domingo, 7 de septiembre de 2025

La Kraba: los primeros pasos de una gran peña

La historia de la Kraba en sus primeros años nos muestra la esencia de lo que significa ser peñista: ilusión, amistad y un espíritu festivo que convirtió a un grupo de chavales en una referencia imborrable de las fiestas de Binéfar. Sus camisetas azul turquesa, sus bombos incansables y aquel corral transformado en local social son solo el principio de un relato que aún hoy sigue latiendo en cada fiesta.

 

Y, como ocurre con el Tozal, el Latacín o Binéfar 77, que también hemos recogido en este blog, cada peña no es solo un capítulo en la historia festiva de la villa, sino parte de una crónica colectiva que explica por qué las fiestas de Binéfar son únicas. 

 

Al final, todas juntas forman una auténtica epopeya popular, escrita con amistad, charangas y juventud, que ningún libro podría contener del todo, porque cada septiembre, se escribe un nuevo capítulo en las calles de nuestro querido Binéfar.

 

Hablar de una peña como La Kraba y tratar de abarcar toda su historia en una sola entrada es, sencillamente, imposible. Ocurre lo mismo con otras agrupaciones como el Latacín, Tozal o Binéfar 77, cuya trayectoria es tan rica y extensa que necesitaría un libro entero. Por ello, en esta ocasión hemos decidido centrarnos únicamente en sus primeros años, esos inicios llenos de anécdotas, ilusión y la chispa que dio forma a lo que hoy sigue siendo una de las peñas más emblemáticas.

La Kraba, como no, nace en un chamizo:

Los siempre populares chamizos que hoy conocemos, ya existentes en los años setenta, son sin duda los lugares donde entonces la juventud se refugiaba, a falta de otras atracciones a su medida. Uno de ellos, llamado "CHAMIZO DE LAS SIETE JOTAS", constituye la semilla que originará LA PEÑA LA KRABA.

 

El nombre de "Las siete jotas" no alude a ningún componente folklórico, simplemente recoge la circunstancia de que los nombres de los siete miembros del grupo empiezan por la letra Jota:

  • José Manuel Abenoza

  • Jesús Gavin

  • Javier Estaran

  • Juan Ramón Boren

  • José Antonio Ardanuy

  • Juan José Molins

  • José María Abizanda



El local donde se reunían estos compañeros de clase del Instituto de Binéfar, que contaban entonces 17 años, se encuentra situado en la Calle Tarragona, aprovechando las antiguas cuadras del Corral de la familia Abenoza.


A raíz del bando publicado por la Comisión de Fiestas en la Voz de Binéfar de junio de 1.976, trasladan al resto de amigos su inquietud por constituir una Peña. Este grupo ya más numeroso cuenta con otros compañeros de estudios (Enrique Bordes, José María Cristóbal, Jaime Gil, José Manuel Ardiaca, José Ramón Capdevila, Vicente Lagüens, Carlos Barrau, Pepe Barrau, María Jesús Jaime, María José Sorando, Fefa Puy, Teresita Ibarz, Ana María Casas, Richard Pueyo, Francisco José Pequerul, Francisco Dolz, Francisco Rodero, Conchita Pueyo, etc.) con los que se reúnen habitualmente en la Cueveta (zona del bar D'Alcort, marcado con una arcada, y que antiguamente era un horno de pan). Allí deciden lanzarse a la aventura de crear una peña. Concretan una nueva cita y acuerdan que cada uno aportará ideas para darle un nombre atractivo.

En la siguiente reunión, deciden decantarse por "LA KRABA", una palabra de la zona y divertida; que además resumía un poco el espíritu que buscaban, cuando se mencionaba en el dicho popular: "Estas como una kraba"'. Igualmente acuerdan llevar las camisetas color azul turquesa, ahora denominado también azul Kraba, debido a que el resto de colores atractivos del catálogo ya habían sido seleccionados por otras peñas.

