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domingo, 10 de agosto de 2025

Peña El Rosigón: la rana que bailaba toda la noche

Corría el año 1976 y en Binéfar la palabra “peña” no se había institucionalizado aún como hoy la conocemos. En ese contexto, nació El ROSIGÓN, una peña que no solo fue pionera, sino también rompedora y muy suya. Tanto, que fue la única que funcionó fuera de APEBIN, la asociación que agrupó al resto de peñas binefarenses tras sus primeras fiestas.

Peña Rosigon de Binéfar 

Origen de la Peña Rosigón

El Rosigón surge al calor de la oficialización de las peñas en el Binéfar de 1976, impulsadas por un bando de la Comisión de Fiestas. Pero su nacimiento no fue casual: Joaquín Pano Maynar, vicepresidente de dicha Comisión (e hijo del alcalde de entonces), fue clave para su formación. Junto a su cuadrilla –con nombres como los hermanos Enrique y Juan Solano, Salillas o Justo Martín Olivera– empezaron con un corral techado en la calle La Industria.

Carroza peña Rosigon 1980
Carroza peña Rosigón 1980 a su paso por Plaza España

 

Pronto se mudarían a la calle San José de Calasanz, local donde había estado Talleres Broto y propiedad de Agustín Arbones (actual Asesoría llergestión). Allí, las dos enormes puertas se abrían al baile y al jolgorio. La orquesta Real Casino de Lérida se encargaba de animar el cotarro desde un altillo enano. La entrada era libre, pero los resopones solo para socios, ¡que una cosa es ser abiertos y otra perder el jamón!

Junto con el resto de Peñas se unifican tras las primeras fiestas en APEBIN, pero diferencias políticas y su idea de Peña exclusivamente para fiestas, ocasionan su salida de la Asociación, y su funcionamiento independiente. Posteriormente, existiría una fuerte rivalidad y en escasas ocasiones efectuarían actividades en conjunto, salvo la organización del Baile en la Algodonera, al rehusar la Comisión de Fiestas su ejecución. 

Vehículo y socios del Rosigón
Vehículo y socios del Rosigón

 El primer año su masa social la componen 84 socios, 45 zagalas y 39 zagales. Posteriormente el número de asociados asciende hasta alcanzar en su punto álgido la cantidad de 350 y en 1981 llegó a los 500 socios. Tras el abandono de APEBIN, deciden dedicar sus esfuerzos en las fiestas exclusivamente y crean un programa innovador que incluye cenas y resopones para socios y actos populares, cuyo mayor exponente sería el baile nocturno. Según rezan los programas de fiestas, a las 02:30 horas comienza el baile abierto a todo el público, en el que actúa casi siempre la Orquesta Real Casino, de Lérida; en muy escasas ocasiones se menciona la Orquesta "Calero Electric Philisave Orchestra" '. 

 Cenas, jamón y tradición

Si algo distinguió al Rosigón fue su apuesta por el factor alimenticio. Desde sus inicios ofrecían cenas organizadas y sentadas para todos los socios, cocinadas por un equipo contratado. Añadían también bocadillos en los toros, y los famosos resopones nocturnos que ayudaban a sobrevivir al segundo asalto del baile.

El uniforme: camiseta roja con escudo. El escudo: una rana comiéndose un garrón de jamón. Y como toda buena historia binefarense, esto tiene un giro entrañable: la rana existía. Era de trapo, la llamaban Rosigón y la paseaban como un socio más: comía, bebía, iba a las atracciones e incluso tenía su vale. Lo dicho, Binéfar en estado puro. 

Como anécdota nombrar que Pedro Naya, uno de sus últimos presidentes, habla de la vestimenta en una entrevista en 1986 que adjuntamos al final de esta entrada. 

Toreando Rosigon
Rosigón en la plaza de toros

En 1981, en el balance de las fiestas, la peña Rosigón: era la que más ajetreo tuvo, ya que contaba en plenas fiestas con tres locales: una sede social de la peña, el local de verbenas y donde se celebraba sesión-vermut, y el local de cenas. Cabe señalar que esta peñá está rondando los 500 socios y ha llevado un programa de acción conjunto con la peña Binéfar-77. 

Es igualmente es una de las primeras Peñas que en los toros reparte bocadillos a sus miembros. Como actividades complementarias a las mencionadas, organizan juegos y competiciones infantiles un día de las fiestas. En 1.982, el Rosigón crea la Gymkhana Humorístico-Popular Villa de Binéfar, actividad que se celebraría durante seis años el sábado anterior a las fiestas. Se trata de una competición por equipos, en la que los participantes han de recorrer con un vehículo diferentes controles, donde han de realizar pruebas. La idea: divertirse. 

Rosigón crea la Gymkhana Humorístico-Popular Villa de Binéfar,
Rosigón crea la Gymkhana Humorístico-Popular Villa de Binéfar.

