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domingo, 30 de noviembre de 2025

La recogida de basuras en Binéfar en 1983

En febrero de 1983, La Voz de Binéfar dedicó una de sus páginas a explicar con detalle cómo funcionaba el servicio municipal de recogida de basuras y la ordenanza fiscal que lo regulaba. A simple vista podría parecer una de esas noticias administrativas que pasan sin pena ni gloria, pero hoy, leída con cierta perspectiva, retrata con bastante fidelidad cómo era la vida cotidiana y la organización pública del municipio hace más de cuatro décadas.

La imagen que acompañaba el artículo mostraba un camión de la marca Ebro, uno de los vehículos que el Ayuntamiento utilizaba para la recogida diaria. Un trabajador, junto al vehículo, aparecía en plena faena. No había automatismos, ni elevadores hidráulicos sofisticados: era un servicio manual, directo y constante, sostenido por personas que recorrían las calles a diario. Probablemente muchos vecinos reconocerían aquella escena como parte del paisaje habitual de la época.

La recogida de basuras en Binéfar en 1983

 

La ordenanza que se reproducía en la noticia —la número 38— establecía la tasa por el servicio de recogida domiciliaria de basuras, un tributo que tenía carácter obligatorio debido a la importancia higiénico-sanitaria del servicio. El texto remarcaba que nadie quedaba exento por su condición económica o social, salvo casos muy específicos previstos por la ley.

 

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 ¿Quién debía pagar?

La normativa de 1983 resultaba bastante clara:

  • Estaban obligados los propietarios de viviendas, incluso aunque estuvieran vacías.

  • También los locales comerciales, industriales y similares, usaran o no usaran el servicio.

  • En el caso de viviendas alquiladas, el propietario era quien asumía la tasa, aunque pudiera repercutirla al inquilino.

En un Binéfar que seguía creciendo, la ordenanza reflejaba la necesidad de ordenar un servicio que, aunque básico, implicaba gestión, personal y recursos. Además, quedaban especificados los distintos importes según el tipo de inmueble: viviendas de uno o más habitantes, bares, cafeterías, hoteles, locales industriales y fincas rústicas con vivienda. Cada categoría tenía su cuota anual fijada en pesetas.

Administración y padrones

El procedimiento administrativo estaba claramente pautado. Semestralmente se confeccionaba un padrón con todos los contribuyentes afectados. Dicho padrón se exponía al público durante quince días, tiempo durante el cual cualquier vecino podía presentar reclamaciones. Una vez revisadas, el Ayuntamiento aprobaba definitivamente el listado, que servía para emitir los recibos.

También se regulaban las altas y bajas, indicando cuándo debían comunicarse y en qué momento surtían efecto. Si un vecino no cumplía con la obligación de darse de alta, la ordenanza dejaba claro que la obligación económica no desaparecía.

La recogida de basuras en Binéfar en 1983
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Fuentes:

- La Voz de Binéfar, febrero 1983 

domingo, 23 de noviembre de 2025

Betis - CD Binéfar 1990

 Un día histórico en el Villamarín: Betis 4–0 Binéfar (21 de noviembre de 1990)

El 21 de noviembre de 1990 es una fecha que muchos béticos deben recordar con cariño. En el mítico Estadio Benito Villamarín, el Real Betis Balompié jugó ante el humilde C.D. Binéfar en la vuelta de la tercera ronda de la Copa de S.M. el Rey, logrando la victoria por 4–0. Aunque los medios de la época no han dejado abundante rastro en internet moderno, los datos y testimonios han sido preservados en registros históricos y crónicas de aficionados, y este partido merece un lugar especial en la memoria.

Desarrollo del partido y protagonistas

Desde muy temprano, el Betis dejó claro que la eliminatoria no estaba en peligro. En el minuto 5, Valentín, con un impecable cabezazo tras un centro de Rubén Bilbao, inauguró el marcador. Esa jugada temprana marcó el tono del choque: dominio local, ritmo controlado y mucha frescura ofensiva.