 

Logotipo y camisetas


Seguidamente preparan una preinscripción en los bajos del Ayuntamiento, para conseguir el número exigido por la Comisión de Fiestas y poder optar a los beneficios que esta ofrece. Rápidamente consiguen reunir con jóvenes de 14, 15 y 16 años el grupo necesario (los más jóvenes del conjunto de todas las peñas), y se formaliza la inscripción. Al frente de la Peña, se sitúa José Manuel Abenoza, si bien la "cuadrilla" mencionada, con su trabajo lleva adelante la asociación los primeros años. Para confeccionar el escudo que identificará a la peña se dirigen a José María Gallart, que prepara un boceto de una Kraba de cuerpo entero, bien dotada de cornamenta, encerrada en un doble círculo concéntrico, en el que igualmente se lee "PEÑA LA KRABA".

 


El primer año, se compran camisetas de ropa interior del color elegido pero no da tiempo a mar-carlas, y se acompañan con un pañuelo de color similar, liso y sin cuadros. Ya el año setenta y siete se venden las primeras camisas azul Kraba, con un escudo grande situado en el centro del pecho, y el cuello (redondo) y las bocamangas rematados en color azul marino. Cuando estas se terminan, a las siguientes, se les añade en los hombros una tira con cinco franjas blancas y azules (modelo Adidas).

 

Primeros locales


Aprovechan el corral mencionado, propiedad de los padres de Abenoza, para instalar el local social. Constaba de una zona descubierta de gran superficie, con una puerta a la Avda. del Pilar y un local contiguo cubierto (antigua granja), a la que se accedía desde la Calle Tarragona. Existían en el mismo local otras dependencias, unas a la misma altura que eran utilizadas con anterioridad como chamizos (uno el de "Las siete Jotas"), que se mantienen; y una superior, que servía en tiempos de pajar y que se utiliza para la intendencia. Allí se preparan los bocadillos, cenas y resopones.

 

Como nos relatan algunos de los socios de aquella época, el principal problema que se encuentran es que el local está muy puerco, sin duda se trataba de un antiguo corral destinado al cuidado de animales, que llevaba tiempo sin utilizarse. Pero con las ganas existentes, no hay impedimentos y varias semanas antes de las fiestas una brigada se dedica todas las tardes a limpiarlo.


Francisco Rodero se ocupa de la instalación eléctrica y acústica, en los años posteriores le ayudaría José Ignacio Calero que estudiaba electricidad y se le conocían sus dotes de aprendiz de inventor.

 

En el interior se sitúa la zona de barra y lo más importante, "el reservau". Para ser una peña de verdad, entonces se requería tener un espacio apartado con muy poca luz que sirviera para dar rienda suelta a las necesidades con la pareja o simplemente para dormir.


Pertenecer a la Peña La Kraba, no supone un gran desembolso. Los primeros años es obligatorio adquirir los bonos de toros que cuesta 250 Ptas. y el de baile que tiene un coste de 350 Ptas. para las mujeres y de 700 Ptas. para los hombres; a estas cantidades hay que añadir doscientas cincuenta pesetas para los gastos de peña.

 

Fiestas de Binéfar

Comienzan las fiestas de 1.976, de acuerdo con lo propuesto por la Comisión de fiestas, la Kraba participa cerrando el desfile junto al resto de peñas creadas ese año; "
.... cerrando el desfile la CHARANGA "SANTA CECILIA" de Mallen (Zaragoza) acompañada por las diversas PEÑAS BINEFARENSES" 

 


Tras la Charanga desfilan los socios del Tozal, Toli-Toli, Rosigón, Gayata, Abadejo y KRABA, cada uno con la camiseta del color elegido; granate, blanco, rojo, azul marino, rojo y azul turquesa respectivamente.
Este año todos seguidos cada uno con su pancarta y bombos, pero sin carroza, pues estas aparecerían el año siguiente.

 


Después del desfile siempre se procedía a la inauguración del local social encendiendo una traca (de verdad) comprada en la pirotecnia de Huesca.

A disposición de todos los socios, amigos y visitantes existían unos cetriles de vino, sangría y poncho preparados con el mayor esmero y arte por Carlos Barrau, que llegó a alcanzar fama por su sabor (todavía no ha facilitado pistas sobre la lista de los ingredientes). Y para acompañarlo cacahuetes y patatas fritas. No existía entonces servicio de bar, y durante las fiestas se consumían casi exclusivamente estas bebidas. El vino se obtenía gratuitamente en unos barriles azules de plástico de la Bodega Isábal subvencionados por la Comisión de fiestas.