 

Esa misma noche frente al Pub Rosigón, situado en la Calle Tamarite se organiza una verbena popular, donde se entregan los premios a los participantes en Binéfar La junta directiva (que sucesivamente presidirían el mencionado Joaquín Pano, Fernando Salillas, José Abadías, Pedro Naya y Enrique Pano), hace especial hincapie en la participación de los socios en las actividades con la uniformidad oficial de color rojo y con el escudo, que está compuesto por el dibujo de una rana rosigando un "garrón" de jamón. La idea de este anagrama nace de uno de los socios fundadores, Jaime Ortiz "Prosper" , que además pasearía durante toda la vida de la Peña una rana de trapo a la que trata como si fuera un peñista; la sientan a la mesa en las cenas, le dan de beber, acude a todos los actos e incluso la montan en las atracciones de feria sacando el correspondiente vale (*les sale las fiestas por un pico, porqué según ellos encima le gustaba ir").  

Gymkana humoristica Rosigón
1988: La gymkhana Humorístico-Popular Villa de Binéfar en prensa.

Con intención similar a la existente en APEBIN por tener un local social, adecúan un local junto al antiguo Bar Perú, al que llaman Bar Rosigón. Joaquín Guarch y Roberto Marco, se encargan de explotar el establecimiento, que posteriormente pasaría a ser Pub, y luego se llamó Rosi. En una dependencia del mismo, la asociación tiene una pequeña oficina donde se reúnen y realizan las tareas administrativas, cuando se acercan las fiestas. 

Bar Perú junto al que estuvo el Rosigón
Bar Perú junto al que estuvo el Rosigón en Calle Tamarite

Si bien mantienen su intención de funcionar exclusivamente en fiestas, en algunas ocasiones patrocinan equipos deportivos, y durante algún tiempo se organizan un grupo de majorettes con su banda de tambores y cornetas, del que se encarga José Manuel Montanuy. 

Grupo Majorettes, bombos y cornetas del Rosigón 

El mayor esplendor de la Peña El Rosigón, se sitúa en los años 1.979 al 1.983. Posteriormente y de una forma paulatina entra en declive hasta que desaparece en el año 1.988. Ya en 1.987, Pedro Naya, entonces presidente, relata en el saluda del Programa Oficial de Fiestas y en una entrevista publicada el 11 de septiembre en el Diario del Altoaragón, que la peña está atravesando momentos difíciles. Se adjunta más adelante en esta misma entrada.

Banda en Fiestas Mayores de Binéfar

Majoretes en Fiestas Mayores de Binéfar

 Gymkhana, majorettes y un pub propio

En 1982 inventan la Gymkhana Humorístico-Popular Villa de Binéfar, un evento que se celebró durante seis años y combinaba vehículos, pruebas disparatadas y risas. La entrega de premios se hacía frente al Pub Rosigón, en la calle Tamarite, germen del actual Rosi, con Joaquín Guarch y Roberto Marco al frente.

Pub Rosigón 

También se atrevieron con majorettes con banda propia, bajo la batuta de José Manuel Montanuy. Y hasta patrocinaron equipos deportivos en sus momentos de esplendor, que sin duda fueron de 1979 a 1983.

Majorestes Rosigon Binéfar

Majorestes Rosigon Binéfar

Majorestes Rosigon Binéfar

 

Final de fiesta

La desaparición de la mayoría de los miembros de la Junta inicial, sin conseguir un relevo generacional, origina que los actos que realiza la peña se limiten exclusivamente al baile nocturno. El número de socios se reduce notablemente y dejan de acudir a los actos festivos como Peña. Cuando en las fiestas de 1.988, el local habitual de la Calle San José de Calasanz, se lo alquilan a la Kraba, se trasladan a la Avda. del Pilar (donde posteriormente se situaría el Tecnogym), lo que supondría el empujón definitivo hacia la desaparición.  

Como a otras peñas, la falta de relevo generacional y el aislamiento del resto acabaron pasándoles factura. En 1988, tras mudarse a la Avenida del Pilar, donde estaba Tecnogym, la peña desapareció. Su último presidente, Pedro Naya, ya advertía un año antes en el Diario del Altoaragón que el Rosigón atravesaba momentos complicados. 

Esta información sale publicada en el Diario del Altoaragón el viernes 11 de septiembre de 1987 :

Desfile Peña Rosigón 1986
Desfile Peña Rosigón 1986

 Balance de las Fiestas de 1988 por parte de la Peña ROSIGÓN


1.- Teniendo en cuenta que Rosigón ha sido de siempre fundamentalmente una peña de fiestas, el balance podemos considerarlo más que positivo al haber alanzado una gran popularidad incluso fuera de nuestra localidad debido a nuestro baile popular que ha hecho que multitud de visitantes a nuestras fiestas patronales, relacionen inmediatamente el nombre de nuestras fiestas patronales con el de nuestra
Peña Rosigón.

