domingo, 31 de agosto de 2025

Peña Latacín: de Toli-Toli a referente de las Fiestas de Binéfar


La Peña Latacín forma parte del corazón festivo de Binéfar desde 1976. Nacida inicialmente con el nombre de Toli-Toli, pronto adoptó la identidad que la acompañaría hasta hoy: camiseta blanca, fajín verde y mucho espíritu peñista. Con una trayectoria llena de anécdotas, tradiciones taurinas y carrozas premiadas, el Latacín se ha consolidado como una de las grandes referencias de las Fiestas Mayores.

Orígenes de la Peña Latacín (1976) y primer nombre: Toli-Toli

El Latacín es una de las siete peñas primitivas que nacen en el año 1.976, aunque inicialmente adopta el nombre de TOLI-TOLI, que por entonces era una expresión empleada en esta zona para querer decir: jaleo, algarabía ó jarana. Este nombre, sólo se utiliza en las primeras fiestas e incluso en algunos documentos se alterna con el de Latacín.

Durante el tiempo que el nombre es Toli-Toli, el anagrama es un policía que sujeta a uno que intenta escaparse.

Peña Latacin de Binéfar
Peña Latacin de Binéfar  

domingo, 24 de agosto de 2025

Peña El Tozal de Binéfar: de chamizo a legado festivo

1976: el origen en La Granja

La historia de la Peña El Tozal comienza en 1976. La semilla se planta en el Chamizo de los Zorris, un grupo de nueve amigos inseparables: Antonio Morillo “Rochet”, Antonio Quintilla, Miguel Benac, Manuel Lana, José Mª Lobera, José Manuel Moliner, Joaquín Mansilla, Jesús Campo y Manuel Murillo “Frasquito”.

Las largas charlas nocturnas en la terraza del Bar La Granja (Avda. de Aragón con Calle Huesca) se convirtieron en el laboratorio de ideas. Allí, en contacto con otros grupos como el chamizo de Los Butacones, encabezado por Ramón Jove, surge la inquietud: ¿y si en vez de un chamizo hacemos una peña oficial?

Con edades en torno a los 21–22 años (todos recién venidos de la mili), deciden dar el paso. Encuentran un almacén en la esquina de la Calle Antonio Sistac con la Avda. de Aragón (antigua tienda de Uralita de Gibanel) y lo transforman en sede festiva: pacas vestidas con telas, barra improvisada, un reservado “para otras cuestiones” y mucho ingenio.

Por su ubicación en lo alto del pueblo, adoptan el nombre de El Tozal. Diseñan un escudo en el que un sol radiante guiña el ojo derecho entre dos tozales y eligen el marrón como color de camiseta.

 

domingo, 17 de agosto de 2025

Binéfar 77: Tradición en las Fiestas de Binéfar

En el verano de 1977, mientras los más madrugadores llenaban las calles con estruendo y fiesta ininterrumpida, un grupo de matrimonios jóvenes y de mediana edad decidió vivir de otra forma las fiestas patronales: mudados de fiesta, en horario de tarde y noche, con música para bailar, lugares para relajarse, y un ambiente cuidado. Así nació Binéfar 77, llamada en aquel entonces como la “peña de los casaus”.

 

domingo, 10 de agosto de 2025

Peña El Rosigón: la rana que bailaba toda la noche

Corría el año 1976 y en Binéfar la palabra “peña” no se había institucionalizado aún como hoy la conocemos. En ese contexto, nació El ROSIGÓN, una peña que no solo fue pionera, sino también rompedora y muy suya. Tanto, que fue la única que funcionó fuera de APEBIN, la asociación que agrupó al resto de peñas binefarenses tras sus primeras fiestas.

Peña Rosigon de Binéfar 

domingo, 3 de agosto de 2025

Peña El Cetril – El botijo de Binéfar

 Origen e identidad (1977)

La Peña El Cetril nació en mayo de 1977, apenas un año después de las primeras peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y CascabelSu nombre hace referencia a un 𝗯𝗼𝘁𝗶𝗷𝗼 — en aragonés “cetril” significa precisamente eso — y su anagrama lo representaba claramente: un botijo dibujado.

Peña Cetril de Binéfar

 Peñistas del Cetril en las vaquillas

Detalle trasera camiseta peña Cetril Binéfar
Detalle de la segunda camiseta de 1978.

A diferencia de otras que surgieron de chamizos tradicionales, El Cetril no deriva de ninguno de ellos. Nace directamente del Club Montaski, ligado a la Organización de la Juventud Española (O.J.E.), con perfiles jóvenes que venían de actividades de montaña y de raíz religiosa, por ello nunca llegó a integrarse en la estructura “clásica” de peñistas de Binéfar.

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