Los peñistas para su uso personal, llevaban al local botellas de licor (ginebra y vodka normalmente) y para evitar su consumo por otros socios, las escondían en el local, con el peligro de que alguien topara con ellas y se las bebiera.


Hay que significar que al igual que ocurre en el resto de las Peñas, la asistencia a los actos en los que participa La Kraba, se produce de una forma masiva y ordenada.

Antes de cualquier actuación todos los socios se concentran en el local y acuden juntos, tras la pancarta (elemento indispensable). Los actos con mayor asistencia de Peñistas son el desfile inicial y los toros, el bono de estos resulta obligatorio adquirirlo, debido al compromiso que APEBIN y la Comisión de Fiestas realizan con el empresario.

Los Bombos


Otro elemento importante durante estos años es el "bombo". Cada Peña cuenta con uno o varios, que sirven para animar a los socios en el desfile y toros, despertar algún dormido y para dar la "tabarra"', sembrando el desconcierto entre los vecinos a horas intempestivas.

El primer bombo que adquiere la Kraba, se lo "agencia" inmediatamente Richard Pueyo, decora el parche con el escudo y no lo suelta en todas las fiestas. Al año siguiente se compra otro, que sería utilizado principalmente por Carlos Castillo. Además de acudir a todos los actos con el citado instrumento, los peñistas se situaban delante de las casas donde sabían de la presencia de mozas forasteras, y allí tocaban y gritaban hasta que se asomaban las zagalas que dormían en la vivienda. Como estas se presentaban vestidas, volvían a la carga pidiendo su presencia, pero esta vez en camisón.

 

Cuando por algún motivo algún vecino o vecina, se quejaba del ruido, e increpaba a los peñistas, estos se plantaban delante de su casa hasta aburrirse. En el año 82, Richard se cambia de Peña, y con él se va uno de los bombos. El que queda en la Peña, lo toma en "posesión" Manolo Barrau, que durante muchos años continuó con la tradición de hacer sonar este instrumento durante los desfiles y actos taurinos, sin permitir que otro peñista le arrebatara esta parcela (pobre del que lo intentaba).

 

Actos populares


Durante estos primeros años los actos programados por nuestra Peña, consisten principalmente en el vermouth y el resopón diarios, la asistencia a los toros donde se merienda (si no se le tira a la peña
de al lado) y una cena.

 

A las 12:30 horas ya limpia y recogida la peña se inicia la sesión vermouth, en la que se invita a los socios al líquido tradicional, con algún pequeño tropezón. Importante destacar que el acto se acompañaba de una audición musical, que se intenta sea monográfica (jazz, rock, etc.) y normalmente a cargo de Miguel Angel Abadías.


Tras el vermouth una ronda por los bares de moda, dando colorido al mediodía festivo. En una ocasión un grupo de peñistas descubren delante del Cafetín (bar tradicional situado en la esquina de la Avda. del Pilar y Calle San Pedro -Banco Santander Central Hispano-) varias cajas de botellas de refrescos y cervezas, y van poniéndolas en línea hasta que llegan al Ayuntamiento, donde aparece la pareja de la Guardia Civil (que en ese momento mandaban como diez o doce). Todos salen corriendo, pero la fuerza instructora consigue coger a uno. Como castigo simplemente le obligan a recoger todas las botellas (posiblemente lo acompañaron de alguna pequeña caricia o bofetón, por ser muy comunes en la época).


En estas rondas matutinas también se llevan los bombos, y un día les ofrecen veinte duros (una pasta) por ponerse delante de la terraza del Ordesa y tocar durante una hora. Como no tienen otra cosa que hacer y la suma es atractiva, se plantan junto a las mesas y empiezan la serenata. Cuando llevan un rato, Paco el del Ordesa, para deshacerse de ellos y sin saber porqué estaban allí, les ofrece cuarenta duros si se van a otro sitio.

Las tardes de fiestas

Las tardes se presentan más animadas, después de comer, concentración en la Peña, café (no da para carajillo), unos se dedican al sano arte del guiñote y otros (más bien otras) preparan los bocadillos. Surgen diferentes comentarios al respecto, unos, mejor dicho unas, ponían el mayor empeño en prepararlos, otro sector se dedica a introducir sorpresas como cartón o quitar la "chicha"", con el fin de conseguir los "bocadillos sorpresa", que al repartirlos generalmente siempre les tocan a los mismos. Se cargan los bocatas, las botas repletas, los bombos y con la pancarta hacia los toros.