2.- Rosigón actualmente está atravesando una situación francamente en retroceso como ocurre en la totalidad de las peñas de la localidad,debido pensamos a un alejamiento histórico y que hace que se trabaje sin realizar conjuntamente un plan de actuación encaminado a potenciar las asociaciones.

3.- Hemos de pensaren el futuro como antes te he dicho, intentando cambiar las estructuras actuales porque si no las peñas en Binéfar entre las que se incluye Rosigón,realmente tienen un futuro muy negro. Rosigón por lo tanto, no está al margen de esa situación.

Programa peña Rosigón
Programa de Fiestas Rosigón


Un legado peculiar (y sabroso)

El Rosigón fue, ante todo, la peña que entendía la fiesta como un banquete y una verbena, sin necesidad de implicarse en todo el entramado institucional. Preferían el jamón, la orquesta y el cachondeo, algo que la gente de la redolada no tardó en identificar... y en acudir.

Porque en Binéfar, quien ha comido resopón, bailado con la Real Casino y visto a una rana de trapo por las ferietas, sabe que eso no se olvida.

pUBLICIDAD rOSIGÓN
Publicidad en la revista "El lado salvaje" del Pub Rosigón. 1984

 

 Entrevista a su presidente, Pedro Naya, en Diario Altoaragón el 12 de septiembre de 1986:

El Rosigón celebra su décimo aniversario. Pedro Naya es el presidente desde hace tres años de la peña El Rosigón está formada por 176 socios. Este año celebramos el décimo aniversario de su fundación.
—,Qué participación tiene vuestra peña en las fiestas?
—Participamos en los toros sacándonos los bonos y en el baile que lo organizamos todas las peñas.
—,,Porqué la peña El Rosiqón no está asociada con otras peñas?
—Me parece que fue en el año 78 cuando hubo enfrentamientos personales. Las peñas decidieron disgregarse.Más tarde se formó Apebín, al elegir nueva junta miembros del Rosigón no estuvieron de acuerdo y se separaron. Los socios de la peña no quieren unirse a ninguna otra, pero a la hora de la verdad trabajamos conjuntamente con las otras peñas y organizamos juntas el baile.
—,Qué presupuesto tenéis?
—Alrededor de las 700.000pesetas.
—Con cuánto os ayuda la Comisión de Fiestas?
—Con nada. pero no sólo a nosotros, a nadie.La comisión da 25.000 pesetas a las peñas y asociaciones que presentan una carroza en el desfile. Nosotros no nos presentamos porque a pesar de tener176sociosdetrás,en cosas como la confección de una carroza sólo trabajamos cuatro.

Y tenéis algún tipo de atuendo que os identifique?
—Antes llevábamos una camiseta ni roja ni rosa, una mezcla, con un divertido anagrama en el que había una rana rosigando un hueso de jamón.
—¿Una rana?
—Si porque desde hace un tiempo las ranas de trapo se han convertido en la diversión de las fiestas.
—¿Organizáis algún otro acto?
—El día 6 hacemos una gimkana humorística con vehículos.Se trata de pruebas de habilidad por el pueblo. La gente se divierte mucho.
—Durante el año continuáis con la misma actividad que en fiestas?
—Solamente para San Quílez organizamos una verbena el día anterior con objeto de reunir a la gente y poder marchar todos juntos en la romería. 

 Ampliación (11/08/2025)

En redes sociales aparece esta información:

Peña Rosigón Binéfar


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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

- Cetril 

- Rosigón 

Fuentes: 

 

 

domingo, 3 de agosto de 2025

Peña El Cetril – El botijo de Binéfar

 Origen e identidad (1977)

La Peña El Cetril nació en mayo de 1977, apenas un año después de las primeras peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y CascabelSu nombre hace referencia a un 𝗯𝗼𝘁𝗶𝗷𝗼 — en aragonés “cetril” significa precisamente eso — y su anagrama lo representaba claramente: un botijo dibujado.

Peña Cetril de Binéfar

 Peñistas del Cetril en las vaquillas

Detalle trasera camiseta peña Cetril Binéfar
Detalle de la segunda camiseta de 1978.

A diferencia de otras que surgieron de chamizos tradicionales, El Cetril no deriva de ninguno de ellos. Nace directamente del Club Montaski, ligado a la Organización de la Juventud Española (O.J.E.), con perfiles jóvenes que venían de actividades de montaña y de raíz religiosa, por ello nunca llegó a integrarse en la estructura “clásica” de peñistas de Binéfar.

Actividad y duración

La peña tuvo una vida breve: solo dos años en activo. Su núcleo estaba formado por chavales de entre 13 y 14 años, algunos apoyados por jóvenes de pocos años más, que asumieron tareas directivas con apenas más experiencia. En su uniforme, destacaba el verde, aunque en su segundo año también vestían de negro.

