domingo, 27 de julio de 2025

Peña Barones - Peñas de Binéfar

Contexto y origen (1991)

En 1991, cuando parecía que Binéfar solo tenía hueco para las tres grandes peñas –Tozal, Latacín y Kraba–, aparece Los Barones, la última en nacer... y la primera en desvanecerse.

 
Un grupo de catorce colegas del Chamizo “Los Barones”, situado en la calle Primero de Mayo (junto a la clínica), decide dar el salto de local informal a peña formal. Aquellos fundadores tenían apodos de lo más pintoresco:

  • Carlos Boren “Charly”

  • Javier Palacio “Larry”

  • Alberto Allepuz

  • Alfredo Aguarón “Gamba”

  • Víctor Villalba “Fontanero”

  • José Ma Cosials

  • Modesto Torres

  • Salvador Sancho

  • José Ma Córdoba “Goyo”

  • Ángel y Javier Senach

  • Ángel Rodríguez

  • Luis José Solana

  • Jesús Luna

Charly Boren, tras las fiestas de 1990, lanza la idea: “¿Por qué no formamos una peña llamada Los Barones?”. A varios les gusta la idea y se ponen manos a la obra.

De chamizo a peña: pasos iniciales

La idea es clara: replicar actividades de peñas emergentes (como La Kraba), pero dejando su propia huella. Primero, hacen un sondeo durante la fiesta anual del chamizo, consiguiendo 100 firmas de apoyo: un golpe de realidad: la peña tenía futuro si lograba convencer a más gente.
Se acercan a otras juntas peñistas pidiendo consejo. En julio de 1991, abren preinscripciones y se lanzan a una campaña boca‑oreja (“bis a bis”) en pubs y cafés. Así empiezan a captar adeptos.

Identidad visual: colores y escudo

Los Barones deciden vestirse de camiseta blanca con detalles en rojo (fajín y pañuelo). Su escudo es una maravilla de humor: obra de Javier Palacio, representa al Barón Rojo —en alusión al famoso aviador alemán de la Primera Guerra Mundial— con casco, sin afeitar y fumando una “faria” (un puro), mostrando un toque gamberro y divertido.

Logotipo peñas Barones de Binéfar 

Primer local y carroza inaugural

Un mes antes de las fiestas –en agosto 1991– ya cuentan con 150 socios. Alquilan un local en la calle Aragón, donde habían estado antes La Tozal y APEBIN en su baile conjunto. Ahí construyen su primera carroza: un biplano inspirado en su “patrón”, el Barón Rojo. Es un reto: montar un aeroplano en plena calle, sin ser ingenieros ni tener experiencia. Pero el entusiasmo mueve montañas (y carrozas).

Primera carroza peña Barones Binéfar 

Desfile de carrozas de Binéfar de 1991 con la Peña Los Barones (Florencio Molins)
 

Explosión de entusiasmo en el primer año (1991)

  • 220 socios en su primer año.

  • Jóvenes, ilusionados, comprometidos.

  • Se unen cuadrillas y chamizos.

  • Organizan el desfile, rompen las carrozas y dan un golpe visual en las fiestas.

  • Programan actividades clásicas (desfile, resopones, etc.) y una novedad divertida: una cena medieval, con ambientación cuidada, mesas alargadas, juglares, decoro de época... todo esfuerzo para marcar sello propio.

  • También organizan viajes a fiestas de otros pueblos, abriéndose a intercambios y experiencias fuera de Binéfar.

    Peña Barones de Binéfar 

    Desfile con su "carro" en Fiestas de Binéfar. En este enlace otros vehículos de Fiestas

Sostenibilidad en los años 1992–1993

  • Mantienen unos 200 socios, lo cual es sólido para una peña naciente.

  • Sin embargo, aparecen los primeros problemas: los jóvenes no responden tanto en actividades “de madrugada”, que son costosas de mantener.

