragoza, que pensar en factorías nuevas en Navarra y Teruel, cuando ya las hay en Zaragoza y Huesca, funcionando a plena satisfacción de todos.

Aportaciones en redes sociales:

El cierre definitivo se produjo en 1971. La maquinaria fue vendida a una cooperativa de Murcia y las naves a la empresa Gabino Lapuente S.A. Esta última información está extraída de la página 243 del libro: ISÁBAL MALLÉN, SILVIA. (2015). La Industrialización de Binéfar, 1ª Edición, Binéfar.

Ernesto Romeu:

Finalmente pasó a ser propiedad del banco Hispanoamericano. El señor Francisco Limiñana, avisó al Ayuntamiento para que negociará su compra. Un papel importante lo determinó el concejal Eduardo Subías para que cerrará la operación y la comprara el ente municipal.
Su precio, 30.000.000 de pesetas a pagar en 6 años a razón de 5.000.0000 anuales, sin intereses. Una magnífica operación.
En mi época de concejal, todavía figuraba esa partida de amortización en lo presupuestos anuales.

Lourdes Gatius:

Mi abuelo era el responsable de la compra del algodón en poblaciones cercanas, vino como capataz desde Zaragoza para la Algodonera. Se llamaba Mariano Sanjuán Sayas, enviado como capataz de Algodonera del Ebro en Binéfar

 Compartir es vivir, también en redes sociales.

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