El primer año (1977) con aerosol, sobre las camisetas de color verde claro se pinta sobre un mapa de Aragón cubierto de franjas rojas y amarillas un botijo sobrepuesto. Al año siguiente debido a que las camisetas verdes se ensuciaban mucho, se cambia a negras con cuello y bocamangas blancas y el logotipo en blanco en la espalda. 

Durante su tiempo de existencia, no llevaron a cabo actividades propiamente peñistas: ni cenas mediáticas, ni carrozas relevantes, ni implicación en la dinámica común de APEBIN. De hecho, su local tenía más apariencia de chamizo que de peña organizada. Tenían tocadiscos y tonel de vino. Esta falta de estructura y de actividades propias contribuyó a su desaparición. 

¿Quien fue quién?

  • No aparecen nombres destacados como presidentes institucionalizados. En las baquillas el maestro era Juan Manuel Campo ayudado por Pío Marco Truco.

  • Alquilaron locales en calle Sisallo (1977) y calle Barcelona (1978), sin llegar a consolidar una sede definida o habitual. El local de la calle Barcelona había sido usado anteriormente por la Peña La Gayata.

  • Cabe señalar que su público era muy joven y no habían existido generaciones anteriores que los respaldaran, lo que les restó proyección. Una vez se disuelve, sus integrantes se reparten entre la peña Rosigón, en gran parte, Kraba y Latacín.

Comparación breve con otras peñas

Las primeras peñas de Binéfar (La Gayata, El Tozal, La Kraba, Latacín, Cascabel y Binéfar 77) nacieron entre 1976 y 1977, muchas de ellas con fuertes raíces en chamizos locales y una rápida integración en APEBIN. Sin embargo, El Cetril:

  • No se integró formalmente en la estructura asociativa.

  • Tampoco desarrolló actividades propias relevantes.

  • Careció de una base social consolidada más allá de su juventud y entusiasmo inicial.

Legado y aprendizaje

Aunque efímera, la existencia de El Cetril deja un mensaje interesante:

  • La juventud no basta por sí sola: sin organización, planeamiento y cohesión, ni siquiera el entusiasmo más genuino sostiene una peña en Binéfar.

  • El origen importa: no anclarse en estructuras previas (como chamizos o lazos generacionales) puede limitar la supervivencia.

  • Valorar las raíces locales: mientras muchas peñas adoptaron nombres simbólicos o de identidad popular (como La Gayata o el Abadejo), solo prosperaron si contaron con compromiso activo de sus miembros.


La pancarta de 1978

En la pancarta de 1978, el espíritu del Cetril se dibujaba entre lo festivo y lo surrealista. En la esquina superior derecha vemos a un socio colocando las banderillas a un toro, mientras otro salta delante de la bestia, aferrado a un botijo como si fuera el tesoro más preciado de la Peña. Justo debajo, dos miembros de la charanga, con sombrero blanco de banda negra al más puro estilo "Pepe Palomeque y sus Tozaleros", animan la escena con bombo y trompeta.

La bandera de Aragón atraviesa la escena como eje de identidad, y en el centro, dominando la composición, aparece la portada de la Iglesia Parroquial de Binéfar, un guiño claro a las raíces del pueblo. En el lado izquierdo una motocicleta con un signo de interrogación apunta a las entonces puestas en duda actividades de motocross en la sierra de San Quílez.

Peña Cetril de Binéfar pancarta 1978 

 Pancarta peña Cetril en 1978. Fue el único año que participó en el concurso de carrozas quedando en séptima posición. La carroza era un carro decorado encima de un remolque en la que iba subida Dolores Ovejero.

 Datos clave resumen

  • Fundación: mayo 1977

  • Duración: 2 años (1977–1978)

  • Origen: Club Montaski (juventud montañera). Recoje muchos socios de la Peña El Abadejo.

  • Uniforme y anagrama: verde (luego negro), botijo dibujado

  • Actividades: mínimo desarrollo de eventos propios. Van en conjunto al desfile, los toros, detrás de la charanga y al baile de otras peñas al haberse integrado en la estructura del APEBIN.

  • Desaparición: por falta de organización y continuidad

La Peña El Cetril es un ejemplo de cómo una peña, pese a nacer con ilusión y juventud, puede desvanecerse rápidamente sin una base organizativa sólida. Su breve trayectoria contrasta con la de otras peñas de la época que sí perduraron, gracias a su capacidad de integración, diversidad de actividades y apoyo social intergeneracional. En la memoria local queda su botijo como símbolo de que ser joven no siempre garantiza permanencia.

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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

- Cetril 

Fuentes: 

 


domingo, 27 de julio de 2025

Peña Barones - Peñas de Binéfar

Contexto y origen (1991)

En 1991, cuando parecía que Binéfar solo tenía hueco para las tres grandes peñas –Tozal, Latacín y Kraba–, aparece Los Barones, la última en nacer... y la primera en desvanecerse.