  • En 1992, las otras peñas concentran sus locales cerca de la discoteca y el Ayuntamiento; Los Barones, a pesar de estar céntricos en la calle Aragón, quedan algo “descolgados” de la movida. Esto afecta la afluencia y visibilidad.

     

    Peña Barones en desfile de carrozas de 1992 en Binéfar

El descenso y fin de ciclo (1994–1995)

  • 1994: Charly Boren y su Junta, compuesta principalmente por los fundadores originales, intentan un relevo generacional – pero sin éxito.

  • La asistencia y el entusiasmo bajan: sólo 100 socios quedan activos.

  • Cambian de local: se instalan en la calle Lérida, junto al Bar Aneto, pero apenas sobreviven un año más.

  • Tras las fiestas de 1995, celebran una cena y fiesta de despedida en el Hotel La Paz y el Pub Blanco & Negro: se despiden de Binéfar acompañados de socios y viejos amigos.

Reflexión: ¿por qué desaparecieron Los Barones?

  • Nacieron para aportar diversidad y color a las fiestas: un soplo de aire fresco.

  • Su núcleo directivo fue fijo, lo que dificultó la renovación de ideas y la implicación de nuevos miembros.

  • Las actividades de madrugada resultaron caras y poco sostenibles sin un flujo de socios jóvenes.

  • Estar lejos del “epicentro peñista” de Binéfar: los locales alejados disminuyen la visibilidad y la energía colectiva.

    Desfile de Los Barones de Binéfar 

Legado y huella: ¿Qué dejaron atrás Los Barones?

  1. Una peña breve, pero intensa.
    Nacida con fuerza y desaparecida en cinco años, pero dejó buen sabor en la memoria colectiva.

  2. Una carroza memorable.
    El biplano del Barón Rojo sigue siendo recordado en fotos y vídeos, como el que grabó Florencio Molins y disponible en nuestro canal de youtube.


    Desfile de carrozas de las fiestas mayores de Binéfar de 1991 grabado por Florencio Molins. Entre otras peñas y asociaciones en el minuto 14:30 la peña Los Barones y su aeroplano. 

  3. Ejemplo para futuras generaciones.
    Su apuesta por una cena medieval original, viajes y actividades distintas demostró que las peñas pueden innovar.

  4. Un mensaje claro: sin renovación, sin movimiento, las peñas se estancan. Renovarse o morir.

    Peña Barones. Carroza de tanque segundo año.

    Peña Barones. Carroza de tanque en 1992. 


Análisis comparativo con otras peñas

CaracterísticaLos BaronesTozal, Latacín, Kraba
Año de fundación1991 (la última)1976–1977
Duración5 años20–40 años y aún activas
Base inicialChamizo estableGrandes chamizos o APEBIN
Ubicación localAragón → LéridaCentro, junto a la movida
Renovación de juntaSin éxito en 1994Con éxito, varias veces
LegadoEfímero pero intensoDuradedo y evolucionado
Actividades singularesCena medieval, carroza biplanoCharangas, cenas grandes, carrozas premiadas



 

Peña Barones en desfile con orinales como cascos en 1992.

 

Nota añadida el 28/07/2025: Desde la Peña Los Barones no hacen llegar un mensaje de AGRADECIMIENTO a todos los que fueron socios y colaboraron para que la peña LOS BARONES pudiera ser.

 

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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

Fuentes: 


 








domingo, 20 de julio de 2025

Peña Chaplin de Binéfar (1984)

La Peña Chaplin (1984) fue una peña que aunó juventud con camiseta blanca y silueta de Charlot.

Nuestra serie sobre las peñas tradicionales de Binéfar continúa con una de las más efímeras y curiosas: la Peña Chaplin, que solo llegó a existir durante las fiestas de 1984, pero dejó su impronta entre los jóvenes del momento.

Un proyecto joven e inclusivo

La idea nace desde APEBIN, que desde 1983 ya contemplaba la creación de una sección infantil o juvenil destinada a gente muy joven que no se integraba en ninguna de las peñas existentes. Ese año constan en las actas de la agrupación los primeros movimientos para articular una nueva iniciativa festiva.

