domingo, 3 de agosto de 2025

Peña El Cetril – El botijo de Binéfar

 Origen e identidad (1977)

La Peña El Cetril nació en mayo de 1977, apenas un año después de las primeras peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y CascabelSu nombre hace referencia a un 𝗯𝗼𝘁𝗶𝗷𝗼 — en aragonés “cetril” significa precisamente eso — y su anagrama lo representaba claramente: un botijo dibujado.

Peña Cetril de Binéfar

 Peñistas del Cetril en las vaquillas

Detalle trasera camiseta peña Cetril Binéfar
Detalle de la segunda camiseta de 1978.

A diferencia de otras que surgieron de chamizos tradicionales, El Cetril no deriva de ninguno de ellos. Nace directamente del Club Montaski, ligado a la Organización de la Juventud Española (O.J.E.), con perfiles jóvenes que venían de actividades de montaña y de raíz religiosa, por ello nunca llegó a integrarse en la estructura “clásica” de peñistas de Binéfar.

Actividad y duración

La peña tuvo una vida breve: solo dos años en activo. Su núcleo estaba formado por chavales de entre 13 y 14 años, algunos apoyados por jóvenes de pocos años más, que asumieron tareas directivas con apenas más experiencia. En su uniforme, destacaba el verde, aunque en su segundo año también vestían de negro.

El primer año (1977) con aerosol, sobre las camisetas de color verde claro se pinta sobre un mapa de Aragón cubierto de franjas rojas y amarillas un botijo sobrepuesto. Al año siguiente debido a que las camisetas verdes se ensuciaban mucho, se cambia a negras con cuello y bocamangas blancas y el logotipo en blanco en la espalda. 

Durante su tiempo de existencia, no llevaron a cabo actividades propiamente peñistas: ni cenas mediáticas, ni carrozas relevantes, ni implicación en la dinámica común de APEBIN. De hecho, su local tenía más apariencia de chamizo que de peña organizada. Tenían tocadiscos y tonel de vino. Esta falta de estructura y de actividades propias contribuyó a su desaparición. 

¿Quien fue quién?

  • No aparecen nombres destacados como presidentes institucionalizados. En las baquillas el maestro era Juan Manuel Campo ayudado por Pío Marco Truco.

  • Alquilaron locales en calle Sisallo (1977) y calle Barcelona (1978), sin llegar a consolidar una sede definida o habitual. El local de la calle Barcelona había sido usado anteriormente por la Peña La Gayata.

  • Cabe señalar que su público era muy joven y no habían existido generaciones anteriores que los respaldaran, lo que les restó proyección. Una vez se disuelve, sus integrantes se reparten entre la peña Rosigón, en gran parte, Kraba y Latacín.

Comparación breve con otras peñas

Las primeras peñas de Binéfar (La Gayata, El Tozal, La Kraba, Latacín, Cascabel y Binéfar 77) nacieron entre 1976 y 1977, muchas de ellas con fuertes raíces en chamizos locales y una rápida integración en APEBIN. Sin embargo, El Cetril:

  • No se integró formalmente en la estructura asociativa.

  • Tampoco desarrolló actividades propias relevantes.

  • Careció de una base social consolidada más allá de su juventud y entusiasmo inicial.

Legado y aprendizaje

Aunque efímera, la existencia de El Cetril deja un mensaje interesante:

  • La juventud no basta por sí sola: sin organización, planeamiento y cohesión, ni siquiera el entusiasmo más genuino sostiene una peña en Binéfar.

  • El origen importa: no anclarse en estructuras previas (como chamizos o lazos generacionales) puede limitar la supervivencia.

  • Valorar las raíces locales: mientras muchas peñas adoptaron nombres simbólicos o de identidad popular (como La Gayata o el Abadejo), solo prosperaron si contaron con compromiso activo de sus miembros.


La pancarta de 1978

En la pancarta de 1978, el espíritu del Cetril se dibujaba entre lo festivo y lo surrealista. En la esquina superior derecha vemos a un socio colocando las banderillas a un toro, mientras otro salta delante de la bestia, aferrado a un botijo como si fuera el tesoro más preciado de la Peña. Justo debajo, dos miembros de la charanga, con sombrero blanco de banda negra al más puro estilo "Pepe Palomeque y sus Tozaleros", animan la escena con bombo y trompeta.

La bandera de Aragón atraviesa la escena como eje de identidad, y en el centro, dominando la composición, aparece la portada de la Iglesia Parroquial de Binéfar, un guiño claro a las raíces del pueblo. En el lado izquierdo una motocicleta con un signo de interrogación apunta a las entonces puestas en duda actividades de motocross en la sierra de San Quílez.

Peña Cetril de Binéfar pancarta 1978 

 Pancarta peña Cetril en 1978. Fue el único año que participó en el concurso de carrozas quedando en séptima posición. La carroza era un carro decorado encima de un remolque en la que iba subida Dolores Ovejero.

 Datos clave resumen

  • Fundación: mayo 1977

  • Duración: 2 años (1977–1978)

  • Origen: Club Montaski (juventud montañera). Recoje muchos socios de la Peña El Abadejo.

  • Uniforme y anagrama: verde (luego negro), botijo dibujado

  • Actividades: mínimo desarrollo de eventos propios. Van en conjunto al desfile, los toros, detrás de la charanga y al baile de otras peñas al haberse integrado en la estructura del APEBIN.

