Situada en la parte nueva de la población, este espacio nació al mismo tiempo que las casas que la rodean, una serie de viviendas protegidas que fueron promovidas por el Grupo de la Obra Sindical del Hogar en la década de los cuarenta y que fueron conocidas popularmente como las «casas baratas». El diseño de las mismas correspondió al conocido arquitecto Lorenzo Monclús Ramírez, quien desarrolló su larga actividad en distintos programas públicos y privados, participando en muchos de los momentos clave de la arquitectura española.
La plaza toma el nombre del que fuera patrón de Binéfar hasta el siglo XVII, san Quílez, que cuenta con gran veneración en la villa, celebrándose en la actualidad, el día 6 de enero, su festividad. Esa tarde, sus devotos se reúnen en esta plaza para esperar la imagen, que ese día se traslada desde su emplazamiento habitual en la ermita de la sierra de San Quílez para emprender desde aquí la procesión que finaliza en la iglesia parroquial, previo paso por la plaza de La Litera, donde se arrojan a una hoguera las ramas de carrasca que portan los participantes. Alrededor de dicha hoguera se sirven, tras la misa baturra, distintas variedades de embutidos locales asados y se organizan juegos aragoneses. Se trata del último vestigio de las Fiestas de Invierno, dedicadas al santo y colofón de las fiestas navideñas.
El aspecto de la plaza ha sufrido varias remodelaciones hasta hoy, siendo todavía recordada la fuente llamada popularmente «de los leones», llamada así por las figuras que se encontraban en su base, que fue incorporada en las obras que se realizaron en 1978.
En la actualidad, la plaza de San Quílez está dotada de un
funcional mobiliario urbano que invita a la pausa y a la tranquila
conversación, ya que a los bancos se
suman los bordillos de la zona de césped, que se encuentra elevada respecto al
suelo. Sus frondosos árboles permiten que este espacio se incluya dentro de las
dieciséis zonas verdes públicas con las que cuenta la población y, próximo a
ellos, ya en la esquina de la calle Cataluña, se encuentra el notable ciprés,
de más de diez metros de altura, que forma parte del catálogo de árboles
singulares de Binéfar y que, a pesar de encontrarse en una propiedad privada,
ha sido cedido recientemente al Ayuntamiento.
Fuente: Ayuntamiento de Binéfar
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