En la segunda mitad, el Betis amplió su ventaja. Al minuto 63, en una jugada colectiva, Cuéllar inició la acción y Puma Rodríguez la culminó con un gol de ley. Ya con el marcador muy a favor, el equipo dirigido por José Luis Romero se permitió rotar, pero no bajó la intensidad. En los minutos finales explotó el Villar-marín: Márquez marcó el tercero justo en el 90’, aprovechando su momento antes de tiempo adicional, y en el 91’, un penalti sobre Loreto fue transformado por Antonio Noria, que convirtió el 4-0 definitivo.

Este partido fue especialmente importante para dos jugadores que debutaban esa noche en competición oficial con el primer equipo del Betis: José Luis Loreto y Antonio Noria

Alineaciones y táctica

La alineación del Betis fue la siguiente: Trujillo en portería; en defensa, León, Miguel Ángel I, Miguel Ángel II y Rubén Bilbao; en el centro del campo, Ureña, Julio y Noria; y en ataque, Valentín (relevado por Loreto al descanso), Cuéllar y Puma Rodríguez (sustituido por Márquez hacia el final). La dirección técnica corría a cargo de José Luis Romero, que supo combinar juventud y experiencia para dominar a un rival más modesto.

Por su parte, el Binéfar, entrenado por Víctor Pinilla, presentó a Urigoitia; Julio Pérez, Benedé, Gomáriz, Maldonado; Onde, Cornago (relevado por Azpitarte), Celma, Jara; Emilio y Romasanta (más tarde Canela). Aun con el empuje de su afición —si lo tenían a ese nivel—, no lograron frenar el empuje ofensivo bético.

Contexto e importancia

Además, el duelo dejó un símbolo de renovación en el Betis: Loreto y Noria, dos jóvenes talentos, no solo debutaron, sino que jugaron con impacto (Loreto fue objeto del penalti y Noria lo materializó). También es relevante la aparición de Márquez, que marcó su gol en uno de sus primeros partidos con el primer equipo, algo que posteriormente reflejado en fuentes históricas del club.

Legado para el Binéfar y para el Betis

Para el Binéfar, el enfrentamiento ante el Betis fue un momento de gloria: disputar un partido copero en uno de los estadios más emblemáticos de España queda para siempre en la memoria. Aunque la eliminación fue contundente, el hecho de llegar a esa instancia ya habla del mérito de aquel equipo.

Para el Betis, este partido se inscribe en una campaña de transición, con jóvenes que asoman la cabeza y veteranos aportando estabilidad. A largo plazo, esos escalones en Copa ayudan a consolidar plantillas, dar experiencia a canteranos y ganarse el corazón de los socios.

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Del blog https://www.manquepierda.com/historiarealbetis/hoy-hace-35-anos-betis-4-binefar-0-en-copa/

El 21 de noviembre de 1990 en el Villamarín el Betis vence 4-0 al Binéfar en el partido de vuelta de la tercera ronda de la Copa.

En el minuto 5 Valentín de cabeza marcó el 1-0 a pase de Rubén Bilbao; en el 63 Loreto hizo el 2-0 tras una jugada de Cuéllar y Puma Rodríguez; en el 90 Márquez hizo el 3-0 y en el 91 un penalti cometido sobre Loreto lo transformó Noria para el 4-0 definitivo.


El Betis, dirigido por José Luis Romero, alineó a Trujillo; León, Miguel Angel I, Miguel Angel II, Rubén Bilbao; Ureña, Julio, Noria; Valentín (46, Loreto), Cuéllar y Puma Rodríguez (74, Márquez).


El Binéfar, entrenado por Víctor Pinilla, formó con Urigoitia; Julio Pérez, Benedé, Gomáriz, Maldonado; Onde, Cornago (68, Azpitarte), Celma, Jara; Emilio y Romasanta (72, Canela).

En este partido debutaron en competición oficial con el Real Betis Balompié José Luis Loreto y Antonio Noria.