A través de Carlos Gavin, se contacta con Laura Noguero, quien junto a un grupo de amistades coordina en 1984 la formación de la peña. El modelo elegido era un chamizo grande, apto para unas 90‑100 personas de entre 14 y 18 años; una imagen ideal para canalizar la energía juvenil en un formato festivo propio.

Peña Chaplin Binéfar


El local de la Peña Chaplin

Su local se ubicaba en la antigua clínica de la calle 1° de Mayo esquina Antonio Sistac. Como distintivo, adoptaron una camiseta blanca, decorada con la silueta negra de Charlot (Charlie Chaplin), en clara referencia a su nombre y personalidad iconoclasta.

Dentro del local apenas organizaron actividades propias: sirvieron el vino subvencionado por el Ayuntamiento y se integraron en el desfile festivo, pero sin eventos adicionales. No obstante, esa participación ya representó un espacio simbólico para su juventud y su identidad colectiva.

 Una vida breve… pero útil

La peña duró únicamente aquel año: tras las fiestas de 1984 desapareció formalmente. A pesar de su fugacidad, algunos de sus integrantes aprovecharon la experiencia para familiarizarse con el funcionamiento interno de las peñas y más adelante integrarse en otras ya consolidadas. En ese sentido, Peña Chaplin cumplió su función como punto de partida festivo y de socialización.

Ficha resumen:

    Duración: Solo durante las fiestas de 1984

    Socios: Entre 90 y 100 jóvenes de 14 a 18 años

    Nombre: Chaplin, por homenaje a Charlot

    Color y logo: Camiseta blanca con silueta negra de Charlot

    Local: Antigua clínica de calle 1º de Mayo con Antonio Sistac

    Actividad predominante: Desfile festivo y vino social en el local

La Peña Chaplin fue un ejemplo claro de cómo APEBIN promovía espacios para los más jóvenes: aunque solo existió un año, sirvió para que un sector de la juventud se sintiera representado y tuviera un lugar propio dentro de las fiestas de Binéfar. Un proyecto breve que fue semilla de integración y una experiencia para muchos que después continuarían su andadura en otras peñas más estables.

Aunque una de sus principales actividades fue el desfile, en la Voz de Binéfar de agosto de 1984 no se les nombra.

Voz de Binéfar de agosto de 1984


Con esta entrada cerramos una nueva página dentro de la memoria festiva local, reconociendo el valor de esas iniciativas juveniles que, aunque efímeras, nutrieron el panorama festivo del Binéfar de los ochenta.


fiestas-1984-binefar

Información clave sobre las Fiestas de Binéfar de 1984 en la Voz de Binéfar de septiembre

1. Balance general de las fiestas: Se hace una valoración positiva en líneas generales, destacando la buena participación ciudadana, el ambiente festivo y el funcionamiento de las actividades principales. Sin embargo, ciertas peñas mostraron insatisfacción con el modelo organizativo y el papel secundario que se les asigna. 

2. Programación musical y artística: Se destacan algunos conciertos y actuaciones musicales relevantes (aunque no se detallan todos los nombres), que obtuvieron buena acogida. Hay mención a la necesidad de mejorar la distribución horaria de los actos y evitar solapamientos.

3. Actividades infantiles y familiares: Se valora positivamente la participación en los actos infantiles, con buena afluencia de familias. Se propone reforzar la oferta para públicos intermedios (pre-adolescentes y jóvenes no peñistas).

4. Coordinación con peñas: Algunas peñas consideran que no se les ha tenido en cuenta suficientemente en el diseño de la programación. Se propone establecer reuniones previas y protocolos claros para facilitar su implicación.

5. Seguridad y orden público: No se reportan incidentes graves, pero sí se señala la necesidad de reforzar la coordinación con Policía Local y Cruz Roja, especialmente en zonas de alta afluencia nocturna.