  • Desaparición: por falta de organización y continuidad

La Peña El Cetril es un ejemplo de cómo una peña, pese a nacer con ilusión y juventud, puede desvanecerse rápidamente sin una base organizativa sólida. Su breve trayectoria contrasta con la de otras peñas de la época que sí perduraron, gracias a su capacidad de integración, diversidad de actividades y apoyo social intergeneracional. En la memoria local queda su botijo como símbolo de que ser joven no siempre garantiza permanencia.

Compartir es vivir, también en redes sociales.

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

- Cetril 

Fuentes: 

 


domingo, 27 de julio de 2025

Peña Barones - Peñas de Binéfar

Contexto y origen (1991)

En 1991, cuando parecía que Binéfar solo tenía hueco para las tres grandes peñas –Tozal, Latacín y Kraba–, aparece Los Barones, la última en nacer... y la primera en desvanecerse.

 
Un grupo de catorce colegas del Chamizo “Los Barones”, situado en la calle Primero de Mayo (junto a la clínica), decide dar el salto de local informal a peña formal. Aquellos fundadores tenían apodos de lo más pintoresco:

  • Carlos Boren “Charly”

  • Javier Palacio “Larry”

  • Alberto Allepuz

  • Alfredo Aguarón “Gamba”

  • Víctor Villalba “Fontanero”

  • José Ma Cosials

  • Modesto Torres

  • Salvador Sancho

  • José Ma Córdoba “Goyo”

  • Ángel y Javier Senach

  • Ángel Rodríguez

  • Luis José Solana

  • Jesús Luna

Charly Boren, tras las fiestas de 1990, lanza la idea: “¿Por qué no formamos una peña llamada Los Barones?”. A varios les gusta la idea y se ponen manos a la obra.

De chamizo a peña: pasos iniciales

La idea es clara: replicar actividades de peñas emergentes (como La Kraba), pero dejando su propia huella. Primero, hacen un sondeo durante la fiesta anual del chamizo, consiguiendo 100 firmas de apoyo: un golpe de realidad: la peña tenía futuro si lograba convencer a más gente.
Se acercan a otras juntas peñistas pidiendo consejo. En julio de 1991, abren preinscripciones y se lanzan a una campaña boca‑oreja (“bis a bis”) en pubs y cafés. Así empiezan a captar adeptos.

Identidad visual: colores y escudo

Los Barones deciden vestirse de camiseta blanca con detalles en rojo (fajín y pañuelo). Su escudo es una maravilla de humor: obra de Javier Palacio, representa al Barón Rojo —en alusión al famoso aviador alemán de la Primera Guerra Mundial— con casco, sin afeitar y fumando una “faria” (un puro), mostrando un toque gamberro y divertido.

Logotipo peñas Barones de Binéfar 

Primer local y carroza inaugural

Un mes antes de las fiestas –en agosto 1991– ya cuentan con 150 socios. Alquilan un local en la calle Aragón, donde habían estado antes La Tozal y APEBIN en su baile conjunto. Ahí construyen su primera carroza: un biplano inspirado en su “patrón”, el Barón Rojo. Es un reto: montar un aeroplano en plena calle, sin ser ingenieros ni tener experiencia. Pero el entusiasmo mueve montañas (y carrozas).

Primera carroza peña Barones Binéfar 

Desfile de carrozas de Binéfar de 1991 con la Peña Los Barones (Florencio Molins)
 

Explosión de entusiasmo en el primer año (1991)

  • 220 socios en su primer año.

  • Jóvenes, ilusionados, comprometidos.

  • Se unen cuadrillas y chamizos.

  • Organizan el desfile, rompen las carrozas y dan un golpe visual en las fiestas.

  • Programan actividades clásicas (desfile, resopones, etc.) y una novedad divertida: una cena medieval, con ambientación cuidada, mesas alargadas, juglares, decoro de época... todo esfuerzo para marcar sello propio.

  • También organizan viajes a fiestas de otros pueblos, abriéndose a intercambios y experiencias fuera de Binéfar.

    Peña Barones de Binéfar 

    Desfile con su "carro" en Fiestas de Binéfar. En este enlace otros vehículos de Fiestas

Sostenibilidad en los años 1992–1993

  • Mantienen unos 200 socios, lo cual es sólido para una peña naciente.

  • Sin embargo, aparecen los primeros problemas: los jóvenes no responden tanto en actividades “de madrugada”, que son costosas de mantener.

  • En 1992, las otras peñas concentran sus locales cerca de la discoteca y el Ayuntamiento; Los Barones, a pesar de estar céntricos en la calle Aragón, quedan algo “descolgados” de la movida. Esto afecta la afluencia y visibilidad.

     

    Peña Barones en desfile de carrozas de 1992 en Binéfar

El descenso y fin de ciclo (1994–1995)

  • 1994: Charly Boren y su Junta, compuesta principalmente por los fundadores originales, intentan un relevo generacional – pero sin éxito.

  • La asistencia y el entusiasmo bajan: sólo 100 socios quedan activos.

  • Cambian de local: se instalan en la calle Lérida, junto al Bar Aneto, pero apenas sobreviven un año más.