 

Real Betis Balonpie  - CD Binéfar 



Fuente: https://www.manquepierda.com/historiarealbetis/hoy-hace-35-anos-betis-4-binefar-0-en-copa

Binéfar en la tele nacional: 35 mujeres apoyan a Pasa la Vida

En marzo de 1994, un hecho pequeño solo en apariencia se convirtió en un gran momento para nuestra ciudad: un grupo de 35 mujeres de Binéfar viajó hasta Madrid para asistir en directo al plató del programa Pasa la vida, presentado por María Teresa Campos. La noticia, recogida en aquella edición de La Voz de Binéfar, refleja no solo el entusiasmo local, sino también la importancia de este programa de televisión en la España de los años noventa.

¿Qué era Pasa la vida?

Pasa la vida fue un innovador magacín de TVE-1 que se emitió entre *1991 y 1996, bajo la dirección y presentación de María Teresa Campos. ([Wikipedia][1]) Su fórmula era multifacética: entrevistas, debates, salud, moda, cocina, concursos, actuaciones musicales, tertulias… todo un contenedor de temas que reflejaba la vida cotidiana con frescura y cercanía. 

En 1993, el programa dio un salto importante: pasó de la sobremesa al horario matinal, consolidándose como referente en la televisión diurna. Para abril de 1994, por ejemplo, en un programa se combinaban secciones como “Noticias del día”, “Guisemos juntos”, concursos y hasta entrevistas con grandes figuras del momento. 

El viaje de las mujeres de Binéfar

Según la nota publicada en la Voz de Binéfar, estas 35 mujeres “decidieron un buen día llamar a la puerta del Ente Público Radio-Televisión Española” para pedir asistir al programa en directo. El equipo de Pasa la vida, encabezado por María Teresa Campos, respondió positivamente y las invitó al plató.

Para ellas fue la oportunidad de ver, en persona, todo el entramado de un programa televisivo: los decorados, las cámaras, el ambiente de producción. Pero también fue una experiencia de empoderamiento: mujeres de Binéfar que, con iniciativa y confianza, se hicieron un hueco detrás de las cámaras para formar parte activa de un espacio de comunicación nacional.

En el reportaje que publicó La Voz de Binéfar, se destacan “curiosas anécdotas” contadas por Campos, quien reiteró lo mucho que le impresionó la presencia del grupo. También se subraya el “buen trato” y la “simpatía” que su equipo mostró hacia estas vecinas. Fue, en resumen, una vivencia humana más que mediática.

Programa PAsa la Vida de TVE. Mujeres de Binéfar en 1994
Programa "Pasa la Vida" de TVE. Mujeres de Binéfar en 1994

Más allá del plató: una jornada cultural

Pero el viaje no quedó solo en lo televisivo. Las invitadas aprovecharon su estancia en Madrid para visitar algunos lugares de interés: cultura, arquitectura, museos… según la crónica local, incluso se acercaron al Centro Reina Sofía, ampliando su experiencia más allá del estudio de TVE.

Ese tipo de salidas demuestran que para ellas no era solo un “tour televisivo”, sino una inmersión en la capital y en su patrimonio cultural. Era, además, un momento de hermandad entre mujeres que compartían una pasión por lo colectivo y lo comunitario.

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¿Por qué es este episodio relevante para Binéfar?

Aunque hoy parezca un gesto modesto, en el contexto de los años noventa cobró una dimensión especial. En aquella época, la televisión pública era un medio clave para conectar pueblos con la cultura de la gran ciudad. Que vecinas de una localidad más pequeña como Binéfar tuvieran la oportunidad de participar como público en un programa de primer nivel era un símbolo de integración mediática y social.

Además, el hecho de que Pasa la Vida fuera presentado por María Teresa Campos —una figura televisiva muy potente— añadía un punto de prestigio. Campos, “reina de las mañanas”, se había convertido en un referente para muchas mujeres, tanto por su profesionalidad como por su capacidad para abordar temas diversos.

Un guiño al pasado desde el presente

Hoy, muchas décadas después, esta pequeña historia sigue siendo un tesoro para Binéfar. Nos recuerda cómo nuestras gentes participaron activamente en la cultura nacional, cómo se relacionaban con los grandes medios y cómo los sueños de conectividad y reconocimiento local se hacían realidad, incluso a través de un magacín televisivo.