6. Logística y organización: Se identifican fallos logísticos puntuales (cortes de tráfico, acceso a instalaciones, suministro de bebida en chamizos). Se propone una mejora en los medios de comunicación interna entre organización, peñas y servicios municipales. 

Valoración crítica de las Fiestas de Binéfar de 1984 de algunas peñas 


En la Voz de Binéfar de septiembre de 1984 aparece esta información sobre la valoración de las Fiestas de Binéfar. 

Durante la reunión de valoración posterior a las fiestas, varias peñas expresaron descontento con el modelo organizativo y algunas decisiones de la Comisión de Fiestas. Las críticas más destacadas incluyeron:

  • Falta de participación en la toma de decisiones, especialmente en lo referente a la programación de conciertos y actos peñistas.
  • Problemas de coordinación y fallos de comunicación, lo que provocó retrasos, confusiones y desorganización en momentos clave de las fiestas.
  • Reclamaciones por la pérdida de identidad peñista, con el argumento de que las peñas están quedando relegadas a un papel secundario en el modelo actual.

Este malestar fue trasladado por escrito por algunas peñas, reflejando una necesidad clara de revisar y fortalecer los canales de colaboración entre la Comisión de Fiestas y el tejido peñista. La crítica no fue generalizada, pero sí lo suficientemente representativa como para abrir un debate de cara a futuras ediciones.

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Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

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domingo, 13 de julio de 2025

Peña Cascabel

En 1.976, se inscribe en el registro de la Comisión de Fiestas una peña atípica: Cascabel. Forma parte de las siete primeras junto a La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y Cetril.
 

Sus componentes se alejan de la media de edad del resto de peñas, pues todos sobrepasan los treinta años. Además se trata de matrimonios, que se apuntan con el nombre del esposo, añadiendo "y Sra.", por lo que en los registros solamente figura un nombre de los dos miembros de la pareja. El grupo de amigos lo componen setenta y dos personas.


El Cascabel es conocida en ese momento como "Peña de los Casaus", apelativo que posteriormente recibirá la peña A.C.R. Binéfar-77, pero no existe ninguna relación entre las dos asociaciones. 

Peña Cascabel de Binéfar

El nombre lo recogen de una anécdota que se conoce en Binéfar. En Fobet, había un edificio junto al camino, donde la gente mayor indica a los jóvenes que si acercas el oído se oye un cascabel. Cuando para comprobarlo sitúan la cabeza junto al muro, los empujan y se golpean contra la pared.


Su funcionamiento, eso sí, es similar al resto de las asociaciones. El local lo instalan en un almacén de la era Salillas (Calle Arrabal), donde se puede degustar vino, poncho y frutos secos. Llegan a realizar algún baile durante fiestas e incluso una fiesta de disfraces, pero su duración como peña se limita al año 1.976.

La indumentaria significativa está compuesta por un pañuelo verde atado al cuello, del que cuelga un cascabel. Las mujeres acuden a la plaza de toros luciendo mantón y con claveles rojos en el pelo. Participan en los actos taurinos. El torero es José Lapuente "Gabino", que realiza el Don Tancredo. Cuando llega la hora de torear, el resto de peñas grita una frase: "Los casaus, están cagaus"

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

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domingo, 6 de julio de 2025

El Abadejo. Peña de Binéfar

Continuamos la serie Peñas de Binéfar con la segunda entrega esta vez dedicada a la peña "El Abadejo".

Se repiten algunas características comunes de las primeras siete peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril y Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos. Nace en 1.976, proviene de la fusión de varios chamizos y el nombre es una palabra popular que viene dada de otra de uso mas común. "Abadejo", es la forma coloquial de llamar al bacalao. El anagrama utilizado era una raspa de pescado, dentro de un círculo y la camiseta de color rojo. 