  • Tras las fiestas de 1995, celebran una cena y fiesta de despedida en el Hotel La Paz y el Pub Blanco & Negro: se despiden de Binéfar acompañados de socios y viejos amigos.

Reflexión: ¿por qué desaparecieron Los Barones?

  • Nacieron para aportar diversidad y color a las fiestas: un soplo de aire fresco.

  • Su núcleo directivo fue fijo, lo que dificultó la renovación de ideas y la implicación de nuevos miembros.

  • Las actividades de madrugada resultaron caras y poco sostenibles sin un flujo de socios jóvenes.

  • Estar lejos del “epicentro peñista” de Binéfar: los locales alejados disminuyen la visibilidad y la energía colectiva.

    Desfile de Los Barones de Binéfar 

Legado y huella: ¿Qué dejaron atrás Los Barones?

  1. Una peña breve, pero intensa.
    Nacida con fuerza y desaparecida en cinco años, pero dejó buen sabor en la memoria colectiva.

  2. Una carroza memorable.
    El biplano del Barón Rojo sigue siendo recordado en fotos y vídeos, como el que grabó Florencio Molins y disponible en nuestro canal de youtube.


    Desfile de carrozas de las fiestas mayores de Binéfar de 1991 grabado por Florencio Molins. Entre otras peñas y asociaciones en el minuto 14:30 la peña Los Barones y su aeroplano. 

  3. Ejemplo para futuras generaciones.
    Su apuesta por una cena medieval original, viajes y actividades distintas demostró que las peñas pueden innovar.

  4. Un mensaje claro: sin renovación, sin movimiento, las peñas se estancan. Renovarse o morir.

    Peña Barones. Carroza de tanque segundo año.

    Peña Barones. Carroza de tanque en 1992. 


Análisis comparativo con otras peñas

CaracterísticaLos BaronesTozal, Latacín, Kraba
Año de fundación1991 (la última)1976–1977
Duración5 años20–40 años y aún activas
Base inicialChamizo estableGrandes chamizos o APEBIN
Ubicación localAragón → LéridaCentro, junto a la movida
Renovación de juntaSin éxito en 1994Con éxito, varias veces
LegadoEfímero pero intensoDuradedo y evolucionado
Actividades singularesCena medieval, carroza biplanoCharangas, cenas grandes, carrozas premiadas



 

Peña Barones en desfile con orinales como cascos en 1992.

 

Nota añadida el 28/07/2025: Desde la Peña Los Barones no hacen llegar un mensaje de AGRADECIMIENTO a todos los que fueron socios y colaboraron para que la peña LOS BARONES pudiera ser.

 

Compartir es vivir, también en redes sociales.

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

- Barones 

Fuentes: 


 








domingo, 20 de julio de 2025

Peña Chaplin de Binéfar (1984)

La Peña Chaplin (1984) fue una peña que aunó juventud con camiseta blanca y silueta de Charlot.

Nuestra serie sobre las peñas tradicionales de Binéfar continúa con una de las más efímeras y curiosas: la Peña Chaplin, que solo llegó a existir durante las fiestas de 1984, pero dejó su impronta entre los jóvenes del momento.

Un proyecto joven e inclusivo

La idea nace desde APEBIN, que desde 1983 ya contemplaba la creación de una sección infantil o juvenil destinada a gente muy joven que no se integraba en ninguna de las peñas existentes. Ese año constan en las actas de la agrupación los primeros movimientos para articular una nueva iniciativa festiva.

A través de Carlos Gavin, se contacta con Laura Noguero, quien junto a un grupo de amistades coordina en 1984 la formación de la peña. El modelo elegido era un chamizo grande, apto para unas 90‑100 personas de entre 14 y 18 años; una imagen ideal para canalizar la energía juvenil en un formato festivo propio.

Peña Chaplin Binéfar


El local de la Peña Chaplin

Su local se ubicaba en la antigua clínica de la calle 1° de Mayo esquina Antonio Sistac. Como distintivo, adoptaron una camiseta blanca, decorada con la silueta negra de Charlot (Charlie Chaplin), en clara referencia a su nombre y personalidad iconoclasta.

Dentro del local apenas organizaron actividades propias: sirvieron el vino subvencionado por el Ayuntamiento y se integraron en el desfile festivo, pero sin eventos adicionales. No obstante, esa participación ya representó un espacio simbólico para su juventud y su identidad colectiva.

 Una vida breve… pero útil

La peña duró únicamente aquel año: tras las fiestas de 1984 desapareció formalmente. A pesar de su fugacidad, algunos de sus integrantes aprovecharon la experiencia para familiarizarse con el funcionamiento interno de las peñas y más adelante integrarse en otras ya consolidadas. En ese sentido, Peña Chaplin cumplió su función como punto de partida festivo y de socialización.

Ficha resumen:

    Duración: Solo durante las fiestas de 1984

    Socios: Entre 90 y 100 jóvenes de 14 a 18 años

    Nombre: Chaplin, por homenaje a Charlot

    Color y logo: Camiseta blanca con silueta negra de Charlot

    Local: Antigua clínica de calle 1º de Mayo con Antonio Sistac

    Actividad predominante: Desfile festivo y vino social en el local

La Peña Chaplin fue un ejemplo claro de cómo APEBIN promovía espacios para los más jóvenes: aunque solo existió un año, sirvió para que un sector de la juventud se sintiera representado y tuviera un lugar propio dentro de las fiestas de Binéfar. Un proyecto breve que fue semilla de integración y una experiencia para muchos que después continuarían su andadura en otras peñas más estables.