Al repasar hemerotecas y otras entradas del blog sobre los años noventa en Binéfar, uno ve que esos tiempos estaban llenos de iniciativas ciudadanas, de orgullo local y de ganas de ver y ser vistos. Este episodio de Pasa la Vida se enmarca en ese fresco más amplio: una Binéfar que se proyectaba hacia fuera, con firmeza y con sueños de protagonismo.

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Mujeres de Binéfar en pasa la vida

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Fuentes:

[1]: https://es.wikipedia.org/wiki/Pasa_la_vida

[2]: https://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/download/67781/4564456553279/4564456584669

[3]: https://www.rtve.es/play/videos/pasa-la-vida/maria-teresa-campos-1994/16130651/

[4]: https://www.hola.com/actualidad/20230905224346/maria-teresa-campos-vida-profesional/

[5]: La voz de Binéfar, marzo de 1994



domingo, 16 de noviembre de 2025

Diciembre de 1986: cuando la juventud de Binéfar salió a la calle


En la hemeroteca local, aparecen imágenes que hablan claro. La fotografía publicada en La Voz de Binéfar en diciembre de 1986 —la misma que ilustra esta entrada— captura un instante de esos que resumen una época: un grupo numeroso de estudiantes de Bachillerato del Instituto de Binéfar avanzando por las calles, pancarta en mano, reclamando algo tan sencillo como poder estudiar sin trabas.

El mensaje era directo: «No más trabas para estudiar». No había márketing político detrás, ni redes sociales, ni hashtags ingeniosos; solo la voz cruda de una generación que empezaba a comprender que la educación es un terreno donde siempre hay algo que defender.

Manifestación estudiantil en Bibéfar

El contexto nacional: un país en medio de una negociación educativa

1986 fue un año agitado para la enseñanza media en España. El Ministerio de Educación impulsaba reformas que afectaban a plantillas, horarios, recursos y condiciones para el alumnado. Las coordinadoras de institutos y el Sindicato de Estudiantes organizaron una serie de paros y manifestaciones en todo el país. El clima era de efervescencia: la democracia llevaba apenas una década asentándose y la juventud, que había crecido entre la ilusión del cambio social, no estaba dispuesta a ceder terreno en un derecho tan básico como el acceso a una educación digna.

Las movilizaciones no eran algo aislado: a lo largo de noviembre y diciembre se sucedieron manifestaciones en Madrid, Zaragoza, Barcelona, Valencia y un largo etcétera. Las demandas variaban según la región —desde la saturación de aulas hasta la falta de inversión en infraestructuras—, pero todas compartían un hilo común: la percepción de que se estaba poniendo en riesgo la calidad del sistema educativo.

Binéfar también levantó la voz

Lejos de las grandes capitales, la protesta arraigó igualmente en localidades pequeñas. Binéfar, como tantos otros municipios medianos y rurales, tenía su propio pulso educativo. El Instituto —hoy conocido como IES Sierra de San Quílez— ya concentraba a buena parte de la juventud comarcal, y las carencias se notaban: materiales que tardaban en llegar, espacios insuficientes, asignaturas sin profesorado estable, incertidumbre ante los cambios normativos…

Por eso no sorprende que, cuando llegó la convocatoria de huelga general de enseñanzas medias, un buen número de estudiantes binefarenses decidiera sumarse. Y lo hicieron a su manera: con determinación, con energía y con una mezcla de inocencia y firmeza que solo se da en la adolescencia.

La crónica de La Voz de Binéfar cuenta que aquel día recorrieron varias calles céntricas y terminaron frente al Ayuntamiento. En la imagen se ve un grupo compacto, mayoritariamente joven, marchando juntos con la pancarta desplegada. ¿Las conoces?. 

La expresión de quienes aparecen transmite lo que transmiten todas las manifestaciones juveniles: convicción, algo de nervios y ese impulso generacional que empuja a pensar que el futuro se puede moldear.