 
Un grupo de catorce colegas del Chamizo “Los Barones”, situado en la calle Primero de Mayo (junto a la clínica), decide dar el salto de local informal a peña formal. Aquellos fundadores tenían apodos de lo más pintoresco:

  • Carlos Boren “Charly”

  • Javier Palacio “Larry”

  • Alberto Allepuz

  • Alfredo Aguarón “Gamba”

  • Víctor Villalba “Fontanero”

  • José Ma Cosials

  • Modesto Torres

  • Salvador Sancho

  • José Ma Córdoba “Goyo”

  • Ángel y Javier Senach

  • Ángel Rodríguez

  • Luis José Solana

  • Jesús Luna

Charly Boren, tras las fiestas de 1990, lanza la idea: “¿Por qué no formamos una peña llamada Los Barones?”. A varios les gusta la idea y se ponen manos a la obra.

De chamizo a peña: pasos iniciales

La idea es clara: replicar actividades de peñas emergentes (como La Kraba), pero dejando su propia huella. Primero, hacen un sondeo durante la fiesta anual del chamizo, consiguiendo 100 firmas de apoyo: un golpe de realidad: la peña tenía futuro si lograba convencer a más gente.
Se acercan a otras juntas peñistas pidiendo consejo. En julio de 1991, abren preinscripciones y se lanzan a una campaña boca‑oreja (“bis a bis”) en pubs y cafés. Así empiezan a captar adeptos.

Identidad visual: colores y escudo

Los Barones deciden vestirse de camiseta blanca con detalles en rojo (fajín y pañuelo). Su escudo es una maravilla de humor: obra de Javier Palacio, representa al Barón Rojo —en alusión al famoso aviador alemán de la Primera Guerra Mundial— con casco, sin afeitar y fumando una “faria” (un puro), mostrando un toque gamberro y divertido.

Logotipo peñas Barones de Binéfar 

Primer local y carroza inaugural

Un mes antes de las fiestas –en agosto 1991– ya cuentan con 150 socios. Alquilan un local en la calle Aragón, donde habían estado antes La Tozal y APEBIN en su baile conjunto. Ahí construyen su primera carroza: un biplano inspirado en su “patrón”, el Barón Rojo. Es un reto: montar un aeroplano en plena calle, sin ser ingenieros ni tener experiencia. Pero el entusiasmo mueve montañas (y carrozas).

Primera carroza peña Barones Binéfar 

Desfile de carrozas de Binéfar de 1991 con la Peña Los Barones (Florencio Molins)
 

Explosión de entusiasmo en el primer año (1991)

  • 220 socios en su primer año.

  • Jóvenes, ilusionados, comprometidos.

  • Se unen cuadrillas y chamizos.

  • Organizan el desfile, rompen las carrozas y dan un golpe visual en las fiestas.

  • Programan actividades clásicas (desfile, resopones, etc.) y una novedad divertida: una cena medieval, con ambientación cuidada, mesas alargadas, juglares, decoro de época... todo esfuerzo para marcar sello propio.

  • También organizan viajes a fiestas de otros pueblos, abriéndose a intercambios y experiencias fuera de Binéfar.

    Peña Barones de Binéfar 

    Desfile con su "carro" en Fiestas de Binéfar. En este enlace otros vehículos de Fiestas

Sostenibilidad en los años 1992–1993

  • Mantienen unos 200 socios, lo cual es sólido para una peña naciente.

  • Sin embargo, aparecen los primeros problemas: los jóvenes no responden tanto en actividades “de madrugada”, que son costosas de mantener.

  • En 1992, las otras peñas concentran sus locales cerca de la discoteca y el Ayuntamiento; Los Barones, a pesar de estar céntricos en la calle Aragón, quedan algo “descolgados” de la movida. Esto afecta la afluencia y visibilidad.

     

    Peña Barones en desfile de carrozas de 1992 en Binéfar

El descenso y fin de ciclo (1994–1995)

  • 1994: Charly Boren y su Junta, compuesta principalmente por los fundadores originales, intentan un relevo generacional – pero sin éxito.

  • La asistencia y el entusiasmo bajan: sólo 100 socios quedan activos.

  • Cambian de local: se instalan en la calle Lérida, junto al Bar Aneto, pero apenas sobreviven un año más.

  • Tras las fiestas de 1995, celebran una cena y fiesta de despedida en el Hotel La Paz y el Pub Blanco & Negro: se despiden de Binéfar acompañados de socios y viejos amigos.

Reflexión: ¿por qué desaparecieron Los Barones?

  • Nacieron para aportar diversidad y color a las fiestas: un soplo de aire fresco.

  • Su núcleo directivo fue fijo, lo que dificultó la renovación de ideas y la implicación de nuevos miembros.