Aunque una de sus principales actividades fue el desfile, en la Voz de Binéfar de agosto de 1984 no se les nombra.

Voz de Binéfar de agosto de 1984


Con esta entrada cerramos una nueva página dentro de la memoria festiva local, reconociendo el valor de esas iniciativas juveniles que, aunque efímeras, nutrieron el panorama festivo del Binéfar de los ochenta.


fiestas-1984-binefar

Información clave sobre las Fiestas de Binéfar de 1984 en la Voz de Binéfar de septiembre

1. Balance general de las fiestas: Se hace una valoración positiva en líneas generales, destacando la buena participación ciudadana, el ambiente festivo y el funcionamiento de las actividades principales. Sin embargo, ciertas peñas mostraron insatisfacción con el modelo organizativo y el papel secundario que se les asigna. 

2. Programación musical y artística: Se destacan algunos conciertos y actuaciones musicales relevantes (aunque no se detallan todos los nombres), que obtuvieron buena acogida. Hay mención a la necesidad de mejorar la distribución horaria de los actos y evitar solapamientos.

3. Actividades infantiles y familiares: Se valora positivamente la participación en los actos infantiles, con buena afluencia de familias. Se propone reforzar la oferta para públicos intermedios (pre-adolescentes y jóvenes no peñistas).

4. Coordinación con peñas: Algunas peñas consideran que no se les ha tenido en cuenta suficientemente en el diseño de la programación. Se propone establecer reuniones previas y protocolos claros para facilitar su implicación.

5. Seguridad y orden público: No se reportan incidentes graves, pero sí se señala la necesidad de reforzar la coordinación con Policía Local y Cruz Roja, especialmente en zonas de alta afluencia nocturna.

6. Logística y organización: Se identifican fallos logísticos puntuales (cortes de tráfico, acceso a instalaciones, suministro de bebida en chamizos). Se propone una mejora en los medios de comunicación interna entre organización, peñas y servicios municipales. 

Valoración crítica de las Fiestas de Binéfar de 1984 de algunas peñas 


En la Voz de Binéfar de septiembre de 1984 aparece esta información sobre la valoración de las Fiestas de Binéfar. 

Durante la reunión de valoración posterior a las fiestas, varias peñas expresaron descontento con el modelo organizativo y algunas decisiones de la Comisión de Fiestas. Las críticas más destacadas incluyeron:

  • Falta de participación en la toma de decisiones, especialmente en lo referente a la programación de conciertos y actos peñistas.
  • Problemas de coordinación y fallos de comunicación, lo que provocó retrasos, confusiones y desorganización en momentos clave de las fiestas.
  • Reclamaciones por la pérdida de identidad peñista, con el argumento de que las peñas están quedando relegadas a un papel secundario en el modelo actual.

Este malestar fue trasladado por escrito por algunas peñas, reflejando una necesidad clara de revisar y fortalecer los canales de colaboración entre la Comisión de Fiestas y el tejido peñista. La crítica no fue generalizada, pero sí lo suficientemente representativa como para abrir un debate de cara a futuras ediciones.

 Compartir es vivir, también en redes sociales.

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

- Chaplin 

Fuentes: 

Compartir es vivir, también en redes sociales  

 

 

domingo, 13 de julio de 2025

Peña Cascabel

En 1.976, se inscribe en el registro de la Comisión de Fiestas una peña atípica: Cascabel. Forma parte de las siete primeras junto a La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77 y Cetril.
 

Sus componentes se alejan de la media de edad del resto de peñas, pues todos sobrepasan los treinta años. Además se trata de matrimonios, que se apuntan con el nombre del esposo, añadiendo "y Sra.", por lo que en los registros solamente figura un nombre de los dos miembros de la pareja. El grupo de amigos lo componen setenta y dos personas.


El Cascabel es conocida en ese momento como "Peña de los Casaus", apelativo que posteriormente recibirá la peña A.C.R. Binéfar-77, pero no existe ninguna relación entre las dos asociaciones. 

Peña Cascabel de Binéfar

El nombre lo recogen de una anécdota que se conoce en Binéfar. En Fobet, había un edificio junto al camino, donde la gente mayor indica a los jóvenes que si acercas el oído se oye un cascabel. Cuando para comprobarlo sitúan la cabeza junto al muro, los empujan y se golpean contra la pared.


Su funcionamiento, eso sí, es similar al resto de las asociaciones. El local lo instalan en un almacén de la era Salillas (Calle Arrabal), donde se puede degustar vino, poncho y frutos secos. Llegan a realizar algún baile durante fiestas e incluso una fiesta de disfraces, pero su duración como peña se limita al año 1.976.

La indumentaria significativa está compuesta por un pañuelo verde atado al cuello, del que cuelga un cascabel. Las mujeres acuden a la plaza de toros luciendo mantón y con claveles rojos en el pelo. Participan en los actos taurinos. El torero es José Lapuente "Gabino", que realiza el Don Tancredo. Cuando llega la hora de torear, el resto de peñas grita una frase: "Los casaus, están cagaus"

Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

- Cascabel 

Fuentes: 

Compartir es vivir, también en redes sociales  

 

domingo, 6 de julio de 2025

El Abadejo. Peña de Binéfar

Continuamos la serie Peñas de Binéfar con la segunda entrega esta vez dedicada a la peña "El Abadejo".