El Abadejo, peña de Binéfar

Cabe recordar que el cocinero binefarense Teodoro Baradjí incluyó en su libro "La cocina de ellas", cuya primera edición data de 1935, la receta del abadejo a la panadera.

La peña “El Abadejo” (1976‑1977)

Aunque sólo existió durante dos años, la peña “El Abadejo” se ha ganado un hueco entrañable en la memoria de Binéfar. Su irrupción en 1976 fue explosiva: más de 200 socios inscritos, convirtiéndose en una de las agrupaciones más numerosas del momento. Sin embargo, en 1977 su número se desplomó a apenas 36 miembros, y tras la fiesta de ese año, desapareció para siempre.

Dos generaciones, dos perfiles

En 1976 convivieron dos grupos bien diferenciados:

  1. La junta directiva y sus allegados (20‑30 años)
    Entre ellos destacaban:

    • Vicente Grau (primer presidente)

    • José Enrique Pueyo

    • Armando Clemente, apodado «el pintor»

    • José Antonio Zarroca

    • Fernando Alzuria

    • Paco Cortes «de la Roseta»

    • Ricardo Carraz

    • Mari Carmen Ibarz, conocida como «Lejandrina»

    • Miguel Ángel Pascual

      Y otros miembros destacados de aquella generación.

  2. Los más jóvenes (14‑16 años)
    Fueron muchos, entre ellos:

    • Jesús Clemente

    • José Peyrón

    • José Luis Pau

    • Anselmo e Javier Isábal

    • Paco Quintanilla

    • Saturnino Colomina

    • Juan José Mallén

    • José Antonio Blanco

    • José Ignacio Calero

    • María José Toda

    • Ángela Mata

    • Estrella García

    • Joaquín Isábal

Este mestizaje generacional dio a la peña una energía inusual.

Cambios en la presidencia: la mili llama

Vicente Grau ejerció como primer presidente hasta abril de 1977, cuando fue llamado a hacer la mili. Esa baja supuso un punto de inflexión: la dirección pasó prácticamente a manos del grupo juvenil, algo que provocó tensiones y cambios en la dinámica interna.

Contexto político: sombras de la Transición

Durante 1977, la peña fue salpicada por problemas de índole política, que afectaron a personas vinculadas a la misma. En plena Transición —aún marcado por herencias de la dictadura— las ideologías podían conllevar riesgos reales, y el ambiente difícil hizo que la peña se reduzca a solo 36 socios. Parte de los ya inscritos llegaron a pedir la devolución de cuotas, porque sus padres no aprobaban su pertenencia al Abadejo.

Aunque hoy pueda parecer anecdótico, el contexto de represión policial y miedo residual explica por qué una agrupación festiva como esta pudo provocar tanta preocupación.

Local polivalente: donde convivían taller y cava

El “cuartel” de la peña estaba en la confluencia de Buenavista y Palomar, en un antiguo garaje reconvertido de pequeña confección. Espacio justo para cuatro pacas (sillas) y el tonel del vino que el Ayuntamiento facilitaba, donde peñistas y vecinos se reunían para preparar las fiestas.

El torero improvisado: Paco Cortes «de la Roseta»

Una anécdota clave: Paco Cortes, parte de la directiva, asume el papel de torero en una de las novilladas. En su primera intervención sufre una cogida grave, que le abre un labio y provoca una hemorragia. Es llevado a casa y eso marca el final abrupto de la fiesta —o, como se decía entonces, “se da por terminadas las fiestas”. Su valor le ha granjeado un lugar estelar en la historia festiva de Binéfar.

Disolución y migración hacia “Latacín” y “La Kraba”

Tras el fin de fiestas de 1977, la peña se disuelve. El grupo se repartió entre otras dos:

  • Peña Latacín, que acogió a la mayoría de miembros más jóvenes.

  • Peña La Kraba, que recibió a la junta directiva original, donde incluso algunos ocuparon cargos similares a los que habían tenido en El Abadejo.

Fuentes:

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 Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

 

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