  • Las actividades de madrugada resultaron caras y poco sostenibles sin un flujo de socios jóvenes.

  • Estar lejos del “epicentro peñista” de Binéfar: los locales alejados disminuyen la visibilidad y la energía colectiva.

    Desfile de Los Barones de Binéfar 

Legado y huella: ¿Qué dejaron atrás Los Barones?

  1. Una peña breve, pero intensa.
    Nacida con fuerza y desaparecida en cinco años, pero dejó buen sabor en la memoria colectiva.

  2. Una carroza memorable.
    El biplano del Barón Rojo sigue siendo recordado en fotos y vídeos, como el que grabó Florencio Molins y disponible en nuestro canal de youtube.


    Desfile de carrozas de las fiestas mayores de Binéfar de 1991 grabado por Florencio Molins. Entre otras peñas y asociaciones en el minuto 14:30 la peña Los Barones y su aeroplano. 

  3. Ejemplo para futuras generaciones.
    Su apuesta por una cena medieval original, viajes y actividades distintas demostró que las peñas pueden innovar.

  4. Un mensaje claro: sin renovación, sin movimiento, las peñas se estancan. Renovarse o morir.

    Peña Barones. Carroza de tanque segundo año.

    Peña Barones. Carroza de tanque en 1992. 


Análisis comparativo con otras peñas

CaracterísticaLos BaronesTozal, Latacín, Kraba
Año de fundación1991 (la última)1976–1977
Duración5 años20–40 años y aún activas
Base inicialChamizo estableGrandes chamizos o APEBIN
Ubicación localAragón → LéridaCentro, junto a la movida
Renovación de juntaSin éxito en 1994Con éxito, varias veces
LegadoEfímero pero intensoDuradedo y evolucionado
Actividades singularesCena medieval, carroza biplanoCharangas, cenas grandes, carrozas premiadas



 

Peña Barones en desfile con orinales como cascos en 1992.

 

Nota añadida el 28/07/2025: Desde la Peña Los Barones no hacen llegar un mensaje de AGRADECIMIENTO a todos los que fueron socios y colaboraron para que la peña LOS BARONES pudiera ser.

 

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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

Fuentes: 


 








domingo, 20 de julio de 2025

Peña Chaplin de Binéfar (1984)

La Peña Chaplin (1984) fue una peña que aunó juventud con camiseta blanca y silueta de Charlot.

Nuestra serie sobre las peñas tradicionales de Binéfar continúa con una de las más efímeras y curiosas: la Peña Chaplin, que solo llegó a existir durante las fiestas de 1984, pero dejó su impronta entre los jóvenes del momento.

Un proyecto joven e inclusivo

La idea nace desde APEBIN, que desde 1983 ya contemplaba la creación de una sección infantil o juvenil destinada a gente muy joven que no se integraba en ninguna de las peñas existentes. Ese año constan en las actas de la agrupación los primeros movimientos para articular una nueva iniciativa festiva.

A través de Carlos Gavin, se contacta con Laura Noguero, quien junto a un grupo de amistades coordina en 1984 la formación de la peña. El modelo elegido era un chamizo grande, apto para unas 90‑100 personas de entre 14 y 18 años; una imagen ideal para canalizar la energía juvenil en un formato festivo propio.

Peña Chaplin Binéfar


El local de la Peña Chaplin

Su local se ubicaba en la antigua clínica de la calle 1° de Mayo esquina Antonio Sistac. Como distintivo, adoptaron una camiseta blanca, decorada con la silueta negra de Charlot (Charlie Chaplin), en clara referencia a su nombre y personalidad iconoclasta.

Dentro del local apenas organizaron actividades propias: sirvieron el vino subvencionado por el Ayuntamiento y se integraron en el desfile festivo, pero sin eventos adicionales. No obstante, esa participación ya representó un espacio simbólico para su juventud y su identidad colectiva.

 Una vida breve… pero útil

La peña duró únicamente aquel año: tras las fiestas de 1984 desapareció formalmente. A pesar de su fugacidad, algunos de sus integrantes aprovecharon la experiencia para familiarizarse con el funcionamiento interno de las peñas y más adelante integrarse en otras ya consolidadas. En ese sentido, Peña Chaplin cumplió su función como punto de partida festivo y de socialización.

Ficha resumen:

    Duración: Solo durante las fiestas de 1984

    Socios: Entre 90 y 100 jóvenes de 14 a 18 años

    Nombre: Chaplin, por homenaje a Charlot

    Color y logo: Camiseta blanca con silueta negra de Charlot

    Local: Antigua clínica de calle 1º de Mayo con Antonio Sistac

    Actividad predominante: Desfile festivo y vino social en el local

La Peña Chaplin fue un ejemplo claro de cómo APEBIN promovía espacios para los más jóvenes: aunque solo existió un año, sirvió para que un sector de la juventud se sintiera representado y tuviera un lugar propio dentro de las fiestas de Binéfar. Un proyecto breve que fue semilla de integración y una experiencia para muchos que después continuarían su andadura en otras peñas más estables.