Se repiten algunas características comunes de las primeras siete peñas formadas en 1976: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril y Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos. Nace en 1.976, proviene de la fusión de varios chamizos y el nombre es una palabra popular que viene dada de otra de uso mas común. "Abadejo", es la forma coloquial de llamar al bacalao. El anagrama utilizado era una raspa de pescado, dentro de un círculo y la camiseta de color rojo. 

El Abadejo, peña de Binéfar

Cabe recordar que el cocinero binefarense Teodoro Baradjí incluyó en su libro "La cocina de ellas", cuya primera edición data de 1935, la receta del abadejo a la panadera.

La peña “El Abadejo” (1976‑1977)

Aunque sólo existió durante dos años, la peña “El Abadejo” se ha ganado un hueco entrañable en la memoria de Binéfar. Su irrupción en 1976 fue explosiva: más de 200 socios inscritos, convirtiéndose en una de las agrupaciones más numerosas del momento. Sin embargo, en 1977 su número se desplomó a apenas 36 miembros, y tras la fiesta de ese año, desapareció para siempre.

Dos generaciones, dos perfiles

En 1976 convivieron dos grupos bien diferenciados:

  1. La junta directiva y sus allegados (20‑30 años)
    Entre ellos destacaban:

    • Vicente Grau (primer presidente)

    • José Enrique Pueyo

    • Armando Clemente, apodado «el pintor»

    • José Antonio Zarroca

    • Fernando Alzuria

    • Paco Cortes «de la Roseta»

    • Ricardo Carraz

    • Mari Carmen Ibarz, conocida como «Lejandrina»

    • Miguel Ángel Pascual

      Y otros miembros destacados de aquella generación.

  2. Los más jóvenes (14‑16 años)
    Fueron muchos, entre ellos:

    • Jesús Clemente

    • José Peyrón

    • José Luis Pau

    • Anselmo e Javier Isábal

    • Paco Quintanilla

    • Saturnino Colomina

    • Juan José Mallén

    • José Antonio Blanco

    • José Ignacio Calero

    • María José Toda

    • Ángela Mata

    • Estrella García

    • Joaquín Isábal

Este mestizaje generacional dio a la peña una energía inusual.

Cambios en la presidencia: la mili llama

Vicente Grau ejerció como primer presidente hasta abril de 1977, cuando fue llamado a hacer la mili. Esa baja supuso un punto de inflexión: la dirección pasó prácticamente a manos del grupo juvenil, algo que provocó tensiones y cambios en la dinámica interna.

Contexto político: sombras de la Transición

Durante 1977, la peña fue salpicada por problemas de índole política, que afectaron a personas vinculadas a la misma. En plena Transición —aún marcado por herencias de la dictadura— las ideologías podían conllevar riesgos reales, y el ambiente difícil hizo que la peña se reduzca a solo 36 socios. Parte de los ya inscritos llegaron a pedir la devolución de cuotas, porque sus padres no aprobaban su pertenencia al Abadejo.

Aunque hoy pueda parecer anecdótico, el contexto de represión policial y miedo residual explica por qué una agrupación festiva como esta pudo provocar tanta preocupación.

Local polivalente: donde convivían taller y cava

El “cuartel” de la peña estaba en la confluencia de Buenavista y Palomar, en un antiguo garaje reconvertido de pequeña confección. Espacio justo para cuatro pacas (sillas) y el tonel del vino que el Ayuntamiento facilitaba, donde peñistas y vecinos se reunían para preparar las fiestas.

El torero improvisado: Paco Cortes «de la Roseta»

Una anécdota clave: Paco Cortes, parte de la directiva, asume el papel de torero en una de las novilladas. En su primera intervención sufre una cogida grave, que le abre un labio y provoca una hemorragia. Es llevado a casa y eso marca el final abrupto de la fiesta —o, como se decía entonces, “se da por terminadas las fiestas”. Su valor le ha granjeado un lugar estelar en la historia festiva de Binéfar.

Disolución y migración hacia “Latacín” y “La Kraba”

Tras el fin de fiestas de 1977, la peña se disuelve. El grupo se repartió entre otras dos:

  • Peña Latacín, que acogió a la mayoría de miembros más jóvenes.

  • Peña La Kraba, que recibió a la junta directiva original, donde incluso algunos ocuparon cargos similares a los que habían tenido en El Abadejo.

Fuentes:

Fuentes: 

 Serie peñas de Binéfar:

- La Gayata

- El Abadejo 

 

domingo, 29 de junio de 2025

La Gayata (1976‑1978). Peña de Binéfar

Las peñas de Binéfar: La Gayata (1976‑1978) 

Cuando en 1976 el Ayuntamiento de Binéfar decidió dar voz y color a la juventud, no sabía que estaba sembrando las semillas de una revolución cultural. Esa primavera surgieron siete peñas: La Gayata, La Kraba, El Tozal, Latacín, Binéfar 77, Cetril, Cascabel. Cada una con identidad propia, forjadas a partir de antiguos chamizos.