Un recordatorio para hoy

Mirar esta fotografía casi cuatro décadas después es un pequeño ejercicio de memoria cívica. No hace falta romantizar nada: las protestas no solucionan todos los problemas, pero sí sacan a la luz los que existen. Y en 1986, como ahora, la educación seguía necesitando defenderse.

Aquellos estudiantes de Binéfar no sabían si sus reivindicaciones tendrían efecto inmediato. Pero sí sabían una cosa: quedarse callados nunca es la opción más inteligente.

Porque el futuro no se espera, se exige. Y en diciembre de 1986, en este rincón del Alto Aragón, unos cuantos adolescentes lo dejaron muy claro.


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Fuerte: La voz de Binéfar


domingo, 9 de noviembre de 2025

Las Jornadas Culturales que fuimos, las que somos y las que podríamos ser

En mayo de 1976, en La Voz de Binéfar, Paco Paricio escribió un texto que, leído hoy, sigue sonando fresco, punzante y bastante certero. Hablaba de las Primeras Jornadas Culturales organizadas por el Ayuntamiento y llamaba la atención sobre algo muy sencillo: si la cultura se queda solo en los mismos de siempre, si no se abre, si no se discute, si no se pregunta… entonces se convierte en un mueble viejo, algo que está, pero no se usa. 

Paco, con esa capacidad suya de mezclar humor socarrón con ojo crítico, se preguntaba por qué todo estaba pensado “solo para jóvenes estudiantes” y por qué no había mesas redondas con el párroco, el alcalde o el responsable de urbanismo. En el fondo, lo que estaba pidiendo era participación real, transversal, sin miedo a mezclar públicos. Cultura de plaza, no de sala cerrada.

Han pasado casi cincuenta años desde aquel artículo, y es interesante ver cómo Binéfar ha seguido inventando, probando, acertando y equivocándose en torno a la cultura. Desde los años en que las Semanas de la Juventud eran el laboratorio principal —con conciertos, concursos, teatro aficionado, charlas y mucho aire fresco— hasta la llegada de la Semana de la Cultura o de la de Aragón, que buscaba abrir el abanico a todas las edades, cada época ha ido dejando su huella, el Pórtico cultural o celebraciones como San Jorge o San Quílez de caracter más festivo . Algunas propuestas, como sabemos, tuvieron más participación que otras. Y también hubo momentos en que la cultura parecía más una formalidad que una necesidad, como si programar actividades equivaliera automáticamente a generar vida cultural. Ya sabemos que no funciona así.

Y entonces llegó Imaginaria, que, sin querer copiar nada ni competir con nadie, hizo algo muy cercano a lo que sugería Paco en 1976: sacar la cultura a la calle, darle diversidad, mezclar generaciones y, sobre todo, no tomar al público por tonto. Imaginaria entendió que en Binéfar hay hambre de experiencias compartidas, de cosas que sorprendan, emocionen y hagan pensar sin solemnidad. Y lo demostró con una simple idea: si lo que pasa es bueno y nos toca, la gente viene. No hace falta obligar a nadie.

Volviendo al artículo de Paco, hay una frase que hoy sigue teniendo puntería: “No quiero atacar a la Comisión de Cultura, porque la conozco y sé lo que trabajan. Pero algo no funciona.” Esa lucidez es útil también ahora. No se trata de señalar culpables, sino de preguntarnos juntos qué queremos que sea la cultura en Binéfar hoy. ¿Un calendario de actos para rellenar? ¿Un espacio donde nos miramos unos a otros desde la distancia? ¿O un territorio común donde se discute, se aprende, se juega, se discrepa y se comparte?

Quizá el reto no ha cambiado tanto. Puede que sigamos necesitando esas mesas redondas imposibles que pedía Paco: el presidente del club de fútbol, el párroco, los DJs, las madres y padres, los chavales del instituto, los urbanistas, los enfermeros, los músicos de siempre y los que empiezan.

La cultura, para que valga la pena, tiene que ser conversación viva, conflicto amable, encuentro. No un escaparate.