La Fanfarre de Polito y sus Anastasios

Uno de los actos que alcanza mayor aceptación y participación de público consiste en desfilar tras la charanga una vez finalizados los actos taurinos. Este auge coresponde a los años 1.978, 1.979, 1.980 y 1.981, cuando a nuestras fiestas acude "LA FANFARRE DE POLITO Y SUS ANASTASIOS".

Todos los peñistas desfilan al son de la música y recorren las calles de la Villa, parando en los locales de todas las peñas, donde se les invita a beber y comer. Cada día se alterna el recorrido para terminar en diferente peña.

 

La simbiosis generada entre esta charanga y los ciudadanos de Binéfar (peñistas y no peñistas), va mucho más allá del desfile posterior a los toros, el ambiente que genera este grupo musical, se vive durante el resto del día. Como sigue siendo tradición actualmente pronto por la mañana, la Charanga recorre durante los días de las fiestas, diferentes calles de la población, realizando conciertos en puntos marcados, donde los vecinos agasajan con vino, pastas y madalenas a músicos y espec-tadores; siendo el más nombrado y animado el que tiene lugar en la Calle Las Flores.

Al frente del grupo marcando el recorrido el AGUACIL, José Planes Cirera que incluso una vez jubilado cumple con su obligación.

 


Esta formación musical que primeramente se denominó, "Fanfarre Polito y sus Anastasios"; puesto que el director era Carmelo Iriarte (alias Polito) y todos sus integrantes pertenecían a la peña Anastasios de San Sebastián, posteriormente pasó a llamarse exclusivamente LOS POLITOS. Durante su paso por nuestra población intervendrán en otros actos; por ejemplo se ocupan durante todas las fiestas del año 1.978 del baile popular situado en la Plaza España (sesión de tarde y noche), a partir del año 1.980 realizan una ronda fin de fiesta (preludio del entierro de la sardina), etc.
gualmente el carácter festivo de los integrantes de la banda, genera situaciones de alegría espontánea, pues por la noche participaban de la fiesta y a cualquier hora en un local de una peña se juntan dos o tres músicos y montan un espectáculo ellos solitos. En una entrevista publicada por la voz de Binéfar en Octubre del año 1.982 el
concejal de fiestas reconoce su error: "Aunque todos podíamos estar de acuerdo en que la charanga es lo que más ambiente crea en la calle, el no haber traído otro grupo (Politos) estuvo condicionado por la cuestión económica. Lo que ha quedado demostrado es que una banda tiene unas características que no se acoplan a lo que tradicionalmente se venía haciendo; ha sido un hueco notable en estas Fiestas y que debe corregirse".

Como deja claro, este año los Politos no vienen a Binéfar por una cuestión simplemente monetaria (el año anterior habían costado 630.000 Ptas., sobre un presupuesto global de gastos de 4.419.850 Ptas.), esta ausencia es cubierta por una banda y se rompe por completo la sintonía entre peñas y Charanga, cuestión que no se volvería a recuperar.

Las Cenas

Llegamos a la Kraba a la hora de cenar, asunto que supondría durante años un problema pues como ya se anuncia en algún programa; "A las 22:30.- A esta hora nos vamos a descansar. Procurar que os inviten los amigos a cenar". En el programa solamente se recogía una cena, normalmente de longaniza a la brasa, el resto de días imaginación.

Posteriormente ya en el año 1.980, coincidiendo con el quinto aniversario, se obsequia el día del patrón con una merienda de pan con tomate y jamón. Este acto de conmemoración sería sustituido posteriormente por la tarta y el cava (cuando había cuartos).