Peña La Gayata de Binéfar

Desfile con pancarta "Cantando y bailando, con esta Gayata. Bebiendo y j...ndo y dando la lata"

Nace La Gayata (1976)

La Gayata se gestó en un chamizo de la Calle Barcelona ese mismo año. Su nombre, «gayata», refleja el aragonés de “bastón”. Ese año su logo representaba un bastón cuyo mango formaba la L, subrayando el nombre en negro; al año siguiente, el diseño evolucionó a colores más elaborados. Su camiseta era azul marino con cuello y bocamangas blancas —un contraste clásico que destacaba entre las peñas.

Bajo la batuta de Carlos Camañes y su círculo de una decena de jóvenes de entre 18 y 20 años, la peña arrancó con 110 socios en 1976. El número subió a 176 en 1977, lo que demuestra el tirón social del proyecto. A la junta se sumaron nombres clave: José Guillermo Español, Emilio Mora, Cecilio López, Fernando Castarlenas, José Domingo Zamorano –que sería su último presidente–, Manuel Solano, Ramón Pau, entre otros.

El local de la peña, con zona al aire libre y fondo cubierto, servía a diario de punto de reunión, y también como escenario de sus actividades. En la faceta taurina, destacaron Feliciano Luño y Félix Ramos en 1976; al año siguiente, Paco Vidal, “El Chalán”, tomó el relevo.

Peña La Gayata de Binéfar

 

Peña La Gayata en los toros.

Trayectoria y motivos de desaparición (1978)

Desde su unión a la APEBIN —la Asociación de Peñas Binefarenses fundada en 1976 y activa hasta 1988—, La Gayata participó con entusiasmo en concursos, como el de carrozas de 1978, donde logró un resonante tercer puesto. Sin embargo, la insatisfacción aumentó cuando la directiva apostó por financiar actividades deportivas con parte de las cuotas, algo que muchos socios vieron como un desvío: ellos querían únicamente “fiestas” 🎉, no maratones ni partidos. El desencuentro creció y, tras las fiestas de 1978, durante la presidencia de José Domingo Zamorano, se decidió cerrar el chiringuito. La mayoría de peñistas jóvenes migraron al Tozal, la peña por edad y afinidad, o se disolvieron hacia ningún grupo.

 

Peña La Gayata de Binéfar

Equipo La Gayata e el campeonato interpeñas.

El entorno de las peñas (1976‑1980)

Peña Año fundación Estado en 1980
La Kraba 1976 Activa, celebrando 25 años en 2001
El Tozal 1976 Perdura y absorbe afiliados
Latacín 1976 Activa en el ferial
Binéfar 77 1976 Activa, organiza guiñote y verbenas
Cetril, Cascabel, Chaplin, Barones 1976‑1978 Presentes en registros hasta 1980

La Kraba, con sus 25 años reflejados en el libro, fue la más constante. El Tozal absorbió peñistas tras la disolución de La Gayata y ganó peso. Latacín y Binéfar 77 mantenían presencia activa con eventos y programación propia.

Impacto sociocultural

El fenómeno peñista en Binéfar marcó el paso de una fiesta local tradicional a una fiesta juvenil, colectiva y participativa. APEBIN canalizó durante doce años buena parte de la programación cultural, deportiva y festiva, cohesionado a las peñas.

Las peñas no solo eran para septiembre (fiestas en honor al Santo Cristo de los Milagros), también organizaban Pascua, San Isidro o San Cristóbal.

Peña La Gayata de Binéfar

 

Desfile con carroza de barra americana.

Citas del libro "25 años de la Peña La Kraba"

“Su nombre viene determinado por una palabra aragonesa: ‘gayata’… en color negro.”
“En 1976 consiguen 110 socios, pero el año que más es 1977 con 176.”
“Sus representantes en 1976 son Feliciano Luño y Félix Ramos… Paco Vidal ‘El Chalán’ toma la alternativa.”
“Los socios de base no muestran demasiado interés… no entienden que una parte importante de su cuota se adjudique a actos deportivos.”
“Tras las fiestas de 1978… La Gayata desaparece. …la mayor parte de los que deciden seguir… van al Tozal…”Mirada de futuro

La experiencia de La Gayata nos enseña que las peñas son el germen de la cultura ciudadana: generaron unión, creatividad y empoderamiento. Aunque algunas, como La Gayata, tuvieron una llama breve, otras encendieron brasas que aún arden en recintos feriales, locales callejeros y el corazón de la fiesta binefarense.

Peña La Gayata de Binéfar
Escudo peña La Gayata de Binéfar
 
Hoy, en pleno siglo XXI, este modelo de peña sigue vivo: basta pasear por las fiestas mayores de septiembre para escuchar nombres como Kraba, Tozal, Latacín, Interchamizos… y reconocer en ellos el eco de su antecesora, La Gayata.

La Gayata no ganó la batalla del tiempo, pero sí la batalla de la pasión. Fue chispa que encendió un fuego colectivo en Binéfar; y aunque su camino acabó en 1978, su influencia sigue encendida.

Compartir es vivir.