Y si algo se ha demostrado en estas décadas es que cuando Binéfar quiere, puede. Solo hace falta que lo que se proponga tenga sentido para la gente. Paco se atrevió a imaginar una cultura más popular, más participativa, más valiente.

Casi medio siglo después, aún estamos a tiempo.

 

Jornadas Culturales Binéfar

Fuente: LA voz de Binéfar, mayo 1976 

domingo, 2 de noviembre de 2025

La Estación de tren de Binéfar en Mayo de 1977

Desde la perspectiva histórica y geográfica de Binéfar y su comarca, el tren vertebra familias, educación, industria, visitas médicas y lúdicas y un largo etcétera de motivos que a todos se nos vienen a la cabeza. 

En mayo de 1977 ya aparecen señales del deterioro de la estación y sus alrededores: “la estación de ferrocarril ofrece un aspecto lamentable, sus jardines. si así pueden llamarse, parecen la la selva tropical y no me extrañaría, que algún día apareciera Tarzán esperando el ferrobus” (La Voz de Binéfar, mayo 1977, epoca V nº 13). Es un diagnóstico de hace casi 50 años.

La Voz de Binéfar, mayo 1977, epoca V nº 13 

Un poco de historia

La estación de Binéfar se inauguró el 18 de septiembre de 1861, en plena expansión del ferrocarril en Aragón. En sus décadas de esplendor sirvió tanto al transporte de personas como al de mercancías: agrícolas (vino, cereal), industriales (la zona del Cinca Medio) y viajeros de paso. Era un nodo importante en la línea Zaragoza-Lérida.

Sin embargo, como apuntaba ya el boletín de 1977: las instalaciones decaían, los jardines “selva tropical”, los servicios de limpieza y espera inexistentes, lavabos sin uso, y la sala de espera tan amplia que da la vuelta y “entra por el andén” girando 180º, como ironizaba el autor que se escondía tras “I.J.G.”. Eso era entonces. Y lo que sorprende es que muchos de esos problemas siguen vivos.

Estación de Binéfar

 En 2021 aparecía esta noticia en prensa:

Esta semana hemos conocido que desde Zaragoza pretenden eliminar el servicio de tren en Binéfar. Recopilamos hoy lo que sucedió en el año 2001, con un pleno Extraordinario del Ayuntamiento en la Estación de tren, cuando Binéfar se movilizó alrededor de la coordinadora "Binéfar a todo TREN"

La coordinadora "Binéfar a todo tren” solicitó en julio de 2001 y dirigiéndose al ayuntamiento para que convoque un pleno extraordinario en la estación de Renfe para mostrar su adhesión al manifiesto elaborado por el Consejo Económico y Social, en el que se hace especial hincapié en la importancia de la estación de tren de Binéfa y del ferrocarril para el presente y el futuro del municipio.

 Pleno del Ayuntamiento en Estación de tren de Binéfar

La estación de Binéfar pasa por una situación que podría calificarse de lamentable: edificios que languidecen, andenes sin recrecer que impiden subir y bajar a muchos usuarios en condiciones mínimas de seguridad, servicios recortados y conexiones que se pierden, "como lágrimas en la lluvia".

Pleno del Ayuntamiento en Estación de tren de Binéfar 

En 2023 una carta al director la califica de abandono, sin billetes presenciales, con lavabos que no hay y andenes inadecuados y en 2017 el consistorio reclamaba al ADIF mejoras urgentes “por la falta de mantenimiento durante años”. 

Pleno del Ayuntamiento en Estación de tren de Binéfar
Pleno del Ayuntamiento en Estación de tren de Binéfar. 2021


Y para colmo: el servicio de tren entre Binéfar y Lérida, tan importante para la vertebración territorial, dejó de ser viable más allá de Binéfar en 2021.

 


¿Cuál es el problema concreto?