Aunque una de sus principales actividades fue el desfile, en la Voz de Binéfar de agosto de 1984 no se les nombra.

Voz de Binéfar de agosto de 1984


Con esta entrada cerramos una nueva página dentro de la memoria festiva local, reconociendo el valor de esas iniciativas juveniles que, aunque efímeras, nutrieron el panorama festivo del Binéfar de los ochenta.


fiestas-1984-binefar

Información clave sobre las Fiestas de Binéfar de 1984 en la Voz de Binéfar de septiembre

1. Balance general de las fiestas: Se hace una valoración positiva en líneas generales, destacando la buena participación ciudadana, el ambiente festivo y el funcionamiento de las actividades principales. Sin embargo, ciertas peñas mostraron insatisfacción con el modelo organizativo y el papel secundario que se les asigna. 

2. Programación musical y artística: Se destacan algunos conciertos y actuaciones musicales relevantes (aunque no se detallan todos los nombres), que obtuvieron buena acogida. Hay mención a la necesidad de mejorar la distribución horaria de los actos y evitar solapamientos.

3. Actividades infantiles y familiares: Se valora positivamente la participación en los actos infantiles, con buena afluencia de familias. Se propone reforzar la oferta para públicos intermedios (pre-adolescentes y jóvenes no peñistas).

4. Coordinación con peñas: Algunas peñas consideran que no se les ha tenido en cuenta suficientemente en el diseño de la programación. Se propone establecer reuniones previas y protocolos claros para facilitar su implicación.

5. Seguridad y orden público: No se reportan incidentes graves, pero sí se señala la necesidad de reforzar la coordinación con Policía Local y Cruz Roja, especialmente en zonas de alta afluencia nocturna.

6. Logística y organización: Se identifican fallos logísticos puntuales (cortes de tráfico, acceso a instalaciones, suministro de bebida en chamizos). Se propone una mejora en los medios de comunicación interna entre organización, peñas y servicios municipales. 

Valoración crítica de las Fiestas de Binéfar de 1984 de algunas peñas 


En la Voz de Binéfar de septiembre de 1984 aparece esta información sobre la valoración de las Fiestas de Binéfar. 

Durante la reunión de valoración posterior a las fiestas, varias peñas expresaron descontento con el modelo organizativo y algunas decisiones de la Comisión de Fiestas. Las críticas más destacadas incluyeron:

  • Falta de participación en la toma de decisiones, especialmente en lo referente a la programación de conciertos y actos peñistas.
  • Problemas de coordinación y fallos de comunicación, lo que provocó retrasos, confusiones y desorganización en momentos clave de las fiestas.
  • Reclamaciones por la pérdida de identidad peñista, con el argumento de que las peñas están quedando relegadas a un papel secundario en el modelo actual.

Este malestar fue trasladado por escrito por algunas peñas, reflejando una necesidad clara de revisar y fortalecer los canales de colaboración entre la Comisión de Fiestas y el tejido peñista. La crítica no fue generalizada, pero sí lo suficientemente representativa como para abrir un debate de cara a futuras ediciones.

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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

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domingo, 13 de julio de 2025

Peña Cascabel

En 1.976, se inscribe en el registro de la Comisión de Fiestas una peña atípica: Cascabel. Forma parte de las siete primeras junto a La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y Cetril.
 

Sus componentes se alejan de la media de edad del resto de peñas, pues todos sobrepasan los treinta años. Además se trata de matrimonios, que se apuntan con el nombre del esposo, añadiendo "y Sra.", por lo que en los registros solamente figura un nombre de los dos miembros de la pareja. El grupo de amigos lo componen setenta y dos personas.


El Cascabel es conocida en ese momento como "Peña de los Casaus", apelativo que posteriormente recibirá la peña A.C.R. Binéfar-77, pero no existe ninguna relación entre las dos asociaciones. 

Peña Cascabel de Binéfar

El nombre lo recogen de una anécdota que se conoce en Binéfar. En Fobet, había un edificio junto al camino, donde la gente mayor indica a los jóvenes que si acercas el oído se oye un cascabel. Cuando para comprobarlo sitúan la cabeza junto al muro, los empujan y se golpean contra la pared.


Su funcionamiento, eso sí, es similar al resto de las asociaciones. El local lo instalan en un almacén de la era Salillas (Calle Arrabal), donde se puede degustar vino, poncho y frutos secos. Llegan a realizar algún baile durante fiestas e incluso una fiesta de disfraces, pero su duración como peña se limita al año 1.976.