Fuentes: 

domingo, 22 de junio de 2025

Casa Barber en Plaza La Litera de Binéfar

La Plaza La Litera, ubicada en pleno casco histórico de Binéfar, se formó como segunda plaza fuera del antiguo recinto amurallado. A lo largo de los siglos ha vivido transformaciones: su nombre incluso cambió tras la Guerra Civil (Plaza de los Mártires) antes de recuperar su topónimo tradicional .

Se alza rodeada de casas solariegas –como las de las familias Ruata, Corzán y, por supuesto, Barber– que fueron protagonistas del esplendor local. Muchas aún conservan escudos nobiliarios y estructuras originales, testigo de una época feudal y altomedieval.

En 2021 el Ayuntamiento adjudicó a la empresa Arnó Infraestructuras el proyecto integral de regeneración urbana ideado por Albert Pascal: se transformó la plaza en un espacio de estancia, con pavimento permeable, zonas arboladas de especies caducas para favorecer la sombra en verano y luz en invierno, bancos, y una pequeña colina central con árbol destacado, alejándola del uso meramente de paso. La reforma costó más de 213.000 €.

Aquí, cada año, se preparaba una alfombra floral para el Corpus Christi, realizada artesanalmente por comulgantes y vecinos, alcanzando unos 140 m² y dedicada en 2025 al Sacramento de la Confirmación. 

La Casa Barber: nobleza y leyenda

En el número 10 de la plaza, la Casa Barber destaca por su talla histórica y arquitectónica. De planta solariega, su linaje se remonta a Jayme Joan Barber (1495) como cabeza de un hogar en Binéfar.

Escudo y hospedaje real

El imponente escudo cuartelado aún se puede ver en la fachada lateral: representa la casa, el yelmo atravesado, un perro y ballesta con perdices ifc.dpz.es. La tradición local asegura que Felipe II pernoctó allí en 1585 durante su paso por Binéfar cuando celebraba Cortes. A comienzos del siglo XX aún exhibía utensilios supuestamente vinculados al monarca.

Las otras casas: Ruata, Coll y el corazón del antiguo Binéfar

Frente a Barber, sobresalen la Casa Ruata (excelentemente conservada, con escudo), y la Casa Coll, de la que oriunda fue el célebre filólogo Benito Coll (1860‑1916), que dio nombre a obras sobre dialectología regional. Son parte del relato visual que entreteje una plaza con vocación cultural e histórica.

Casa Barber La Litera Binéfar


domingo, 15 de junio de 2025

Pongamos que hablo...de Binéfar

🎤 Joaquín Sabina: de la antigua Algodonera de Binéfar al adiós en Zaragoza

“Pongamos que hablo de Binéfar…” Podría haber dicho Sabina en su concierto de despedida esta semana en Zaragoza. Y no hubiera sido ninguna exageración. Porque Joaquín Sabina no es solo una figura icónica de la música española: también forma parte de la historia cultural de nuestro pueblo. En las Fiestas Mayores de 1987, el flaco de Úbeda pisó suelo binefarense, guitarra en mano y con su banda “Viceversa”, cuando todavía era un juglar con voz rota y versos afilados como cuchillas.

🎶 Aquella noche de septiembre en la Algodonera

Según recoge La Voz de Binéfar en su edición de fiestas de 1987, Sabina actuó el 12 de septiembre a las 24:00 horas en la antigua Algodonera, junto a la Orquesta Trama. Fue una noche inolvidable para muchos vecinos, que lo vieron entre humos de feria, pantalones de pana y primeras resacas democráticas. Compartía cartel con Loquillo, Huapacha Combo, Pegasus, Janio Martí… pero fue Sabina quien dejó huella.

“A Sabina se le recordarán sus pasadas actuaciones en Binéfar, con ‘enlazones totales’”, decía la crónica con ese estilo irónico que tanto nos gusta por aquí.

Más info en esta entrada sobre las fiestas de los 80.

👋 2025: El adiós en Zaragoza

Treinta y ocho años después, Sabina vuelve a cerrar el círculo. Este viernes 13 y sábado 14 de junio, el cantautor ha ofrecido en Zaragoza sus dos últimos conciertos en Aragón dentro de la gira “Contra todo pronóstico”, rebautizada por él mismo como “Hasta siempre y gracias”. Un homenaje a medio siglo de poesía cantada, amores canallas y política de bar de madrugada a la que asistieron no pocos binefarenses.

  • Pabellón Príncipe Felipe lleno hasta la bandera.
  • Setlist: “Peces de ciudad”, “19 días y 500 noches”, “Y sin embargo”… no faltó ningún clásico.
  • Cita destacada: “Aragón ha sido siempre tierra de libertad, y yo vine aquí muchas veces... incluso cuando no sabían quién era yo”.

Y sí, algunos sí sabíamos quién era. Porque lo vimos en Binéfar, antes que en la tele.

📻 Sabina y Binéfar: una relación sin contratos, pero con historia

Más allá del concierto del 87, Sabina ha estado ligado simbólicamente a nuestro pueblo:

  • Muchos binefarenses han viajado a verlo a Huesca, Lérida o Zaragoza en los años 90 y 2000.
  • Su estilo de “cronista de calle” conectó con la generación que vivió la reconversión industrial.
  • Algunas de sus canciones se convirtieron en himnos personales, cuando la música era en casete y la vida era menos digital.

¿Quieres saber cómo era la escena musical en Binéfar en los 80? Haz clic aquí para ver un resumen histórico.