Tras la cena y normalmente hasta finalizar el baile se cierra el local y los peñistas, acuden a los bailes organizados por la Comisión de Fiestas, a las «ferietas» o a los chamizos. Se estila por estos años compartir la pertenencia a la Peña y tener con los amigos un chamizo, para otros menesteres.
Con la creación de Apebin, se busca realizar actos que cubran este horario que resulta difícil para la juventud, pues rechaza el participar en los bailes donde acude la gente mayor (muy mudada). Ya en las fiestas de 1.977 la Asociación de Peñas realiza el día trece una verbena popular. Al año siguiente crearía la figura de la "Peña de guardia"'. Este local permanecerá abierto las 24 horas del día intentando concentrar en él a todos los peñistas el tiempo que el resto de locales permanezcan cerrados. Para hacer más llevadero el día, la Peña anfitriona, además de procurar marcheta con la música, brinda a todos los peñistas suculentos aperitivos y tentempiés.
Kraberos en el desfile del 81.

Bailes

Durante los años 1.981, 1.982 y 1.983, la Peña de guardia, se encarga igualmente de organizar el baile en su local. Al mismo, están invitados los socios de las tres peñas, mientras que los no peñistas deben pagar una entrada de cien pesetas. El primer año estas actuaciones tienen lugar el día trece en la Peña El Tozal, el catorce en el Latacín y el quince en la Kraba. El afamado e internacional grupo (según reza en los programas) encargado de amenizar las sesiones es la Orquesta Altamira. Según nos relatan, para la actuación a realizar en la Peña La Kraba, (ahora de nuevo situada en la Avda. del Pilar, corral de Abenoza), se instala como escenario un remolque agrícola.
Cuando la Orquesta ya lleva un rato de actuación, de repente, se levanta estrepitosamente el remolque de una punta debido a una descompensación del peso, se corta el sonido, y vuelve a caer en su posición original; ahora eso sí, sin músicos encima, que han ido a parar al suelo con los instrumentos y parte del equipo.


Una vez terminado el baile, se abren todas las peñas, se pone la música a tope y se ofrece a los socios variados resopones; chocolate con torta, quemadillo de ron, caldo de pollo, etc., con la intención que el cuerpo aguante hasta las seis, hora de las vaquillas.


El sábado siguiente a las fiestas, los peñistas de Apebin se cenan una de las becerras sacrificadas en las corridas de las fiestas, que cocinan Joaquín el del Drago y Ramón el del Chantilly (primeros titulares del Bar del local social de la asociación) es el más acondicionado. Tras permanecer tres años en el local inicial, la peña se traslada a la Calle Arrabal, un local de la tía de Juan Boren (tesorero de la Peña en aquel entonces). 

 

Se intenta por todos los medios y por primera vez, mantener el espíritu de la Peña más allá de las fiestas de Septiembre. Para ello José María Abizanda, ayudado de Richard Pueyo, Pepe Barrau y Juan Carlos Serrat, construyen un hogaril y una barra de obra, para utilizarse en las fiestas y para realizar otros actos a lo largo del año. El día de nochevieja de 1.979 se organiza una cena y se invita a todos los socios, pero acuden solamente 19, el menú consistía en pollos al ast y cava. Como habían comprado una caja entera de uva, antes de las campanadas se van a la plaza de la Iglesia con todo el material, a celebrar el inicio del año. Igualmente se organiza el día de San Quílez de una forma colectiva pero tampoco tiene gran éxito.

 


Para las fiestas de 1.980 vuelve a tenerse el primer local situado en la Avda. del Pilar, pero al año siguiente la peña se trasladará a la esquina de la Calle Lérida con la Calle Doctor Fleming, actual comedor social, propiedad de los padres de Anselmo y Javier Isábal, donde permanecería dos años.

 

La Música

La música constituye en según que momentos un factor importante dentro de las actividades de la Peña, pues le da ambiente al local y se utiliza como atractivo para los socios y visitantes, el disco con mayor relevancia llega en 1.981. Una Orquesta Mondragón en alza, publica en 1.980 un disco titulado "Muñeca hinchable" , que contiene canciones tan conocidas como "Ponte la peluca"
", "Muñeca hinchable"", "Porros de fresa y limón" etc. Pero el corte que causaría sensación ya entonces, sería "El niño Japonés". No se trata claramente de una canción, más bien es un diálogo (de escasa duración), interpretado por Javier Gurruchaga y Pedro "Popocho"; en el que un presentador da paso a un niño Japonés que relata "unos bellos poemas inspirados en el Sol".
A lo largo de veinte años este disco de vinilo ha estado acompañándonos, girando a 33 y 45 revoluciones, empujado por la mano, con vasos encima; le han caído infinidad de cubalibres, y sigue imperdurable. Uno de los socios más pesados, que durante más de una década nos ha castigado con la audición de "El niño Japonés", es Sergio, al que a lo largo de las fiestas es necesario esconderle el disco y evitar así un castigo continuo.