  • Reducción de servicios: El ramal que unía Zaragoza–Lérida pasa por Binéfar. Pero desde la retirada de financiación, el tramo Binéfar–Lérida se desvanece, y hoy la conexión es mucho más limitada. La consecuencia: una caída del 35 % en el volumen de viajeros. Dejó de recibir financiación estatal completa en 2014

  • Infraestructura deteriorada: Los edificios de la estación están infrautilizados, los andenes tienen deficiencias, y no existe una atención adecuada al público

  • Vías y uso impropio: En julio de 2024 se denunció que “un tren averiado y otro ‘aparcado’ ocupan 2 de las 3 vías en Binéfar”, lo que impide la circulación normal de otros convoyes

  • Personal y logística: Los trabajadores de la compañía se ven obligados a hacer cada día recorridos tan largos como 340 km (en AVE y taxi) por la decisión de terminar los servicios en Binéfar.

  • Cambio de prioridades en transporte: se favorecen corredores de alta velocidad, grandes ciudades; las líneas de media distancia, rurales, se descuidan.

  • Desconexión con el desarrollo territorial: cuando no se entiende la estación como motor de desarrollo regional, sino como gasto prescindible, se produce el abandono.

    Estación de Binéfar

¿Por qué importa esto para Binéfar y su entorno?

No es solo cosa de trenes y andenes, es cosa de territorio, economía local y expectativas de futuro.

  • Binéfar como capital y su comarca, la Litera, junto a la de Monegros y Cinca Medio, suma decenas de miles de personas que dependen de la movilidad para trabajar, estudiar o simplemente estar conectados. Que la estación o el tren se queden en precario es un mazazo para el desarrollo.

  • Una estación y un servicio ferroviario digno serían un signo de vertebración territorial. En cambio, lo que hay es señal de abandono. Cuando el tren tiene menos prioridad, el rural pierde vida.

  • Desde la perspectiva urbana y humana: andenes sin cobertura o equipada para lo mínimo implican inseguridad, incomodidad y menos usuarios — lo que retroalimenta el círculo negativo. Todo se convierte en “pues paso de coger el tren”.

Evolución comparativa: del interés al olvido

Si miramos la historia y la actualidad, vemos una trayectoria clara:

  • Era de uso intensivo: personas, mercancías, conexión regional con Zaragoza, Lérida, Barcelona.
  • Señales tempranas de abandono: el boletín de 1977 ya lo decía con sorna (“selva tropical” los jardines, lavabos sin uso).
  •  Reducción progresiva del servicio: años 2010-2020 con recortes, financiación compartida, línea que se acorta.
  •  Infrainversión en mantenimiento e infraestructuras: vías ocupadas por trenes averiados, edificio sin uso, falta de atención.
  •  Cambio de función del edificio y del nodo: la estación se negocia para otros usos, más cliente residual que motor logístico.
  • La cuestión es: este no es un episodio aislado; es un patrón. Y el patrón tiene consecuencias: movilidad reducida, opciones laborales más escasas, menor atractivo urbano.

La estación como símbolo de territorio

No se trata solo de trenes y raíles. La estación de Binéfar es símbolo de una promesa de conexión que hoy está en suspenso. Cuando el tren se degrada, la percepción de aislamiento se agrava. Y cuando la infraestructura existente se abandona, se envía un mensaje: “este territorio no merece prioridad”.

Pero también puede ser símbolo de cambio. Si la comunidad local, el municipio de Binéfar, La Litera, Cinca Medio, Monegros y las administraciones se alían, pueden revertir la historia. No es una utopía. 

Una reflexión final 

Podemos ver la estación de Binéfar como un caso más de infraservicio en el medio rural, o podemos verlo como una oportunidad. En un mundo donde la movilidad, la sostenibilidad y la conexión territorial serán cada vez más importantes, dejar que un nodo ferroviario languidezca es apostar por el retroceso.

La situación es mala, es injusta y es absurda. Pero no está escrita en piedra. Desde Binéfar se puede (y se debe) reclamar un servicio digno, que no sólo mire al pasado, sino al futuro. Y para eso hace falta músculo político-social, exigencia ciudadana y dignidad colectiva.

Entrada dedicada a todos los que emplean el tren en su día a día y a los que luchan por que este servicio siga siendo digno en los pueblos.

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Fuentes: 

 



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