🧾 Cierre de gira, apertura de memoria

SAbina en Binéfar

Sabina se despide, pero su paso por Binéfar queda grabado en la memoria colectiva. Como lo estuvo el paso de Joan Manuel Serrat en los años 70 o de Loquillo en aquel mismo 1987. Su música seguirá en vinilos olvidados, playlists modernas y en más de una peña local.

📸 Bonus: ¿Estuviste en aquel concierto?

Si tú (o tus padres) vivieron ese 12 de septiembre de 1987, cuéntalo. Puedes dejar tu testimonio en la sección de comentarios de esta entrada del blog 

¡Queremos reunir las historias del Sabina binefarense antes de que el polvo del tiempo las tape!

🎤 Y como diría él…

“Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks… pero en Binéfar, duró toda la noche”.
SAbina en Binéfar

EL CARTEL MUSICAL EN LAS FIESTAS MAYORES DE BINÉFAR 87
Un poco de todo con “el beneplácito de las autoridades y si el tiempo así lo permite”

Durante las Fiestas Mayores de septiembre tendremos como invitados de honor, en primer lugar, a LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS el viernes día 11, rock & roll con tupé, cazadora de cuero y bien traje de etiqueta de los años 50 ó 60. La siguiente actuación, JOAQUÍN SABINA, al cual daremos cena de gala el día 11 y también nosotros con VICEVERSA, el sábado día 12. El éxito de ambas actuaciones se prevé si se recuerdan las pasadas actuaciones en Binéfar, con “llenazos totales”.

El domingo, volviendo a lo clásico y de toda la vida, con HUAPACHA-COMBO podremos bailar al compás alegre y festivo de su variado repertorio. Entrando en la nueva semana, la música de jazz de PEGASUS nos dará un lunes relajado y buen cierre. Y las clausuras, con las orquestas PLATINO y JANIO MARTÍ y sus chicas harán felices a las peñas laborales de siempre.

En resumen, pocas novedades musicales en la programación de las Fiestas de Binéfar, pero no decepcionantes y sí, a que un poco de todo quizá satisfaga los gustos menos exigentes de la mayoría; y no nos podemos curar en salud diciendo: “sobre gustos no hay nada escrito”. FELICES FIESTAS.

El perfil de Joaquín Sabina es ecléctico: andaluz de Ubeda por nacimiento, madrileño por convicción y residencia, y, sobre todo, artista universal por vocación. Nos dice la hoja de una de sus casas discográficas que ya, desde los 14 años, escribía y componía en sus ratos de poeta de provincias. En el 75 edita con su primera guitarra un disco que se titula INVENTARIO. Filología Románica en la Universidad de Granada en el 67. Decide abandonar el estudio y escribir y se enrola en un barco de mercancías con destino a Juan Panadero. España ardía por los cuatro costados y en el 76 decide exiliarse en Londres, donde viviría con su compañera. En el 76. Amante de las letras y el teatro, retorna. Actuaciones con Juan Panadero con exilio, y consigue ganarse la vida en Londres; trabaja de camarero, actúa en restaurantes y clubes. Cohabita con poetas por doquier. Además, edita en el 75 "Memoria del exilio". En el 77 colabora en prensa local, sobreviviendo con colaboraciones del periódico cotidiando. Ha sido fichado por una discográfica de éxito al que le une un sentimiento que le exige trá-

mites burocráticos: su boda con Lucía.
Decide reaparecer por Madrid en busca de ese aura romántica de los escenarios y en el 82 edita en CBS. Lanza un álbum en vivo que lleva por título LA MANDRÁGORA, que se venderá en el mercado del segundo semestre. El segundo disco de Sabina en solitario se titula MALAS COMPAÑÍAS. Con este disco sus esfuerzos en consolidar una banda eléctrica con un toque irónico se verán compensados. Sabina continúa con su campo del canto coral y bautiza con el nombre de VICEVERSA.
Apariciones en blanco y negro en la pequeña pantalla: “Si yo fuera presidente”, “Con las manos en la masa”, “La Tarde presenta a Sabina” y otras. En el 85 edita JUEZ Y PARTE, con sello nuevo en la firma Ariola, presentado en las

fiestas de San Isidro y las apariciones televisivas en “La edad de oro” reconfirman ¡Viva la transgresión! como una bandera del movimiento de Sabina. Trabaja intensamente con la banda VICEVERSA hasta que graba su tercer álbum en solitario, HOTEL DULCE HOTEL, que será uno de los discos más vendidos del año 87. Joaquín Sabina ha sido espía del Estado Insular, espía de sí mismo y espía de esa España que camina como una gran canción.
Eduardo Aute, Javier Gurruchaga, Javier Krahe y Jaume Sisa). Una biografía de Sabina puede resumirse en sus actuaciones: 85 JUEZ Y PARTE, 86 LA MANDRÁGORA y 87 HOTEL DULCE HOTEL. Joaquín Sabina es espía del Estado Insular, espía de sí mismo y espía de esa España que camina como una gran canción que nadie ha escrito. Lo veremos en Binéfar, en el escenario de la antigua algodonera, cantando y compartiendo con los protagonistas-stars de las Fiestas Mayores.

 Fuentes: La Voz de Binéfar, octubre 1987

Entradas populares