 

De traca ¡¡

De todas formas cuando empieza a sonar, siempre se produce una división de opiniones, pues si bien existen gran número de detractores, también hay socios que saben apreciar la fuerza del "corte".
En el año 1.982 tuvo lugar uno de los hechos más recordados de la peña La Kraba y que provocó que no se pudiera utilizar de nuevo el local donde se encontraba ese año. Una vez finalizado el desfile, en el que ya habían existido problemas pirotécnicos, como la tradición exigía, todos los socios se encontraban en la Calle Doctor Fleming, a la espera de la inauguración oficial del local. Tras las palabras del presidente, José Antonio Salazar "Toñito" y José Ramón Capdevila "Choli" prenden la traca (esta vez de dimensiones considerables) que han instalado a lo largo de la pared.
Los primeros petardos consiguen romper las cuerdas que sujetan parte de la traca a la estructura del edificio, y el petardo final se desprende cayendo sobre el capó de un Renault 4, donde explota. La impresionante onda expansiva, consigue romper los cristales de la fachada, reventar las botellas instaladas en una estantería e incluso José Antonio Altabás se queda en la mano con el culo de una botella de vodka al explotar el resto del cristal, y lo peor de todo, la explosión abre un boquete en el capó del vehículo.

 


Después del revuelo originado inicialmente, se acuerda recoger todos los restos que pueden implicar a la Peña en el desastre del coche, y hacerse el "sueco".

Algo más tarde el propietario del Renault llega al lugar con una escalera al hombro. Sin percatarse de nada entra en el vehículo, y al intentar poner punto muerto para arrancar el motor, ve que le falta la bola del cambio de marchas y sorprendido descubre el destrozo del exterior. Sale del vehículo pidiendo explicaciones pero todo el mundo dice no saber nada de lo ocurrido. Rápidamente va en busca de los municipales y en la Peña se presenta el Cabo (Espina, el brazo fuerte de la Ley y el orden por aquel entonces, "demasiau") y el sargento de la Guardia Civil. Consiguen entonces obtener la descripción real de los hechos y piden que les acompañe el presidente de la Agrupación, que este año es Pepe Barrau. Este junto con varios miembros de la junta habían acordado desaparecer, para intentar evitar en lo posible que el propietario del vehículo pudiera imputar responsabilidades a la Peña. La fuerza instructora se pone en marcha para buscar a los responsables y los encuentra a la altura de la Mina. "Amablemente", les piden que los acompañen al cuartelillo. Una vez allí se disponen a confeccionar el atestado, pero ninguno de los agentes sabe utilizar la máquina de escribir, por lo que acaba confeccionando el informe Pepe Barrau, uno de los denunciados.

 


Una vez finalizadas las fiestas, el Ayuntamiento tras muchas gestiones, consigue que la Compañía con la que tiene suscrito el seguro de responsabilidad civil, se haga cargo de los daños sufridos por el propietario de la furgoneta. Moraleja: Trabajar en Fiestas, ide ninguna manera! y mucho menos utilizando una escalera.Y si lo haces; delante de la Kraba o en su acera, No aparques el vehículo, puede ser la pera.

Finales de los setenta

Durante los años que nos ocupamos, existen principalmente dos grupos dirigentes diferenciados. El primero constituido por la cuadrilla de José Manuel Abenoza, componentes del grupo inicial de fundadores de la Kraba. Abenoza abandonaría la presidencia el año 1.978, al irse a cumplir con la Patria. Parte de los amigos permanecen en la Junta, siendo importante la labor de Juan Boren, que continuaría muchos años al frente de la labor financiera, marcada por la precariedad presupuestaria.


El segundo grupo, se agrega durante los dos años siguientes, cuando asume la Presidencia Pepe Barrau. Se trata de sus compañeros de cuadrilla, Anselmo y Javier Isábal, José Luis Pau, Fernando Pueyo, etc. Se da la circunstancia que la mayoría de estos provienen de la recién extinguida Peña Abadejo.

 

En el año 1.980, se produce un giro en la presidencia y la asume un jovencísimo Jerónimo Pueyo, que entonces cuenta con diecisiete años, uno de los dos socios iniciales más jóvenes, pues en 1.976 contaba tan solo con trece años. Se trata de un intento de renovar y rejuvenecer los cargos directivos que no tendrá éxito. Pues al año siguiente y durante dos anualidades más, retoma la presidencia Pepe Barrau.


Fuera de la actividad estrictamente festiva, la labor corresponde a APEBIN y la
Peña, más que organizar se limita a participar en los actos preparados.
Durante los veranos se organiza un torneo interpeñas de Fútbol. Inicialmente se celebran en el Segalar, pero cuando este campo se cierra a cal y canto, por preservar las instalaciones para el C.D. Binéfar, se traslada al "Secarral" actual Polideportivo de "Los Olmos". 

 

 

Un poco de historia

Cronológicamente detallaremos pequeñas reseñas relativas a las actuaciones y espectáculos que durante estos primeros años pudieron verse en Binéfar, así como anécdotas o situaciones curiosas.



1.976
Este año la peña cuenta con 96 socios, de edades comprendidas entre los trece y diecisiete años.
Al Toli-Toli se apuntan 83 peñistas, curiosamente entre los socios figuran las cuatro majas (M° Elena Roy, Marisa Puy, Mª Pilar Cavero y Conchi Morillas), a las que no les cobran cuotas (exentas por guapas), entendemos que cuestiones como esta o similares crearían el rumor que a esta Peña se apuntan los que tienen ganas de ligar.

 

La Peña el Cascabel, cuenta con treinta y seis parejas, pues los socios se apuntan como "fulanito y señora", todos se encuentran casados. El Tozal tiene 109 socios, al Rosigón se apuntan 85 socios y a la Gayata 110 socios.


Además de los bailes populares a celebrar en la plaza España, encontramos las siguientes actuaciones en el Pabellón Municipal; DANIEL VELÁSQUEZ, LONE STAR, ALBERT HAMMOND Y MARA LASSO y MOCHI Y SU GRUPO CON SUSANA ESTRADA (espectáculo catalogado de picante, no sin duda cuenta con una de las pioneras del "destape" en España, pero que resultó ser muy "flojo" de contenido eró-tico, por lo que la Comisión de Fiestas se niega a pagar la totalidad del caché al representante")…


Resulta sorprendente comprobar que el Grupo Lone Star, antes de actuar debera enviar un detalle de las letras de las canciones que interpretaría, selladas por el "Ministerio de información y Turismo, sección de Circo y Variedades"". La censura impone su ley, y lleva un control férreo sobre las actividades culturales que tienen lugar en los pueblos y ciudades.

En el cine La Paz, se proyecta la película HEIDI, coincidiendo con el gran éxito que en la televisión está alcanzando la serie del mismo título.

Estas fiestas se celebra el primer TROFEO VILLA DE BINÉFAR, deMotocross.
Una vez finalizadas las fiestas, el Alcalde propone enviar un escrito felicitando a las Peñas por su labor y comportamiento, la moción se aprueba por unanimidad en la
Comisión de fiestas.


1.977

La Kraba cuenta con 122 socios.

En el cine La Paz, se proyecta la película "Marco", personaje de máximo éxito televisivo, "Marco, de los Apeninos a los Andes". La marca de productos lácteos Danone regala cromos de la serie, que todos los niños de entonces coleccionamos con entusiasmo.

El Ayuntamiento se gasta 37.800 Ptas. en el vino que regala a las peñas, total 2.100 litros.

En Binéfar se instala estos días el gran circo Ringland de fama mundial (desconocemos sí contaba con elefantes entre sus fieras). (Esto que os lo cuente alguno de los mayores de la peña :-) 

 

1.978
Este año la peña cuenta con 119 socios.


La Comisión de Fiestas este año se limita a realizar actos populares. La A.C.R. Binéfar-77 se atreve a traer un pabellón y preparar un programa atractivo de baile con el siguiente cartel :
Día 13, ORQ. ESTRELLAS NEGRAS
Día 14, ORQ. MARAVELLA Y CIMARRÓN
Día 15, ORQ. MARAVELLA Y JANIO MARTI
Día 16, ORQ. MARAVELLA Y JOSÉ GUARDIOLA
Día 17, ORQ. MARAVELLA Y LOS GUARANIS



Finalizadas las fiestas Binéfar-77 presenta un escrito en el Ayuntamiento indicando que el resultado de esta empresa ha supuesto un déficit de 374.752 Ptas. y pide la colaboración de las arcas municipales para sufragarlo. La corporación rechaza colaborar.

 


Tiene lugar el Primer CERTAMEN NACIONAL DE FOTOGRAFÍA "VILLA DE BINÉFAR". Al Ayuntamiento le cuesta 93.000 Ptas. los tres mil litros de vino que facilita a las peñas (menuda subida comparado con el 77). La discoteca Chrysalys, que era el lugar de "moda" y recogía fuera de fiestas gran parte de la animación de Binéfar, presenta en la contraportada del libro de fiestas un programa completo, con sesión todos los días.


 1.979
Este año la peña cuenta con 141 socios. Se combinan las actuaciones populares con las del Pabellón, siendo las más destacables JANIO MARTI, IV DIMENSION, TIJUANA y ESTRELLAS NEGRAS.
Se vuelve a realizar un festival de música Folk-Rock donde intervienen PABLO GUERRERO y SUBURBANO.

 

1.980
Este año la peña cuenta con 146 socios. El presidente de la Comisión de Fiestas, es José Ramón Gombau, socio de la PEÑA LA KRABA, y representante de la Asociación.

En el entoldado actúan ELIE PORTAL&LES MEDITERRANEENS, ANA MARIA ABRIL, LOS JUNIORS, y ORQUESTAS FRENESI Y GIGANTE. 

 


1.981
Este año la peña cuenta con 151 socios. El "Baile de Pago" se realiza en el Salón Palermo, con las actuaciones de COMPANÍA ELÉCTRICA DHARMA, ORQUESTAS MONTJUICH Y SERPENTINA, ORQUESTA CARAVANA Y OBÚS, GRUPO CIMARRÓN.


Se reestructura la Comisión de fiestas y se establece que las Peñas contarán con
un representante por cada cien socios que tengan, con un máximo de tres.

 

La primera constancia fehaciente que existe de un entierro de la sardina bien organizado se recoge en la voz de Binéfar de septiembre-octubre de 1.981, escrito por un tal Sócrates:



"El Tozal, con su charanga organiza el entierro. Detrás le siguen el resto de las peñas de APEBIN. Suben por el ferial e inesperadamente asaltan el edificio de BINEFAR-77. Una vez dentro, con el muerto, la orquesta tozalera y el resto del personal, sube el doctor "Geromo" y sus mariachis al escenario, dan una señal a la banda y todos juntos empezamos a cantar: Cuba, que bonita es Cuba, todas las cubanas bailan el bayón..…'

 

1.982
Este año la peña cuenta con 139 socios. Antes de las fiestas se produce un debate muy tenso entre el concejal Juan José Mallen (presidente de la Comisión de Fiestas) que defiende unas fiestas totalmente populares y las peñas que quieren mantener el organigrama actual, en la votación se impone la segunda opción.

 


El día 11, actúa en el entoldado situado frente a la discoteca el Grupo MECANO, que cuesta 500.000 Ptas. Corren rumores que la actuación será en Play-back, por lo que al poco de iniciarse la actuación un sector del público le lanza frutas y hortalizas a la cantante, un bote de tomate impacta en el pómulo de la cantante, Ana Torroja. Por ello se suspende el espectáculo. La comisión de fiestas añade al caché 20.000 Ptas. para que vuelvan a actuar, situación que no se produciría.



El resto de los días actuarían LOS KENTS, PLATERS, SALSETA DEL POBLE SEC Y LA ORQUESTA MARAVELLA.

 


La Peña EL ROSIGÓN organiza la primera Gymkhana humorística "Villa de Binéfar" y el Ayuntamiento la primera Muestra de Folklore Altoaragonés.












Compartir es vivir, también en redes sociales.

Serie peñas de Binéfar:

La Gayata

El Abadejo 

Cascabel 

Chaplin 

- Barones 

- Rosigon 

- Binéfar 77 

- El Tozal 

- Latacin 

- Kraba

Fuentes: 







Entradas populares