La indumentaria significativa está compuesta por un pañuelo verde atado al cuello, del que cuelga un cascabel. Las mujeres acuden a la plaza de toros luciendo mantón y con claveles rojos en el pelo. Participan en los actos taurinos. El torero es José Lapuente "Gabino", que realiza el Don Tancredo. Cuando llega la hora de torear, el resto de peñas grita una frase: "Los casaus, están cagaus"

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

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domingo, 6 de julio de 2025

El Abadejo. Peña de Binéfar

Continuamos la serie Peñas de Binéfar con la segunda entrega esta vez dedicada a la peña "El Abadejo".

Se repiten algunas características comunes de las primeras siete peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril y Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos. Nace en 1.976, proviene de la fusión de varios chamizos y el nombre es una palabra popular que viene dada de otra de uso mas común. "Abadejo", es la forma coloquial de llamar al bacalao. El anagrama utilizado era una raspa de pescado, dentro de un círculo y la camiseta de color rojo. 

El Abadejo, peña de Binéfar

Cabe recordar que el cocinero binefarense Teodoro Baradjí incluyó en su libro "La cocina de ellas", cuya primera edición data de 1935, la receta del abadejo a la panadera.

La peña “El Abadejo” (1976‑1977)

Aunque sólo existió durante dos años, la peña “El Abadejo” se ha ganado un hueco entrañable en la memoria de Binéfar. Su irrupción en 1976 fue explosiva: más de 200 socios inscritos, convirtiéndose en una de las agrupaciones más numerosas del momento. Sin embargo, en 1977 su número se desplomó a apenas 36 miembros, y tras la fiesta de ese año, desapareció para siempre.

Dos generaciones, dos perfiles

En 1976 convivieron dos grupos bien diferenciados:

  1. La junta directiva y sus allegados (20‑30 años)
    Entre ellos destacaban:

    • Vicente Grau (primer presidente)

    • José Enrique Pueyo

    • Armando Clemente, apodado «el pintor»

    • José Antonio Zarroca

    • Fernando Alzuria

    • Paco Cortes «de la Roseta»

    • Ricardo Carraz

    • Mari Carmen Ibarz, conocida como «Lejandrina»

    • Miguel Ángel Pascual

      Y otros miembros destacados de aquella generación.

  2. Los más jóvenes (14‑16 años)
    Fueron muchos, entre ellos:

    • Jesús Clemente

    • José Peyrón

    • José Luis Pau

    • Anselmo e Javier Isábal

    • Paco Quintanilla

    • Saturnino Colomina

    • Juan José Mallén

    • José Antonio Blanco

    • José Ignacio Calero

    • María José Toda

    • Ángela Mata

    • Estrella García

    • Joaquín Isábal

Este mestizaje generacional dio a la peña una energía inusual.

Cambios en la presidencia: la mili llama

Vicente Grau ejerció como primer presidente hasta abril de 1977, cuando fue llamado a hacer la mili. Esa baja supuso un punto de inflexión: la dirección pasó prácticamente a manos del grupo juvenil, algo que provocó tensiones y cambios en la dinámica interna.

Contexto político: sombras de la Transición

Durante 1977, la peña fue salpicada por problemas de índole política, que afectaron a personas vinculadas a la misma. En plena Transición —aún marcado por herencias de la dictadura— las ideologías podían conllevar riesgos reales, y el ambiente difícil hizo que la peña se reduzca a solo 36 socios. Parte de los ya inscritos llegaron a pedir la devolución de cuotas, porque sus padres no aprobaban su pertenencia al Abadejo.

Aunque hoy pueda parecer anecdótico, el contexto de represión policial y miedo residual explica por qué una agrupación festiva como esta pudo provocar tanta preocupación.

Local polivalente: donde convivían taller y cava

El “cuartel” de la peña estaba en la confluencia de Buenavista y Palomar, en un antiguo garaje reconvertido de pequeña confección. Espacio justo para cuatro pacas (sillas) y el tonel del vino que el Ayuntamiento facilitaba, donde peñistas y vecinos se reunían para preparar las fiestas.

El torero improvisado: Paco Cortes «de la Roseta»

Una anécdota clave: Paco Cortes, parte de la directiva, asume el papel de torero en una de las novilladas. En su primera intervención sufre una cogida grave, que le abre un labio y provoca una hemorragia. Es llevado a casa y eso marca el final abrupto de la fiesta —o, como se decía entonces, “se da por terminadas las fiestas”. Su valor le ha granjeado un lugar estelar en la historia festiva de Binéfar.

Disolución y migración hacia “Latacín” y “La Kraba”

Tras el fin de fiestas de 1977, la peña se disuelve. El grupo se repartió entre otras dos:

  • Peña Latacín, que acogió a la mayoría de miembros más jóvenes.

  • Peña La Kraba, que recibió a la junta directiva original, donde incluso algunos ocuparon cargos similares a los que habían tenido en El Abadejo.

Fuentes:

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 Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo